Incontrolable pasión que envenenas mi noche, deseo de fuerza y vigor de
hombre. Mar embravecido que ocultas sombras y deshaces ceras, libertad envuelta
en celo y pervertida locura de un sueño.
Escalofrío que naces del fuego, tormenta que envainas poder y enredas humedades
en mis sábanas. Sudor insoportable que recitas deseos en mis poros, gotas de
sentimiento que vacían mis ojos…Insufrible pesadilla que arrancas botones y
desgarras sedas en mi imaginación.
Intensidad,
anhelado gozo…Tinta que te diluyes en el calor de mis dedos. Te escribo y el
papel regresa a sus cenizas, te recuerdo y mis oídos se llenan de tus palabras,
te extraño y exprimo mi almohada, intentando sacar una gota de tu olor. Te siento, te añoro, te deseo. Quiero esconder
mis debilidades y no puedo, quiero revivir el músculo de la voluntad y no
puedo…Quiero que sientas lo que por ti siento y en mi atrevimiento emocional,
sigo ahogando este momento de pasión en los brazos de tu ternura.
Éxtasis que
rebotas entre las paredes de la angustia, excitación consentida en el circo de
mis temores, mágica lujuria que sostienes de pie la fuerza de mi vigor. Segundo
a segundo, crece mi pasión. Dejo que mis manos encarnen tus caricias, dejo que
mi piel se erice y que mis piernas se junten en el abrazo del profundo deseo.
Cierro los ojos y siento al fuego, escupir sus brasas. Muerdo mis labios y
siento dulzura…Te imagino y te siento,
te siento en la ternura de tu abrazo, te siento con la memoria entre tus pechos
y te siento con tu mirada, atravesando mi alma.
El cielo no
nos midió por igual. A ti te creó de una caricia y yo solo fui un invento que
nació del viento. A ti te adornó con su dulce poesía y a mí, me llenó de puntos
y comas. A ti te dio el regalo de dar vida y a mí me dio la oportunidad de
nacer de ti. A ti te dio hermosura, a mí la capacidad para entenderla. A
ti te donó la luna y a mí el ocaso de un
Sol, que a veces comete la estupidez de ensombrecer tu belleza.
Pasión de
hombre que cierras el ciclo de mis noches, atrevida cascada de emociones que
desbordas mi sudor y arañas sábanas de
soledad. Desquiciado momento en el que el deseo, escoge recuerdos y deshace
pecados. Pasión de hombre, que solo grita sus sentimientos en el dulce gemido
de un escrito.
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