Te sentiría si estuvieras…si
estuvieras de mi cielo serías la elegida, de mis infiernos la más hermosa de
las brasas, de mi desnudez ese vello que
le hace falta y de mi saliva, esa gota que espesa de amor, resbala y resbala por
las cicatrices de mi alma. Si estuvieras comería de tus besos, arrancaría el
recuerdo de mi karma y después…prendería una vela, llenaría de mi tinto dos
copas, le pediría a la Luna un pedazo de
su velo, al cielo lo más intenso de su fragancia, a mi cama la profundidad de
sus sábanas y a la poesía, esas hermosas
rimas que desde lejos leen en mi soledad, noche tras noche, todas mis ansias.
Si estuvieras te probaría,
mordería tu aliento, en tu lengua añejas sedes calmaría, de tus mejillas mis
ojos enamoraría, en tu mirada mi expresión nadaría y en tu vientre, mi oído
solo tu música escucharía. Si estuvieras
mi vida cambiaría, mi corazón de otra manera latiría, el ausente amor a cada
segundo se crearía y tú, entre mis brazos serías mía y mía…y siempre mía.
Te adoraría si estuvieras, serías
memoria en mis días, afelpada ternura en mis noches, esa cueva de la conciencia
cuando dormida busca y busca con intenso derroche, esa ilusión que fermenta en
sueño y que ahora es mosto sin pisada ni dueño, la explicación última a tanto
desvelo y esa letra que antes del punto, encuentra la tilde perfecta, en la
poesía del cielo.
Si estuvieras la imaginación
sonreiría, el sudor frío del alba huiría, las misas ya no tendrían vigilias, el
silencio en palabra se convertiría y mis labios, reto del jugo de la ternura,
serían el cofre que por siempre tu boca, tu lengua y tu saliva guardaría. Si
estuvieras la religión no tendría Biblia, la dimensión su densidad perdería, a
la sombra color le pondría y al escalofrío, de tus abrazos lo vestiría.
Me vivirías si estuvieras, de mí
todo sentirías, los recuerdos, los defectos, esas espinas que ahora son desidia,
las marcas de mi elegía, los deseos perdidos en cientos de esquinas, esa copa
que aparté y nunca tragué pensando en que un día te conocería, ese rincón de mi
soledad que para ti guardé…esas lágrimas que un día en mi cara dibujé y que una
noche en tus manos, color les pondré.
Si estuvieras se acabarían tus miedos…
sudar, de mí sed te daría…jugar, un reto que solo un ángel en mi piel puede
osar…respirar, absorber todo mi corazón…exhalar, darme tu alma hasta que en ti
no quede nada, solo mi canción. Si estuvieras
la noche no acabaría, el amanecer éxtasis y café sería, en ti la rutina
en pecado se convertiría y cuando nuestras miradas en el amor se cruzaran,
entenderíamos que tú y yo de la eternidad por siempre seríamos, su poesía más
amada.
Si estuvieras, seguro serías mía.
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