Dicen
que el tamaño sí importa y todos sabemos a lo que se refieren, pero a mí me
importa más el tamaño de la mente, la generosidad de la inteligencia y la
libertad del alma. Conocer no es siempre querer, pero siempre es aprender. Amar
no es siempre tener, pero siempre es ejercer tu libertad. Sexo no siempre es
compartir, pero siempre es pasión.
Comprender no
es aceptar, pero en el entendimiento damos opciones. Sonreír, no significa felicidad, pero desarrugamos
vida y llorar no siempre es tristeza, pero siempre es emoción. Escribir no
significa verdad pero casi siempre, desahoga un sentimiento. Crear no siempre se convierte en arte pero siempre
enaltece un gusto.
Cuando tus
ojos transparentan tu alma, te invade la vulnerabilidad. Cuando tus dientes
acarician tus labios, llega el deseo. Cuando tu piel se eriza, llega el
escalofrío y nace la pasión. Cuando tu corazón siente, tu alma prende alertas y
cuando tu alma es escrita, tu corazón se arrodilla.
La verdad no es patrimonio de nadie, pero cada uno tenemos la nuestra. La mentira es patrimonio del mundo y cada uno escondemos la nuestra. El amor no admite discusión como tampoco la expresión, porque en ellos nace la libertad y ella, nació antes que la Ley. La democracia puede ser discutida, pero es la mejor regla que tenemos. La dictadura de cualquier color solo es una imposición y más allá de su egocéntrico poder, lo único que le queda, es respirar el putrefacto aliento de su muerte. El voto es libre, pero cuando se vende, perfora las frágiles miserias sociales que impuso el mismo vendedor.
No digas lo
que dicen, no seas borrego de manada y toma tus propias decisiones. Edúcate,
escucha, aprende y sé tú. En tu libre albedrío piensa, habla y escribe. Que sea
tu libertad y entendimiento el que confronte, no tu subordinación. Que sea tu
inteligencia la que determine, no la copia de ajenas palabras. Que seas tú,
quien diga lo que sientes…No dejes que otros, digan por ti. No llenes tu vida
de vacíos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario