El amor es un extraño viajero, un
explorador de almas que vive en el cielo, cuerpo que viste anhelo, corazón de
niño y alma de fuego. ¡Si! Esto es el amor, ese añejo sentimiento que sabe a
viejo y huele a nuevo, esa caricia que envuelve piel y cruza almas, ese beso
que pega labios y cierra miradas… esa música que canta un ángel en su arpa y
siempre se extraña, ese don del Universo que a veces viaja en una palabra y
casi siempre encuentra su posada.
Deja
que el ruido envuelva al mundo, que el grito rebote entre montañas y que sea el
aliento quien nos explique. Escuchémonos porque tu voz me hace falta, mi brazo
sobre tu espalda y tu cara justo encima de mi alma. Abre la mirada, respira mi fragancia, lee en
el compungido silencio y cuando estés lista, escribe una caricia en tu primera
palabra.
Corre mi sangre por tu historia y absorbe de ella cada una de tus
mañanas, muerde el deseo las ternuras de tu viaje por que en él siempre amaste
promesas falsas, sueña este hombre por atraparte porque quiere tu sonrisa de su
parte…¡abre tu alma! porque mi corazón muere por abrazarte. Cuéntame tus
defectos porque una enciclopedia llenaré con los míos, desprende tus miedos porque
todavía caben en mi laberinto, desnuda tu cuerpo que le pediré a mi Luna que te
cubra con su velo y cuando el sueño sea mi celo, le pediré al aire que en él,
me pinte entero.
Porque conocerte es mi derecho y desde el principio, amarte quiero.
Necesito escuchar la letra cuando se viste de beso, la sílaba que muestra tu
aliento intenso y la palabra atrevida que transpira caricia y se convierte en
verso. ¡Háblame! Porque la boca ya no contiene mi voz, mis oídos son tuyos, mis
manos te respiran abiertas, mi alma de ti está sedienta y mi corazón espera la
nueva sangre que llene de vida, su vieja arteria. ¡Escúchame! porque ya vencí
mis silencios, los infiernos se fundieron en el tintero, mi libro está abierto,
los dedos prestos y la pluma de mi profundo deseo, ya escribe en prosa, la
caricia de tu beso.
Fluyen los sonidos y despacito
forman letras, la palabra se reinventa, el pensamiento con ella copula y nace
la frase: la idea determina, la pasión se muestra, el deseo acaricia y el
sentimiento la transforma en delicia. Escuchada por la memoria la razón impone
sus tildes, la nostalgia la viste de comas, el amor la suaviza y un susurro de
voz la penetra en tu morada. Una lágrima
la guarda y con ella resbala quedita por tu mejilla, recorre labios y tu lengua
la estira, alarga esa gota su membrana y como miel de ámbar la escribe en tu
garganta. Poco a poco la frase es tragada, el sentido pierde tino y la piel se
llena de escalofrío, el significado pide posada y por fin queda tatuada, en el
fondo de tu alma. Abre el corazón su latido, contorsiona un cálido cosquilleo
tu cintura, se cierra el ombligo y el espíritu lee, ama, cree, siente e
ilusiona tu mirada. La palabra es cobijada, la frase arrullada y el sentimiento
enraizado, en el fondo de tu alma.
Solo
hablemos, porque en el amor no nos conocemos. Hablemos de sentimientos, de
perdidas ilusiones y quizás de nuevos sueños, de tiempos perdidos y de viejos
anhelos, del aire cuando es viento y del mar cuando refleja cielo, de cuando
eras niña y yo quería ser caramelo, de aquel día que escribiste en la playa un “te
quiero” y de aquella espuma de sal que abrazó tus dedos. Hablemos de las
sombras en mis noches o de las caricias que necesita tu cuerpo, de mi trabajo o
quizás del frío que hace en tu infierno, de las sedas de mi Luna o de los
algodones de azúcar que disfrazan tus nubes. Solo hablemos de ti y de mí, solo
hablemos porque es ahora o nunca, solo hablemos porque la mesa está puesta, las
velas encendidas, el tinto ya descuelga en su copa y nuestras miradas ya
escriben prosa. Solo hablemos porque quizás algún día, cuando el espacio se
arrugue y el destino crea, cuando la palabra sea perfecta y el error se haya
ido…solo hablemos, del tiempo perdido.
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