Ven y
hablemos de nuestro amor, de cómo escriben tus besos, de cómo sientes mis
caricias, de cómo se pegan tus pechos en mi piel y de cómo convertimos un
silencio, en dulce gemido. Hablemos de ti y de mi, de tus lágrimas cuando
recorren mi mejilla, de mi sonrisa cuando queda tatuada en tus dientes, de tus
cabellos cuando entrelazan mis manos y de tus sueños cuando los visto de
ilusión.
Que no
queden en palabras nuestros sentimientos, en verso nuestro deseo y en promesa
lo que por ti yo siento. Necesito tu complicidad, estar cerca del brillo de tu
mirada y sentirte tan cerca de mi corazón que cuando te vistas de mar sea capaz
de ser el viento que te enchina, que cuando enceles el reflejo de mi Luna solo
tenga ojos para ti y que cuando te empapes con mi rocío, el primer gemido sea
el de mi alma.
Ven y
hablemos, dibujemos un nuevo amanecer, ese amanecer que nunca respira soledad,
en el que la lluvia duerme en nubes de viejas nostalgias, en el que mi locura
te viste de sedas y transparencias, en el que tus labios se pintan en mi taza
de café y en el que el deseo se deshace despacito entre nuestras sábanas.
Que se
abra el libro del amor, que los latidos corran, que el beso suspire labios en
cada rincón de `piel y que nuestras miradas se cierren en el profundo sentir.
Escúchame porque ya mis tintas nadan en sudor, un sentimiento está creciendo,
la música compone seducción y tu desnudez ya posee mi corazón. Tócame despacito
que tu calor abrió mi alma y en sus papilas relame fuerte pasión, el profundo
deseo por tu amor.
Ven y
hablemos, inventemos cada noche, cada Luna y cada momento. Descubramos que una
rosa tiene mil pétalos, que un aliento se puede abrazar, que un beso penetra su
lujuria hasta la garganta y que cada una
de tus caricias roba ternura de los ángeles antes de recorrer mi piel. Ven y
hablemos porque el tiempo nos regala un espacio, la vida una oportunidad y el amor,
un lazo eterno de libertad. Ven y hablemos porque en cada una de tus pisadas
pinté mis huellas, en cada uno de tus besos dibujé mis labios y en cada una de
tus caricias, escribí deseo en mi piel. Ven y hablemos porque el añejo tinto ya
descuelga sus gotas en nuestras copas y la pureza del fuego ya crispa entre
secos leños. Ven y hablemos de amor, de cómo se hace, de cómo se siente y de
cómo se sufre…Ven y hablemos de nosotros dos.
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