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sábado, 24 de marzo de 2018

SIN PREJUICIOS.



                       Sin prejuicios y en silencio tocarás mi cuerpo, no habrá miedo ni tiempo, solo un beso, una caricia y la mirada de un “te quiero”. Callarás bocas y en la mía esconderás tus miedos, cruzaremos reflejos, juntaremos dedos, de la mano caminaremos y cuando el Sol le diga al cielo que el horizonte es nuestro, disfrutaremos nuestro sexo en el manto de una Luna de caramelo. Destenderemos la cama, nos desnudaremos hasta el alma, de nata y fundido chocolate nos vestiremos, colocaremos una fresa en cada rincón donde vive el deseo y de burbujas las bañaremos, seremos uno y la gula de nuestros labios hará el resto. Sentirás que el viento está de acuerdo cuando desde el celo me regale tus cabellos, recordarás el sabor del sueño cuando te pierdas entre los vellos de mi pecho y sentirás el escalofrío del trueno cuando este hombre te penetre dentro.
                       Entenderás que en libertad nos tenemos que amar, que las ataduras de la sociedad no tienen nuestra edad, que el cielo su bendición nos tiene que dar y que por cada caricia que le regalemos al mar, un rincón de eternidad nos tiene que reservar. Entenderás de lo que es capaz un hombre cuando ama de verdad, del valor del silencio cuando en la distancia se tiene que explicar y de la profundidad de su latido cuando puro, nace desde las entrañas de su necedad.                      
                        ¡No me importa el que dirán, ni cuanto dirán ni como lo dirán! ¡No me importa si una amargura galopa cerca o si la envidia come detrás de nuestras huellas!¡No me importa si la distancia envenena el ansia o si la codicia de mi amor es pasión nacida en mi alma!...¡No me importa si de las raíces salen hojas, si las nubes ya no tienen gotas, si el mar olvidó su sal o si la montaña traga lava y el delfín no aprendió a nadar!...No me importa tu edad, ni el color de tu piel ni cuan añejo es el dibujo de las grietas en tu boca de miel… no me importa luchar con tus lágrimas porque en mis manos se han de secar, no me importa que tu sonrisa no exista,  porque de tus comisuras la he de sacar y no me importa de dónde vienes, de qué color es tu mar o hacia dónde vas porque ya el destino escribió que te tengo que amar.
                         Ven porque algo te quiero enseñar, es el legado de mi lealtad, un anillo dorado a un diamante pegado, el amor jurado de un hombre que en silencio te ha amado y un sobre de letras con tintas de mi sangre, que la poesía te ha regalado. Ven porque aún el camino es largo, la senda angosta y la niebla viste de gris y blanco, el bosque se muestra tenebroso y entre el musgo mojado, asoma escondida su cabeza el lagarto. Pinta hiel un aire encontrado, la espina se eriza en su tallo, la enredadera camina entera y entre jazmines y violetas, todavía la oscuridad nos recuerda, que existe el pecado. Pero no temas porque la iglesia guarda silencio, es tanto el amor, que ya guardó sus mandamientos, es tanto el deseo que guardó su credo y es tanto lo que siento que no existe Dios, que les crea a ellos. Vivamos sin prejuicios nuestro amor, vivámoslo intenso porque divino nació, sintámoslo dentro porque en el alma creció y jurémoslo eterno porque en el infinito ya se escribió.




   

UNA CORTA REFLEXIÖN

        Hoy es un día triste, muy triste para Catalunya, para la democracia y para la libertad. Los derechos humanos, una vez más han sido vulnerados, el derecho a pensar diferente es carcel, el derecho a sentir distinto es exilio y el derecho de un pueblo a autodeterminarse ha sido extinguido. El ser humano tiene derechos reconocidos y obligaciones asumidas pero ahora cuando Catalunya está partida entre cárcel y exilio, toda desobediencia es poca porque lo único que quiere el resucitado caudillo, es el suicidio colectivo, el genocidio y el olvido de un pueblo oprimido...mientras tanto Europa está sorda, la libertad oprimida, el derecho sujeto a una utópica separación de poderes y el mundo sumergido en una guerra comercial sin sentido. La derecha involuciona, la izquierda no hace sociedad y en Catalunya despertamos partimos por la mitad. Que triste realidad que un día la historia tendrá que contar y no quisiera estar en las tintas de una supuesta verdad porque que diferente será si la cuenta un nieto del caudillo, nuestro presidente en el exilio o nuestros presos políticos que hartos de escuchar ajenos himnos, guardan en silencio este amor que por nuestra tierra compartimos. No es tiempo de héroes ni quizás de atrevidos, es tiempo de silencio, de manos alzadas y de pacifismo. Pero no tienten el cascabel de la serpiente porque no siempre el opresor vence. Cerró Auswtich por siempre sus puertas, cayó el muro en Berlín y poco a poco, como dicen en mi pueblo "cada cerdo tiene su San Martín". Cuídense.

ATRAPADO



              Vengo de donde no hay nada, de donde vive el silencio y no existe la palabra, del fondo de un agujero negro o quizás de un perdido rincón en la última galaxia. Vivo atrapado en un cuerpo que no pedí tenerlo, bajo un cielo que a veces he de temerlo, sobre una tierra que jamás sueña con mis anhelos y con ajenos que siempre me juzgan con denostado ceño.  Le pregunto al alma si se siente extraña entre mis membranas, al espíritu que llevo dentro si respira mis ansias y al olor que me rodea si viene del sueño, si es el robo de una fragancia o un momento de lucidez de una muerte ya cercana. Arranca la mano una lágrima de mi retina solitaria, la posa sobre mi piel que ya hace tiempo no siente nada y de prisa la absorbe como si de un sentimiento se tratara. Pide el cerebro al tiempo que acelere su jornada porque el día no significa nada, la noche solo está puesta para el descanso del alma y el amanecer solo existe porque de la nada, también nace y pinta su alba. El horizonte pega cielo y mar, el infinito desvela su andar, la eternidad es respirar y la vida un caminar que ya quiero olvidar. Me quieren hacer creer que decidir no puedo, que lo que pienso no lo debo escribir en verso, que solo en débil susurro he de mantenerlo y que sentir tampoco puedo ¡Permítanme! Porque lo que soy lo siento y porque lo siento me atrevo a decir lo que soy y lo que pienso: quizás es cierto que de la nada vengo, que nada tengo y nada seré en otro tiempo, quizás es menester de la ciencia dejar de serlo y de la religión dejar a un lado el miedo, quizás la ciencia deba adoptar la idea del pecado y la religión los tubos de ensayo en un laboratorio del Vaticano, quizás somos arte y no parte, ilusión y no carne…el sueño de un ente grande o un pedacito de maná atrapado en manos de un gigante. En mi albedrío decido y en mi condición de humano sentir quiero, porque soy cielo y averno, agua y fuego, metal y madera, solsticio e invierno y así, percibo a ciegas lo que me rodea: desde el rugido de la marea al silencio de la Luna plena, desde el hervor de la lava hasta el chasquido de una brasa, desde el eco de la montaña al alud de una nieve encallada…siento el sudor del viento cuando mis ojos cierro, lo veo viejo y cansado de cruzar tantos desiertos, maltratado por levantar olas, cabizbajo por siempre caminar a solas y fuerte a pesar de los molinos que le quitan horas. Siento la sonrisa de un niño cuando sueños llora, el rubor de una mejilla cuando una caricia la toca, la herida cicatrizada de un desamor cuando un beso la olvida, el escalofrío que recorre mi espalda cuando el deseo es requerido y  el filo de la espada desenvainada cuando a mi libertad le dan frío. Siento porque me da la gana sentir, porque la emoción explota en mis sentidos, porque no quiero sentimientos llenos de hastío y porque aún en silencio, tengo mi destino. ¡Juzguen! si son atrevidos pero no olviden que el infierno en esta tierra es vivido, sufrido y pagado como anticipo. Vivo atrapado en un cuerpo que no he pedido, en un silencio que jamás he alquilado y en una sociedad, que nunca he comprado.



                 


viernes, 23 de marzo de 2018

LA SOMBRA Y LA DONCELLA



                 Explica despacito cada gota su lluvia mientras un beso mojado de labios, siente. Duerme silente una calle su noche mientras una caricia penetra en el alma, gira su cuello el búho, brilla una luciérnaga, el borracho canta y entre densa bruma, la voz calla y un deseo abraza. Asoma su cara una sombra a través de la ventana, desnuda de alma la doncella es imaginada, a media luz pinta dorada y el negro azabache en rizos se descuelga en su espalda. Sola y blanca se muestra la cama, ya la  piel acaricia sábanas y sus manos de miel se posan en el vientre mientras su boca exhala. Piensa la sombra que su cuerpo no tiene nada, que es un sutil desdoblamiento que viene de la distancia, que la trajo el viento de quien sabe que comarca y que solo su mirada cargó, para observar a su amada: la piensa, la retrata, la idolatra y tocarla extraña…la desea, la dibuja fresca, la siente tersa y de pasión hecha vaho, se empaña el cristal de aquella ventana. Suda la sombra desde el alma pues no tiene poros que goteen sus fragancias, sufre el aliento desde su espíritu pues no tiene boca que lo suspire ni olor que lo explique, vibra armónica su aura pues no tiene piel que le tiemble y relame la lengua un pedazo de su humo, pues no tiene labios para humedecer sus grietas ni saliva donde esconder sus ansias.
                  Presiente la doncella que será visitada antes de que llegue el alba, que esta noche será amada y que la ternura añorada, por fin será acariciada. Mira la sombra y la doncella es deseada, quiere la mujer ser amada y aquel reflejo de hombre, no puede ni tocar la ventana. Extiende la noche su manto, mengua la Luna, la sombra empequeñece su silueta, el espíritu teme perderse y el vigor del alma desgarra su grito para que lo entienda su amada. El grito es silencio y poco a poquito se desvanece el anhelo. Recorre su calle una atrevida y gran nube, vestida de gris y con sabor a húmeda niebla, suave como la seda y perfumada con esencia de jazmines y violetas. La sombra se pega a la pared, la nube la envuelve, se siente protegida, escucha el rumor de pequeños destellos, haces de intensa luz y un cálido ambiente siembra un sueño en cada temblor de su vientre: es la nube de las nubes, la más grande y bella, prestada por el cielo viajan en ella las estrellas, los reflejos de cien cometas y los chasquidos de mil centellas. Nada le pide y la nube se abre, muestra todo su candor y el aire de mil aves…la hermosura del universo y el poder del cielo. Se reencarna el hombre y se diluye la oscuridad, el reflejo ciega y la sombra crece más, le regala la osadía del fuego, el verso del amor cuando es travieso y una pizca de sal de un mar que ruge intenso. El hombre por la nube poseído mira y la sombra se alarga, se hace infinita, tierna, se anhela en el alma y se convierte en el aire que respira su amada. Y ella entiende y se siente abrazada, contorsiona su mirada y ve su piel dulce y erizada, humedece sus labios y le pide un deseo a la vela más lejana: quiere sentirse mimada aunque sea de sombra, poseída aunque sea de alma, acariciada, embriagada y protegida aunque su cuerpo solo respire distancia. Lo huele en su membrana, lo saborea en el extraño aliento que permea en su almohada, lo mira en la imaginación de tanta pasión y lo disfruta despacito por cada rincón de su habitación. Se pega a la pared y lo siente fuerte en su espalda, desvanece los cabellos entre sus pechos y siente una lengua que los entrelaza, estira sus brazos, arquea su columna, se abre toda y siente profunda el vigor de aquella sombra encelada. El gemido es intenso y el aire denso, suplica el silencio un espacio entre beso y deseo, estira la piel su terciopelo y grita ansia cada poro abierto. Desnuda el viento su fuerza, se abre la ventana con fiereza y aquella nube posee entera a la doncella, la cubre de algodón y seda, de hilos de cielo y destellos de luna llena. La pared es espejo, el reflejo intenso, la luz lluvia, el olor ternura y el sabor del aire, un suave mousse de vainilla, fresca nata  y sudor espeso de chocolate intenso.
                      Revienta el amanecer en su incipiente nacer, la cortina se cierra y la sombra se queja, en sus brazos de humo descansa la doncella, se desvanece su consistencia y una lágrima recorre despacito la piel que le queda. Piensa en escribir una letra, una palabra o quizás una carta que guarde la noche de su mesa: se imagina con dedos, empapado de tinta de cielo y con la pluma del viento. Dibuja un verso y lo viste de beso, la tilde se resiste y la coma lo embiste, no hay punto que lo pare ni suspensivos que lo duden, siembra rimas y sonrisas, travesuras de niño y sueños de poeta, explica un cuento, deja que la historia lo lea y termina en leyenda. Le pregunta al cielo si tiene tiempo pues su sombra ya es de viento, le pide al espacio que acorte su distancia pues aquella doncella ya es parte de su alma, le susurra al oído lo tanto que la ama, le roba una arruga a su cara, una pestaña a su mirada y un último beso a su amada. En silencio se desprende, despacito se diluye y se envuelve de nube, lo explica la tristeza y una añoranza lo aprieta, entiende que es nostalgia y cuando emprende su huída, la nube suelta su último rayo y consiente que aquella carta cobre vida. Y desde entonces cada vez que la doncella lee aquella carta, siente que una sombra la abraza, un hombre que profundo la ama  y una poesía que la posee, hasta el fondo de su alma.



miércoles, 21 de marzo de 2018

AMOR: SILENCIO Y DESTINO.



                    El silencio no es para cobardes pues en sus enredaderas se oculta el coraje, el silencio se ama, se disfruta y se medita pues en su aire, el alma habita. El silencio es el amigo consentido cuando las palabras no tienen abrigo, es el compañero del destino pues el sueño en él es vivido, es música para el olvido y un rincón de sangre  para el grito contenido. ¡Amor, esa palabra que la sientes en silencio y despacito, escribe tu destino!
                    Amar en silencio es generosidad y bendito sosiego, es pintar sombras y dibujar un  “te quiero” en las grietas de un escondido beso, es enchinar piel en el reflexionado deseo e imaginar intenso que la ilusión, nace desde dentro. Añorar en silencio es extrañar abrazo y compartir miedo, es oler a mojado cuando ya la pasión se ha secado, es responder a tu historia cuando ya no hay tinta que escriba memoria y enfrentar tu ego, cuando el sabor del  azufre nace de tu propio infierno.
                     El ambiente es denso, la sombra oscura, el aire pesa y el pensamiento solo es queja. Afila su cuchillo un aliento y en dos, parte la fragancia del viento. Grita el sueño porque le quitaron el sustento, gime el ansia porque en gota de lágrima se encapsula su alma, de hiel se disfraza el sabor de la mermelada y camina tenso un escalofrío sobre la cama. Revienta el deseo un dolor, se abren las sienes y frunce seño la frente, el ojo divaga y en el vacío pierde su mirada, el milagro de que pase algo es vago y sufre cabizbajo el humano en el silencio de su propio abrazo. Le pregunta al cielo si es menester del ser el refugio encontrado, si no hay quien escuche el profundo anhelo de un corazón cansado y si esta vida, demasiado larga y de amor reprimida, escribirá por siempre su destino en el silencio de un libro, de sueños añejado.
                     Lucha una armonía para que el deseo sea explicado y encuentre una razón que lo haga otra vez osado, rebota espeso el aire entre las paredes del ser angustiado y los dientes ya muerden sus labios porque esperan, en las puntas del nervio, una noticia que los saque de este averno anquilosado. Sufre el alma el temblor del cuerpo, grita la sangre que no quiere fluir en este infierno, a medio camino seca la lágrima su recorrido porque ya su gota no tiene líquido   mientras una palabra se atreve a ensalivar sus letras y empieza a escribirse despacito, como verso, como rima y como melodía de dulce poesía: es la palabra que sale del miedo y robó un pedazo de alma al silencio, es la que se viste de música y reflejo de Luna, la que sonríe y encuentra siempre su musa, la que tiene piel de miel y sabe a sal de mar, la que copia el poeta y la que expresa en su óleo el pintor en toda su belleza, la que vale tanto que explica un sueño, la que cuesta tanto que no hay dinero que la compre en mercado y la que duele tanto, que por sí sola, explica el silencio del ser humano. Amor, palabra inventada por el alma, silencio y destino de la raza humana.
                      El amor se baila, expresa su acorde en manos del ángel tocando su arpa, se regenera terso y brilla intenso en el fondo de cada alma, la naturaleza lo ama y en cada amanecer lo desnuda entre rocíos y brisas saladas, el cielo de sus fríos lo aleja, el valle entre sus verdes lo abraza y el cometa se lo lleva, a visitar cada una de las estrellas y lejanas albas. Lo necesita el romance y de piel lo llena el amante, lo dibuja el niño desde el vientre de su madre y de él aprende el incipiente padre, es virtud, sueño, ilusión y deseo viejo…es miedo y camino, es silencio y también destino.



domingo, 18 de marzo de 2018

CELOS



                Ni entiendes ni sabes, porque el amor no viene del celo ni la respuesta de un supuesto “te quiero”, no entiendes y no comprendes que el ansia no se vende, que el deseo no se comparte y que incluso cuando un pintor inventa arte, no dibuja el cuerpo de su amante, sino el de un modelo que aunque desnudo, su alma no comparte. Explica el cine que un beso es teatro y éste tienta siempre al espectador con el pecado, lo hace cómplice, cliente del  deseo y el mejor soñador de ese beso. Protagonistas somos y en el camino andamos, fingiendo, actuando, quizás desnudando o quizás atrapando sentimientos en una red de carencias, que solo llenan de vacío nuestras manos, de ocio un pedazo de nuestro tiempo y de celos insensatos, cuando copiamos en nuestra realidad, el sentido vago, ingrato e imaginado de ese beso, que por mágico, nos hace dudar de nuestra integridad.
                Me miras y te miro y con seguridad te transpiro, me hablas, te escucho, te mimo y en tus labios mi aliento es suspiro, te doy mi mano y pegas tu piel, me sientes cerca y te respiro fiel, te leo y me escribes, tus tildes en mis letras y una de mis comas partiendo espacio en tu destino. Eres musa y mujer, camino y parte de mi prestigio, canción y acorde de un pentagrama medio escrito, sábana de Luna y manto eterno, entre los dos tejido. Dime que parte del celo eres, dime en cual de sus ubres mamas, explícale al viento si lo que sientes es miedo, si es vergüenza o inseguro anhelo, si es insoportable distancia o solo parte de tus infiernos, ¡díselo y haz que lo grite para que en mi sueño su olor me llegue, que el aire me penetre de tus deseos y deshebre de una vez, la pesadilla de tus celos!
                El celo no es del cielo ni un invento del Universo, no es del amor ni del profundo deseo, nace del miedo, del viejo credo, de las uvas ya pasas de un inservible viñedo, de la miel agria de panal añejo y a veces es paje y fiel compañero de una soledad, que vive en  silencio. El celo es vivido cuando el amor seguro no es compartido, cuando el dinero es quien arrulla el sueño y cuando al abrir la ventana, lo primero que entra es un desconocido fresco aire y lo que sale, lo que creías eterno en pañales. ¡Ayyyyy! dulce celo que te creen un derecho y solo eres un camino maltrecho, ¡maldito celo! Que por ti, muertes han hecho, viajes a lo desconocido se han escrito y fraudes por doquier siguen impunes en los jueces del destino.
               ¡Querido celo! En ti creí una razón para que se creyera amada, sentí la necesidad de tenerte para complacer ajenas miradas, luché por poseerte para atender sus ansias, caí en tu juego para asegurar su lugar en mi almohada…y cuando la perdí, solo sentí el vómito de tu alma.
               Encelar no es conquistar, solo inseguridad. Encelar no es un derecho porque jamás termina donde empieza su libertad. Encelar no es amar porque la caricia condicionada solo muestra inmadurez y deslealtad. Encelar no es vivir, porque el celo pervierte el alma, esconde miradas y al dormir…el sueño se convierte en nada. Encelar es pesadilla, tristeza, odio, rencor y también…un poquito de infierno diluido en dos hielos, que deshacen despacito sus miedos, en el vinagre consentido de un amor, que quizás por celos, es pasajero.




sábado, 17 de marzo de 2018

ROJO SOBRE AZUL (Erotismo Compartido)




                      Cielo rojo sobre espejo de mar, caricia de trueno que tiemblas en lejanas tierras y en la piel de mi soledad, reflejo de Luna que vistes ternura y guardas tanta hermosura desde que grita la noche, hasta que despunta suave el alba en su dulzura. Sensación de hielo en el cuerpo y hambre en los sentidos, lujuria contenida y anhelo compartido, vértigo en cada suspiro, libido reprimido y viaje de la carne a un destino consentido. Distancia perversa que limitas tiempo y expandes mi espera…

-          Hola mi amor ¿Cómo estás?
-          Esperando tu llamada. ¡Es tanta el ansia…!
-          Sabes que te deseo
-          ¡Ven porque amarte quiero!
-          Falta poco mi amor
-          ¡Dime cosas bellas!  

                     Sabes que te sufro en soledad, que mis noches solo suspiros oyen, que en el deseo me lleno de celos y cuando mido la distancia, solo cruzo los dedos. Le pido tregua a tanta pasión porque en el pensamiento ya eriza sus vellos, reto al amor que no tenga miedo por el paso del tiempo ni vergüenza por el pecado, porque para el Universo no hay edad ni tampoco infierno que escriba su legado. Ayer tomé tu fotografía, le pedí a mi boca que su saliva guardara y al dibujo de tus labios que de miel la llenara, le rogué al viento que entre tus cabellos me entrelazara y al cielo, que cada vez que me dieras tu mirada, bajo tu vientre, un  rayo descargara.

-           ¡Ven mi amor, porque el frío recorre mi espalda!

                     Siente el calor de mi abrazo, mi piel hecha de brasa y mis manos de caricia templada.  Escucha el sabor de la ternura, el olor de mi cuerpo y el gemido del aliento, porque ya siento el caminar de tus labios, el roce de tu lengua y el pellizco de tus dientes sobre mi pecho impaciente. Respírame hondo porque ya gotean mis humedades, bésame profundo porque quiero oler tus ansiedades, recórreme con cariño porque mi piel ya te suda y sabe a hierba fresca, fresa, cereza y no deja duda.

-          ¡Sigue porque en mis brazos te tengo y me excito con tu aliento!

                     Tócate porque quiero tocarte y la distancia me impide amarte, tócate y piensa en mí porque ya mi lengua besa cada poro de ti, tócate y empiézame a vivir porque en tu sentir, ya mi poesía escribe cariños dentro de ti, tócate porque quiero tocarte, cierra tus ojos sin dejar de mirarme, compartamos humedades y que solo nuestra Luna sea juez y parte.

-          ¡Mi amor te quiero dentro, muy dentro de mí, porque ya el placer recorre  piernas, estira mis pies y siento como se abre mi vientre, como fluye en mi interior tu deseo y como llega pleno, un orgasmo que sabe a cielo!

                    Te siento, me siento, la distancia se hizo solo viento, el tiempo es eterno y el calor intenso. Te sigo en el grito y en el gemido me deshago, te adoro en el suspiro y comparto tu vaho, se encela mi piel de tu mano y la mirada se pierde entre tus dedos mojados, respira profundo el erotismo ansiado y el sabor se disfraza de chocolate y café recién tostado.

-          ¡Oh, por Dios!¡Es intenso!¡Divino!

                    ¡Si! ¡Grítalo! Porque está hecho de ti y de mi, de miel y estrellas de anís, lleva el velo de cien vestales y el manto de nuestra Luna, la fuerza del cometa y la suavidad de una duna, la elegancia del río y el vigor de la tempestad, el fuego del volcán y la inmensidad del mar…la ternura de mujer y la osadía de un amor de verdad. ¡Gímelo! porque en la garganta no hay que dejar espasmo ni ansiedad ¡Vívelo! Porque es natural amar y ¡Gózalo! Porque a veces este instante, escribe eternidad.

-          ¡Siiiiiiiii!
-          ¿Cómo te sientes?
-          ¡Rico!
-          Te amo
-          Y yo a ti…………






viernes, 16 de marzo de 2018

HOMBRE Y POETA



            ¿Por qué es tanta la distancia que ni siquiera el mar puede robar tu fragancia? ¿Por qué es tan intenso el anhelo que ya mi piel se arruga solo por tenerlo? ¿Por qué tus ojos esconden su color en el viento si el cielo, el cafetal y el valle ya los pintaron en mi sueño? ¿Por qué el deseo nada tan profundo cada vez que te recuerdo si ya le expliqué a mi sangre que eres tú la que llevo dentro?
            Vivo en tu aliento y en cada nostalgia de mi tormento, sonrío cada vez que a mi cuerpo le miento y lloro cuando escucho en el susurro del aire, el vacío de tanto sufrimiento. No me dejes ahora porque aún en el espacio robaré al tiempo sus horas, en el silencio del universo sembraré palabras y en los papeles de nuestro cielo, escribiré tantos versos que las estrellas en sus destellos, solo copiarán tus besos. No me dejes ahora porque mi alma te añora y aunque estés lejos te prometo que llegará la hora: ese día en que los caminos serán mágicas veredas, los pétalos se desprenderán de sus rosas, el rocío será brisa y tu olor, el alimento de mi vida. Juntos imaginaremos nuestra noche, la dibujaremos de lluvia y Luna, la pintaremos de blanco, sombras y colores, la tomaremos de la mano y despacito la poseeremos toda, toda, toda.
           ¿Por qué la excusa sangra y una lejanía manda? ¿Por qué deshebro cada una de tus palabras y en sus letras no encuentro esperanza? ¿Por qué tus fotos son tan ansiadas y tu voz tan extrañada? ¿Por qué no me escribes una carta y antes de cerrar el sobre, solo frótala sobre tu cara? ¿Por qué la duda siempre camina sobre nuestra espalda, cuando la caricia es tan  necesitada? ¿Por qué no me llamas si el viento ya calla, cualquier silbido en la piel de mi cara?
            Revienta su razón el suspiro en las entrañas de mi vientre, rasguña la pasión su grito y el gemido es contenido, vomita su vaho el último latido y el deseo es reprimido. La soledad estremece más aún si compartirte no puede, las paredes pierden su blanco, las sábanas se arrugan entre puños y mi almohada extraña. El silencio pervierte, un sentimiento en el vacío se pierde mientras los ojos cierran su mirada y el intenso escalofrío posee. Es miel de hiel lo que mi saliva traga, calostro y mosto de pecado, exaltación de los sentidos y erección vigorosa bajo el reflejo de un infierno que me atrapa.  Solicita una pausa mi cama mientras una vela no se atreve a quemar chorreada, pide una luz mi alma y una ilusión mi esperanza, grita el destino que fue escrito en una falsa alarma y calla la boca porque el verso, se quedó sin palabra.
           ¿Por qué no hay musa que desee ser atrapada? ¿Por qué huyen los besos de mi blanca alma? ¿Por qué tengo frío cuando no hay rima que se pegue a mis palabras? ¿Por qué el silencio es tan eterno que no hay tiempo que se atreva a detenerlo? ¿Por qué mi Luna no está en tu cielo ni mi mar en el horizonte de tu anhelo? ¿Por qué me siento tan viejo, si edad no tengo ni bastón, ni perro? ¿Por qué escribo esto, si ganas no tengo?
            ¡Gritaré el recuerdo, mi ansia y el profundo deseo!
            ¡Me fundiré en la esquizofrenia de mi destino!
            ¡Escribiré lo que el hombre siente, lo que llora mi niño y a quien el poeta obedece!
            ¡Explicaré esa piel sobre la que mi pluma, su tinta empapa y cuando esté listo, firmaré en mi libro, el epílogo de mi destino!
            Desliza suave su piel una caricia, respira tierno el poro, se humedece el labio y un deseo abraza la mirada. Se deja ir el ocaso entre dorados, se mueve el cielo entre vientos y cruzan el mar las nubes en silencio. Alarga la mano el fuego a la vieja leña, empapa la ventana su vaho mientras un poeta explica a sus tintas que a veces el sentimiento no es comprendido, que la razón no ama y que a veces la sensibilidad cae en nada.
             Desprende la pluma sobre el papel sus letras, acicala la tilde su palabra, vibra la rima y en suspensivos puntos, la tristeza descansa. Mira el hombre a través de su ventana, llora el poeta porque quizás ya su musa no lo ama y juega la ilusión con el niño que lleva dentro porque quizás no habrá mañana. Exprime el violín su última cuerda entre las teclas de un viejo piano, llueve el cielo sus estrellas y entre trapos, el poeta limpia de hollín sus manos. Explica el tiempo que detenerse no puede, la brasa que su crujir sale del vientre y una luz, que desde las sombras, todavía no se atreve.
             Y entonces el hombre se aferra a su historia y el poeta a su legado, el hombre a su memoria y el poeta a su pecado…el hombre a su miseria y el poeta a una leyenda, el hombre a una esperanza, el poeta a una carta y el niño, llora por su amada.
              Corren tintas y se recrudecen las palabras, escucha la música al verso y se enreda en sus grietas el alma, destila una lágrima su agua porque sus gotas son de ámbar, tiembla la mejilla su incipiente barba y seca sus comisuras, con dedos y pausa. Respira brava la nostalgia y ahoga caricias en una melodía recordada, sueña despierto y en el viento pierde su mirada, la memoria le da infancia, la tristeza rabia y el sudor ya corre frío por su espalda. Llora el hombre y escribe el poeta las gotas de sus ansias, llora el alma y una pluma desgarra ganas palabra por palabra. Sufre el hombre porque esta no es su morada, lee el poeta que lo que escribió no dice nada y entre paredes blancas, hombre y poeta le piden a la luz un destello que los lleve más allá, donde la soledad sea amada.
              Grita el alma y gime la palabra, desea la piel y siente profunda la sílaba, de miel preñada. Corre el sentimiento y no puede ser escrito, estremece el amor querido y no puede ser vivido, suda el cuerpo y no es olido, disfruta el violín su arco porque ya no lo sigue el piano y se duerme el hombre pensando que quizás mañana, amanezca otra vez poeta, niño o quizás una página más, en el blanco de su libro. De golpe abre el viento su ventana y un olor perdido confunde su nostalgia. El  aroma canta una brisa, huele a rocío y  sabe a tierra mojada. Surge el niño y con la primera rosa se abraza, camina el hombre y pétalo por pétalo sueña con su amada, la desgarra el poeta y de su savia una tinta inventa, de sus espinas aprende dolor y de su olor descubre que en cada gota de su fragancia, vive la musa de su amor. Se funde la ilusión con el deseo y una tinta con su verso, hombre y poeta de la mano caminan, un hombre que a veces es niño y un poeta que mira su historia en el vacío, en la desnudez de su alma y en lo incierto de su destino.
              De lejos mira el niño al poeta y ve como escribe el sueño prestado de una noche en vela, de cerca siente el poeta al hombre y se humedecen sus letras, con miedo el hombre quiere volver a ser niño para vivir de sueños y tal vez, morir como un poeta.




          

jueves, 15 de marzo de 2018

UN BESO DE MUJER



                Cuenta un beso que al aire un favor pidió porque triste y solo se sintió, no encontraba una lengua que sus grietas lamiera ni una mejilla a quien darle su calor. Buscó entre sábanas, en la enredadera, en la distancia y a un lado de la almohada, dibujó un pedazo de su aliento en una imaginada cara, de saliva llenó el borde de una taza  y se pegó, en el cristal de su ventana. Pintó con su labial el sueño de una media barba, recorrió con ilusión el cuello de un recuerdo, juntó sus labios y quiso sentir un pellizco, en el vello de un ansiado pecho.
               Explica el aire que una nube del cielo robó porque en su melancolía aquel beso lo sedujo y jamás lo soltó. Con antifaz y disfraz su algodón deshebró, de azúcar lo llenó y en el manto de la Luna lo extendió. Le pidió al primer cometa que del cielo arrancara la estrella mayor, al viento que sus destellos guardara con esmero y al Sol, que la fundiera dentro, envuelta en algodón, azúcar y destellos de viento. Creció la Luna su resplandor, el cielo cambió de color, la oscura noche amaneció, el dulce rocío llegó y aquel beso, todo se abrió. Se sintió querido, amado y poseído, ansiado y anhelado, de rojo vestido y llamado a ser, un precioso regalo.
                Despertó de su letargo e impulsado por un fuerte ánimo salió en busca de su amado. Lucía fría la calle, los portales en su nieve jugaban, las farolas chispeaban y un sereno, sus llaves guardaba. Tejía una viejita una suave lana, el juglar cantaba mientras una cantina cerraba, abrazaba el viento su fachada y el borracho, su casa no encontraba. Era un ambiente vestido en destino, de altos tacones y perlas hechas collar, de jazmín olido y ojos de mar. Caminó el beso en busca de su hogar. Miró sus grietas y el susto lo cautivó, resecas y abiertas le recordaban que el dolor no se olvidó, que un día fue cobijado, mimado y amado pero que una hipócrita traición un gran miedo le sembró. Pensó el beso que no a cualquiera se daría, que prisa no tendría y que ninguna desvergüenza, de él se aprovecharía.
               Calibró el tiempo sus manecillas, el espacio su neblina y aquel beso, cargando su deseo, atravesó y caminó calles de agonías y fríos paseos. Superó la primavera al invierno, los viernes amanecían después de un tedioso lunes, el sueño no dormía y cuando daban las doce no sabía si era de noche o de día. Mientras tanto pensaba y el café quemaba sus labios. Cuando imaginaba su lengua otra saliva anhelaba y cuando dormía sentía en sus comisuras, la hiel de su propia escarcha. Y fue entonces que el destino se vistió de lino y dulce seda: salía de su casa tranquilo un inquilino caminando por el lado amable de aquella vereda, su media barba cortaba el viento y el corto cabello, lucía un negro intenso. Latió con fuerza el beso y se preparó para el encuentro: acicaló sus labios, pulió lengua y ensalivó su sabor. Se sintió pleno, deseoso y erótico, tierno y cariñoso, sediento pero temeroso. Temblaron sus comisuras y cerró sus grietas con un labial de coco, vio en el espejo el blanco de sus dientes y presto salió a la caza de un hombre, que ya sentaba su alma en una mesa reservada.
                De frente estaba y cruzó su mirada, perdió tiempo en aquel cristalino pintado de suave esmeralda y como por un trueno impulsado retiró silla y sentó su alma. Bailaban las manos mientras los dedos entrelazaban nostalgias, se vaciaban las copas y una pícara sonrisa retiraba los platos, se vino el postre y un cava anhelado, el café y un viejo licor de corcho añejado. Fluían las palabras y de humedad se llenaban, se perdían en las caras las miradas y aquellos labios sentían sus ansias más cerca de ser mimadas. Se levantaron de la mesa y abrazados cruzaron la vereda, abrió el hombre la puerta, el beso lo siguió, en su espalda se pegó, por la nuca despacito caminó, hasta que en su boca por fin se perdió. Reinventó caricias y su imaginación dibujó, a dientes y lengua se abrazó, succionó y degustó, lo enmeló y se atrevió a ser, un bocado de Dios. Aquel hombre enloqueció, jamás algo así sintió, el intenso sentimiento de aquel beso por siempre lo escribió y ahora, cada vez que duerme sus anhelos, recuerda aquel día que un beso de mujer, lo poseyó. Y el beso lo consiente, lo mima y lo llena intenso, le recuerda que ya el amanecer es diferente y se posa erguido al borde de su taza de café rasgando el aliento, lo protege en sus sueños y le pega un suspiro en cada arruga de su piel deseada, lo ama sin tiempo y cada vez que él le pregunta por su cara, se desnuda y le muestra el amor que aquel beso de mujer, por siempre escribirá en su alma.



               
 

domingo, 11 de marzo de 2018

SOLO HABLEMOS.



                   El amor es un extraño viajero, un explorador de almas que vive en el cielo, cuerpo que viste anhelo, corazón de niño y alma de fuego. ¡Si! Esto es el amor, ese añejo sentimiento que sabe a viejo y huele a nuevo, esa caricia que envuelve piel y cruza almas, ese beso que pega labios y cierra miradas… esa música que canta un ángel en su arpa y siempre se extraña, ese don del Universo que a veces viaja en una palabra y casi siempre encuentra su posada.
                  Deja que el ruido envuelva al mundo, que el grito rebote entre montañas y que sea el aliento quien nos explique. Escuchémonos porque tu voz me hace falta, mi brazo sobre tu espalda y tu cara justo encima de mi alma.  Abre la mirada, respira mi fragancia, lee en el compungido silencio y cuando estés lista, escribe una caricia en tu primera palabra.
                  Corre mi sangre por tu historia y absorbe de ella cada una de tus mañanas, muerde el deseo las ternuras de tu viaje por que en él siempre amaste promesas falsas, sueña este hombre por atraparte porque quiere tu sonrisa de su parte…¡abre tu alma! porque mi corazón muere por abrazarte. Cuéntame tus defectos porque una enciclopedia llenaré con los míos, desprende tus miedos porque todavía caben en mi laberinto, desnuda tu cuerpo que le pediré a mi Luna que te cubra con su velo y cuando el sueño sea mi celo, le pediré al aire que en él, me pinte entero.
                  Porque conocerte es mi derecho y desde el principio, amarte quiero. Necesito escuchar la letra cuando se viste de beso, la sílaba que muestra tu aliento intenso y la palabra atrevida que transpira caricia y se convierte en verso. ¡Háblame! Porque la boca ya no contiene mi voz, mis oídos son tuyos, mis manos te respiran abiertas, mi alma de ti está sedienta y mi corazón espera la nueva sangre que llene de vida, su vieja arteria. ¡Escúchame! porque ya vencí mis silencios, los infiernos se fundieron en el tintero, mi libro está abierto, los dedos prestos y la pluma de mi profundo deseo, ya escribe en prosa, la caricia de tu beso.
                 Fluyen los sonidos y despacito forman letras, la palabra se reinventa, el pensamiento con ella copula y nace la frase: la idea determina, la pasión se muestra, el deseo acaricia y el sentimiento la transforma en delicia. Escuchada por la memoria la razón impone sus tildes, la nostalgia la viste de comas, el amor la suaviza y un susurro de voz la penetra en tu morada.  Una lágrima la guarda y con ella resbala quedita por tu mejilla, recorre labios y tu lengua la estira, alarga esa gota su membrana y como miel de ámbar la escribe en tu garganta. Poco a poco la frase es tragada, el sentido pierde tino y la piel se llena de escalofrío, el significado pide posada y por fin queda tatuada, en el fondo de tu alma. Abre el corazón su latido, contorsiona un cálido cosquilleo tu cintura, se cierra el ombligo y el espíritu lee, ama, cree, siente e ilusiona tu mirada. La palabra es cobijada, la frase arrullada y el sentimiento enraizado, en el fondo de tu alma.
                 Solo hablemos, porque en el amor no nos conocemos. Hablemos de sentimientos, de perdidas ilusiones y quizás de nuevos sueños, de tiempos perdidos y de viejos anhelos, del aire cuando es viento y del mar cuando refleja cielo, de cuando eras niña y yo quería ser  caramelo,  de aquel día que escribiste en la playa un “te quiero” y de aquella espuma de sal que abrazó tus dedos. Hablemos de las sombras en mis noches o de las caricias que necesita tu cuerpo, de mi trabajo o quizás del frío que hace en tu infierno, de las sedas de mi Luna o de los algodones de azúcar que disfrazan tus nubes. Solo hablemos de ti y de mí, solo hablemos porque es ahora o nunca, solo hablemos porque la mesa está puesta, las velas encendidas, el tinto ya descuelga en su copa y nuestras miradas ya escriben prosa. Solo hablemos porque quizás algún día, cuando el espacio se arrugue y el destino crea, cuando la palabra sea perfecta y el error se haya ido…solo hablemos, del tiempo perdido.



                 

sábado, 10 de marzo de 2018

EROTISMO EN SILENCIO.



                    Miente la carne al cuerpo cuando su piel suda ansiedad, abraza el sueño una imaginación cuando la idea se disfraza de ilusión, muerde el sabor su lengua cuando aquella miel recuerda y cierra sus pestañas la mirada cuando la pasión entra. Sufre el hombre la querencia de un efímero destino, la distancia de un olor vivido y exige de nuevo, ser pervertido. Cae firme una desesperación, el calor ahoga y la saliva no pasa, la mano cierra su puño y no tiene nada, le pide su prisa al tiempo, calma a su alma, paciencia a sus labios y una razón de fe a su hartazgo. Funde cólera su rabia, su camisa desbarata, desnuda su cuerpo y se envuelve de sábanas.
                     Piensa el deseo que no fue querido sino que es parte del silencio, medita el ansia con la piel de quien la eriza y despacito respira el escalofrío sobre la nuca de su espina. Siente la caricia que no es mimada y se olvida en el aire el gesto de una mirada, tiembla la carne porque recuerda que un día el amor la poseyó, sufre el alma por encontrar aquella tinta que en ella escribió y corre profundo el sudor para explicar que cada noche gota a gota, besa en silencio el onírico erotismo arrancado de los brazos de un Morfeo, todavía dormido en su cama de ébano.
                     Desprende la noche desde sus confines perdidos destellos de Universo, se cierra la ventana en el empapado rocío de un amanecer que sin embargo es bello, muestra la pared su vacío y enseña la mesita de noche el chorrear de una cera sin destino. Arañan las sábanas los hilos de una consentida telaraña, cabalga la imaginación entre dunas y vírgenes playas, encoge la almohada su algodón y se pega a una mejilla que busca aunque sea, una caricia de compasión. Copia eco la primera respiración y el aliento se convierte en exhalación, no se atreve el suspiro porque el aire huele a pasión, saborea el gusto una brisa y vello por vello enchina la memoria de una canción. Recuerda aquel beso y aquellos dedos perdidos en su pecho, la exquisita fragancia de su perfume y la transparente mirada de su alma, su piel aterciopelada y aquel intenso calor entrelazado a unos cabellos que sabían a miel y exótica mermelada.
                   Excita la cama su habitación porque el deseo ya se recita, el suspiro se convierte en vaho y el extraño vacío se llena de bruma y densa neblina. Muestra valiente el sueño su primera erección, recorren las sábanas caminos sin ton ni son, la mano se aferra al colchón y orgullosa la almohada entre las piernas, aprieta su algodón. Sudan las humedades, la imaginación eriza su pezón, el vientre se contrae y los pies tensan su condición. Piensa la idea y se reinventa de emoción, hierve la saliva y recorre el dedo una boca mojada que gorgotea excitada, desvanece su mirada el rostro y estira el cuello, el último gemido de su garganta.
                   Explica el sabio a la montaña que ya el deseo no es guardado, que la imaginación exageró su magia, que la razón no controla pasión y que la intimidad ya venció al pecado. Que es menester humano la autosatisfacción, que es honesto y evolución sin tener que pedir perdón, que es amor y devoción, controlada lujuria y necesaria redención, gula de la carne y dulce carrusel de los sentidos…que es un derecho vivir nuestro erotismo, en silencio.


                  
           

viernes, 9 de marzo de 2018

TATUAJES ESCRITOS...



                    Sueña el aire con un acorde que lo mueva y lo convierta en viento, enrarece la brisa su sabor porque entre rosas de espinas se llenó, enmudece el mar porque en él una huella sembró integridad, se levanta el precipicio de su montaña porque entre sus ecos aprendió a volar…seduce el cielo a su nube porque de algodón se quiere llenar y de reojo mira la Luna la pasión de un romance que justo, acaba de empezar: un baile de sentidos, de caricias y nostalgias, de verbena y serpentinas, de `pieles y manos…de miradas y espontáneos besos que buscan un alma tatuar.
                    Ilusiona el amante su deseo porque en ajeno aliento lo quiere perpetuar, recuerda la mariposa su capullo y orgullosa prende su belleza, se deshace de su sangre el árbol y ya chorrea ámbar y miel,  compone el arpa música de ángel  y un viejo violín tensa su nervio hasta el éxtasis de su vibración. Escribe el hombre un tatuaje en su alma, lo venera, lo perfila, lo cuida y lo absorbe todo, inyecta su espíritu y se dibuja el ánima, lo llena de blancos y sombras, de amaneceres y dorados ocasos, de anhelos, de sueños, de esperanza…y espera.
                   Duele la imaginación, de colores se dibuja y pinta la silueta de una mujer: salida de las sombras y de la blanca pared, de la chistera de un mago o del calostro del último sueño, del rocío más empapado o del recuerdo más extrañado…vive tersa y suave, espontánea y atrevida, erizada y aterciopelada, dulce y entre medias luces, osada. Se muestra ante la Luna y en su cuerpo refleja los destellos de las viejas estrellas, enseña a la noche que es su dueña y contorsiona su cadera para que la admire el poeta. Arranca su tatuaje el hombre y de amor lo quiere impregnar, la mujer se abre, el cielo grita, un grillo canta y el atrevido cometa, penetra su alma. Llora intenso el deseo, se abriga la pasión, caliente corre el aire, tiembla el suspiro y despacito, se hace el amor.
                   Amanece escrita la mujer y el hombre vacío de alma cae en su regazo, la caricia es templada, el abrazo consentido y el beso, un placer de ángel. Se huelen y le dan sabor a sus miradas, se leen y recitan cada letra tatuada, se arrullan y se mecen en la cálida esperanza. Espera inquieta la Tierra para que su café sea probado, sientan sus transparencias y con él, mojan sus labios…pies desnudos en el abrazo, miradas cómplices y deseos mordidos en el borde de cada taza. Entiende la mujer que aquel hombre todo le dio, que la enamoró y que un pedazo de él, en ella se tatuó. Sabe que por siempre vivirá preñada por el tatuaje de aquel ser, que no habrá desamor que de ella lo arranque y que aún después de la muerte, aquella tinta permeará por siempre su alma. Tatuajes bordados, tatuajes escritos en el alma.


                    

jueves, 8 de marzo de 2018

EN EL VIENTRE DE MI ALMA...


                                      


                          Brilla el Sol porque de ti nació, deshace la nube su vapor porque un día de tu olor se llenó mientras nuestra Luna muestra orgullosa su cara oculta, porque una noche tu mano, sus lágrimas secó. Me acaricia el mar con su espuma porque lo nadaste y excitaste hasta embravecer la piel de sus olas, me seduce el sabor del aire porque de ti bebió y se embriagó,  robo cada gota de su brisa para no sentir tan profundo el dolor de mi alma y dejo que unos tristes ojos pierdan en el limbo su mirada, porque entre amados rocíos, hoy, te escribo a solas. Quiero y deseo sentirte, besarte, acariciarte y amarte, hablarte y escucharte, olerte y saborearte, guardarme entre tus brazos, llorarme en tu regazo, gozarte sin medida ni descanso y cuando el gemido cierre tus ojos, gritar tu orgasmo.
                          Diluye pintura el ansia, se desmorona la pared, la cama no resiste y el sueño  estremece.  El pensamiento es irrelevante, la imaginación recorre todos los colores, el escalofrío por no tenerte es intenso y el deseo tan profundo, que no hay sudor en mi piel que no sepa a tu miel. Ya mis manos enseñan las durezas de tanta pasión, los dedos caminan húmedos entre las burbujas y algas de tu mar, nuestras miradas sufren deseos, los brazos anhelos, la piel respira perdida en un cielo que desgarró sus nubes para esclarecer la distancia y el tiempo,  enardece su fuego al recordar el día que abriste mi ventana y aquel viento sembró tu polen en el vientre de mi alma.
                         Llora el deseo porque no es acariciado en su poro, sufre la nostalgia porque no encuentra música que la baile, lucha la letra por ser escrita y el sentimiento por ser, solo una letra. Piensa el aire que de tu olor se debe llenar, medita la Luna cual velo debe portar, seduce la estrella con su destello y late sangre el corazón del cielo al verte pasar. Repasa la mano su mejilla y acicala cabellos de ansiedad, sucumbe el cigarrillo a su ceniza y una vela recoge su cera para enseñarle como chorrear. Tiembla el añejo tinto en una copa que no es de verdad, sus gotas no descuelga por miedo a ser bebido y el mosto esconde el olor de su historia en el frío crujir de un templado cristal,  que reposa amable sobre mármol travertino.
                        Habla el silencio entre el murmullo del consentido vacío, desprende su eco la montaña, ruge una ola y embravece el aire su viento. Viste elegantes sedas el pecado, aviva el infierno su fuego y la brasa grita. Exhala su gemido el deseo entre salivas y agua de rosas, acaricia el diente su labio y una lengua muestra tersa su ternura. Suelta el orgullo su poder, ese poder que ama en la oscuridad, ese vigor que se mueve entre sombras y rasguña quedito, sábanas de soledad.
                        ¡Mujer que robas el oxígeno de mi sueño y pintas almohadas de angustia en mis noches! ¡Mujer que de ti nací, que de tu mano caminé, que en tu lecho amar habré y que en tus brazos, seguro moriré! ¡Mujer que explicas mi vida, que das sentido a una mirada, ternura a mi abrazo y labios a mis besos!¡Mujer que un día abriste la ventana y aquel viento sembró tu polen en el vientre de mi alma!