Quiero ese suspiro que encierras
en tu boca, ese aliento caliente que roba el vaho de la rosa, ese gemido
contenido perfume de tu albedrío, ese verso de alma que late tu corazón cada
vez que me haces parte de tu prosa. No le mientas al miedo, sé que de ti en tu
cama soy posada, de tus humedades esa gota que entre piernas resbala, de tus
celos el punzante deseo de tenerme dentro, de tus palabras esa tilde que en ti
me hace, un hombre completo.
Necesito tu suspiro, ese que
entre dientes respiras quedito, ese dulce perfecto que funde mi saliva cuando
lo haces divino… ese que al atreverme escribo, como parte de mi destino. Lo
necesito, como agua y como libro, como sabor y de mi ser su albedrío, el que
despierta ansias en mi libido y ese que cada noche, rasga profundo el vientre
de mis sentidos. Sé que de ti soy elegido, parte de tus líquidos, también de
ese mosto que pisado exprimes contenido, de ese manjar de mujer que guardas
solo para lo prohibido, de ese pecado que por los dos, es consentido.
Déjame nadar en tu lengua, entre
tu saliva, por las papilas de tu ansia reprimida, entre tus muelas, por cada
comisura que muestras erecta, por cada grieta de una historia imperfecta, por
cada poro que en tus labios desean un alma como la mía: perversa. Quiero
entrar, en ti y en tu adversidad, tus muros destrozar, cada pliego besar, en
tus arrugas caminar y en cada lunar dejar una caricia que te explique que este
poeta te quiere de verdad.
Si mirarte es obscenidad seré el
más perverso de esta humanidad, si saborearte es gula al pecar seré sibarita en todo mi
paladar, si olerte es el cielo respirar, seré nube, horizonte y tu mar, si
tocarte es soñar, no lo dudes, el sueño voy a alcanzar. Amor, tu suspiro a ti
me tiene que llevar, en él escribiré mis huellas, mis promesas, mi verdad, cada
hebra de mi soledad, cada lágrima que en mi cama no se atreve a resbalar, cada
humedad que a solas contigo no paro de imaginar y también cada palabra que se junta
en verso y araña mis tintas cada vez que mi amor se te atreve a recitar.
El suspiro de tu boca, ese calor
que mi alma evoca, el que mi corazón desboca y el que en mi bajo vientre guardo
como erección y su más erótica gota.
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