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viernes, 9 de febrero de 2018

VIDAS ETERNAS...



                            Cruza el amor la frontera del alma, viaja el espíritu disfrazado en la ternura del eterno deseo, encoge el infinito su distancia y se atreve `profundo el eco del universo. Llueven cometas entre miles de años, alarga piel la Luna en su sensibilidad y seduce una sonrisa, el placer por amar.  Se adentra mi mar en el bosque de los sentimientos, busca el alma el amor que la cruzó y revienta sombras la inquieta soledad, entre musgos y sentida humedad. Rompe la osadía su edad, corre el niño y busca llenar sus puños de ansiedad, rompe una lágrima un sueño, emerge tersa la ilusión en el pensamiento y cruje su rechinar la esperanza, cuando el corazón abre la vieja puerta de su soledad. Trasciende el hombre, en el espacio se desnuda y abre sus brazos, sabe la memoria que su plateado umbilical no tiene principio ni fin, escribe el amor su leyenda entre vidas y busca el alma la condición gemela de su existencia, entre el polvo de mil estrellas. Viajeros somos y en la música del universo bailamos, de pasión nacemos, en oxígeno crecemos y en el amor escribimos el porqué,  de la existencia del alma.
              Recoge la mujer su belleza en el fetal abrazo de la tierna fuerza, acaricia vacío en sus manos y las llena de miradas, siente latir el corazón en sus palmas y cuando recoge puños de sueño, siente el gemido que jamás se acaba. Se toca y comprende, eriza su piel y suave arquea su espalda, respira intensa y exhala deseo, muerde labios y su garganta humedece miel, cierra los ojos y la imaginación pinta de colores y rimas la poesía de su alma. Espera, despacito lo ama, en silencio posee su mirada, con piel lo desea, de sudor se baña, huele su mar, le regala sus cabellos al viento, desnuda sus miedos y jura eternidad. Contiene el grito, aguanta el gemido, leve sostiene la calidez de un suspiro, abre sus brazos y se funde en dorados hilos de plasma que visten de cielo y seda la pureza del amor.
              Desgarra un violonchelo el aire entre sus cuerdas, suena tenue el cálido violín y se atreve a latir despacito la tecla de un lejano piano. Perfora al alma su nube, un aliento invade el espacio y el tiempo extiende su acorde hasta el no límite del infinito. Sueña el cielo y se abriga de Lunas, siente el viento un escalofrío en su piel, ruge su arcoíris el Sol y suda un paso más,  la profunda humedad del amor.
              En la eternidad te conocí porque de ella estamos hechos, en añejas vidas te amé, en diferentes espumas te disfruté, con distintos colores te dibujé, entre mis besos te imaginé y de tu espíritu clavado en mi alma me embriagué. Rascan las uñas de mi cielo cada una de tus nubes y deshebran despacito cada hilo de sentimiento, tu suspiro escribe mi historia, en tu grito vive mi deseo y en el gemido nuestros nombres vibran. Dame tu mano y escalemos la montaña más alta, conquistemos la cumbre y miremos la nieve en nuestras manos, robemos al mar su más tierna ola y dejemos que nos arrulle de arena y sal, pintemos otra línea en el  horizonte y quizás el viento le robe espacio a la distancia. ¡Sueña! Porque el tiempo jamás existió, el espacio es utopía y la eternidad, nuestra vida…¡Sueña! Porque soy artista y te convertí en ángel, eres melodía y en ti transforme deseo en poesía, soy aire y tu el rayo que me traspasa, eres mujer y yo el hombre que la eternidad, dibujó a tu lado.
               Abrázame y deja que el eco te repita una y otra vez en mi piel, háblame que con atención mi alma escucha, explícame las gotas de tus lágrimas porque mi corazón late fuerte en el silencio de mi holocausto, acaríciame porque pintaré tus dedos en la imaginación del cielo y los envolveré de río, bajando por la mejilla y tocando mi pecho. Ámame generosa porque mi suspiro es tímido y quiere gritar, poséeme y déjame entrar porque tu contorsión consiente mi deseo, tu espalda me pertenece, tu vientre seduce y tus pechos ya recorren las grietas de mis labios. Me atrevo y arrodillo todo el instinto porque la música ya hizo el amor con tu mirada, el fuego de mi alma dejó sus brasas en cada poro de tu cuerpo y la eternidad conjuró su tiempo en las raíces de  nuestra historia. Vidas eternas que se dan la mano, vidas eternas juradas en amor…vidas eternas, escritas en el universo.


               

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