No tengo razones para decirte “adiós”, pero quizás tampoco las tengo para decirte “hola”. No te conozco porque mis dedos jamás acariciaron tu piel, solo tu disfraz. Tus palabras nunca fueron eco en mis versos y en mi poesía solo escribiste tildes mal acomodadas. Cuando te quise sentir, huiste en tu cobardía… Cuando empecé a mostrarte mi abrazo, solo sudaste excusas en la inmadurez de tu inteligencia y en tu desidia solo besé mi sufrimiento.
Y ahora llegas
con sutiles palabras aprendidas, frases que algún día fueron mías y que no
tienes ni idea de su sentido…No pierdas tu tiempo porque el mío es precioso, no
pierdas lo poco que te queda en tu dignidad porque la mía ya hace tiempo que
creció. No invadas intimidades que no te corresponden, no intentes jugar con
vidas ajenas porque quizás un día morirás en tu mismo veneno.
Te mostraste en
la plenitud de tu arrogancia y ahora eres la triste vengadora de sentimientos
que llora su hipocresía en las lágrimas de la risa. Quisiste cambiar tu vida en
la fortaleza de la efímera vanidad, creíste que la ignorancia era cosa ajena
cuando la llevas sembrada en tu alma, abrazaste la sutil ilusión del engaño y
en tu agonía solo llegaste a rasguñar mis silencios.
Vives en la confusión y en ella te amas y te
veneras. Vives en la falsedad de un destino que nunca te atreviste a escribir,
rebotas de pared a pared en un laberinto que construiste día a día a base de
orgullo y mentiras. Hermosa sátira que fuiste escuela en mi vida, simple
recuerdo que dañaste la memoria de mis principios y mordiste la yugular de mi
alma.
Te dí mis
labios y sonreíste en ellos, te dí mis ojos y abrazaste miradas, te di mi
cuerpo y acariciaste pasiones … Te llené el tiempo de calidad, te ofrecí
espacios para que crecieras en tu libertad y cuando te regalé mi alma…Abrazaste
con tus puños mis sueños, los arrugaste y los tiraste a la basura.
Deshecho del falso amor, contéstale a tu vida porque la mía ya tiene respuestas.
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