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domingo, 31 de diciembre de 2017
viernes, 29 de diciembre de 2017
LA CARICIA DEL ALMA
La mira y
entiende, lo mira y consiente. Complicidad, celo en éxtasis, fuerza de hombre y
calor de mujer, poder y ternura, deseo y ansias…el momento escribe, la pluma
cede, detiene el tiempo su instante y respira codicia la Luna. Destella su
imaginación una estrella, traga el espacio su música, sufre el río su nervio y
se deshace en dos, se abre el mar y un sueño lo camina…el cielo siente y el
violín de la musa, despacito toca un verso.
Le pide el
cielo al viento una caricia, una prueba de amor profundo, una ternura suave y
tensa, la raíz de un gemido y la pausa del grito cuando desea. Se arrodilla el
amante, el poeta deja de escribir para sentir, un pétalo se desprende de su
rosa, la piel se llena de rocío y el sentimiento se viste de suspiro. Despierta sublime un silencio
entre hombre y mujer, se transforma la palabra, una voz jadea trémula, una
garganta excita su trago y unos labios, tiemblan sus ansias. Recorre desnuda la
imaginación, desprende el cielo sus óleos, dibuja un gran lienzo el viento, los
cuerpos se hacen uno, se pintan de colores y aceite… y ruedan y ruedan…y
ruedan.
Calma
tensa entre mareas de mar, inquietas burbujas bailan entre suaves espumas, arena
perdida entre manos y dedos, sumidos ecos en caracoles y horizontes sellados en
dorados ocasos. Desnuda el bosque sus leños, el desierto sus dunas, la montaña
su volcán y una brisa se llena de chispas. Prende la fogata el cielo, arde el
aire, el viento se llena de nubes y el aliento del trueno, de gritos y gemidos. El alma decora de luz una vela, deja chorrear
su cera, recoge cada gota en un pequeño hielo, espera que se abra, espera que
nazca y corta de tajo, el umbilical cordón de un gran deseo.
Camina el
deseo en silencio entre erizados vellos, el poro abre su memoria, una mano
atrapa su puño y la mirada cristaliza pasión. Despliega el alma toda su
elegancia, el cuerpo eriza sedas y
algodones, el corazón del viento excita
a besos su aire, recoge sus alas un ángel y toda la intensidad, concentra su cariño entre las vértebras de una
arqueada espina. Empina la columna su
vertebral condición, enchina la nuca las puntas de sus cabellos, imagina un
pezón su lengua, muestra el cielo su carne, contorsiona la cintura, lo surca
erecto el rayo y la lluvia del cometa lo
posee. El abrazo es salvaje, el beso
profundo, penetra miel, la fragancia suda, la mirada toca y el tintero de la
erótica sensualidad, desparrama por doquier ternura y sensibilidad.
Se
convierte el deseo en caricia, en esa caricia que entrelaza cabellos, que recorre
la nuca, que resbala por la espalda, que aprieta muslos, que eriza piernas y
tensa el músculo hasta la planta de los pies. Esa caricia que arrulla párpados,
posee mejillas, surca labios y moja lenguas…pellizca suave entre senos, funde
ternura en el ombligo y se pierde en el dulce limbo del edén…esa caricia de
placer entre dedos, de sudor pegado, de humedad consentida y de jarabe sabor a
vainilla y reflejo de Luna… esa caricia viajera de lo profundo, sabia y preciosa,
intensa y tierna… esa caricia llamada orgasmo…la caricia del alma.
¡QUIÉN LO SIENTA QUE LO ESCRIBA!
Si el amor vive en la cima,
la montaña escalaré, si nada en la fosa más abisal en ella me sumergiré y si
gotea en el pétalo de una rosa, en cielo me convertiré, de ternuras la primera
nube llenaré y envuelto en rocío lo amaré. Quizás sonría si mi boca lo besa,
quizás cierre sus ojos si es mi alma la que lo abraza, quizás tiemble si mi
corazón lo late y quizás me entienda, si mis humedades en su piel se pegan.
Cada vez está más cerca y lo respiro despacio para que mi vaho no empañe sus
ojos, porque ya siento el roce de su miel, la caricia de su mejilla resbalando
por mi pecho y el suspiro de su alma cuando
su mirada recito. Lo pienso y me observa, lloro y su mano me seca, sonrío y mis
comisuras se llenan de su cálida saliva. En la tristeza pinta de luz mis
sombras, abre mi boca y entra…y cuando su alma me pide, mi corazón profundo lo
penetra.
¡Ay, amor! Enséñame y
aprenderé, muéstrate y me mostraré, desnúdate y me desnudaré. Atravesaré tu
noche para entenderte, cogeré en mi puño tu ilusión y abriré mi vientre para
que tu deseo permee. Le diré al infierno que soy tu arcángel, a tus pozos que
soy aire, a tu mirada que soy iris de
cielo y a tus alas que soy libertad. Ya
cubrí tu hermosura con seda y algodón, la nube enceló cielo, el rayo su
trueno, la Luna encogió el destello de su Sol y mi piel…mi piel solo esperó la
ternura de tu caricia, copió un hilo de miel y expandió su dorado terciopelo.
Mira, ve esa Luz, es mi alma que se abre, mi corazón que rasga su sangre, la
mente que juzga su pensamiento y la idea que juega con su imaginación. No
detengas el sueño, abrázame en tu ilusión, detén tu corazón y deja que tu latido
traspase profundo en mi sueño.
Mil veces has visto mi mano sobrecoger mis piernas, has sentido mi tocar
y mis dientes apretar, la cuerda de una guitarra vibrar, el grito de una
trompeta y el suspiro de mi mar…y sabes que la que grita es mi soledad, que el gemido
es profundo, que el deseo es profano y que mi orgasmo está lleno de confusión.
Me dejas ir y raudo te extraño, caigo vacío, desmorono cada pared de holística
montaña, cada muro de confundido pesar y cada valle de maldito paraíso. Y en tu
oscuridad, siempre suena un saxo en el viento de mi bosque, un piano entre
ramas salpica y grita erecta una trompeta: no me dejes ahora porque empieza el
juego, un juego sin reglas, un juego de atrevimientos…un juego que escribirá de
colores mi destino.
Te busca el enamorado y encuentras
fuerza en el desahuciado, penetras en sentimientos de corazones equivocados, respiras
escondites entre las esquinas del pecado y te diluyes cálido entre los senos de
la proscrita amante. Envuelves cuerpos con celofán y caramelo, transparentas
miradas en tu éxtasis y caricias en tus escalofríos, explicas deseos en tu
huída y pasión en tu posesión. Amor que estás hecho de viento y cielo, de
algodón de nube y seda de Luna, de voz y música…de cautivas lágrimas y seductoras
sonrisas.
¡Despierta viento y pinta de nubes mi cielo! Enséñate en la pureza
de tu virtud y muéstrame la erección de tu alma, haz que suene profundo el bajo, que lata
pisadas un piano, que respire ronco el saxo y que la guitarra prenda su acorde en el sublime ocaso
del horizonte. ¡Qué dance su voz el coro!,
que la soprano enchine cada membrana de sus notas y que el silencio retarde su agonía en la
dulce melancolía de tu verso. Amor que confundes sentimientos y arrancas
esperanza en cada una de mis vísceras, amor que despacito esperas recostado en
tu ventana y ves como sufre un payaso su espesa lágrima, como un viejo cabestro
relincha quieto su comida, como el vagabundo arranca su horizonte y como el
bandido susurra un hurto en los oídos de su amante. Danzas con brujas sus
aquelarres y provocas que la nieve abrace fuego, que un frío recuerdo enrede
nostalgias y que el viento del norte
arrodille sus brazos a una intemperie que jamás buscó. Grita el sueño y una
ilusión lo quiere, el poeta gime y el Amor no se deja. Se deshace el laberinto
y muestra sus salidas, el amor se enamora sin querer, sin saber, con ilusión y
agarrado a los vestigios de un utópico sueño…se enamora de él y derrama
lágrimas, llora sangre y suda caricias. El milagro viste disfraz, se atreve,
huele y surca los cuerpos que humedecen su ansiedad. ¡Quién quiera que lo
compre! Grita la prostituta ¡Quién se atreva que me abrace! Grita el amor ¡Quien
lo sienta que lo escriba! Grita el poeta.
sábado, 23 de diciembre de 2017
DEJEMOS QUE LA NIEVE CAIGA...
Se pierden las miradas por las entrañas del
cielo, cargan nostalgias sus nubes, melancolías las arpas de los ángeles, recuerdos las estrellas y deseos los cometas.
Se funde la palabra con el verso, la
solícita caricia con el sentimiento, el querido abrazo con una lágrima, la
necesitada ternura con el terciopelo de unos labios y el pensamiento con la sublime imaginación.
Desbarata el silencio las redes del nervio, colisiona la idea en las sienes de
la mente, esconde la vergüenza su hábito
y las manos miran con tristeza el vacío
de un año, el escrito de un pedazo de vida y la poesía que nunca se recitó.
Eterniza la promesa su legado, el juramento tiembla, la distancia
expande su espacio y el tiempo corre sus prisas por las ubres de un viejo libro…ese
maltratado libro que escribimos día con día y que nunca leemos, ese libro que
enseña los matices del error, los
laberintos de nuestra arrogancia, las enredaderas del destino y las huellas que
se han quedado sin marcar. Y nos damos
cuenta que nos pidió el abrazo, que un beso quería seducir nuestra mejilla, que
una caricia se levantó y en la piel quería caminar, que una mirada nos regaló su ternura, que una
palabra nos habló de amor y lo único que hicimos fue lograr que el tintero del
alma, se llenara de un extraño orgullo que ni siquiera mojó la punta de nuestra
pluma.
El año se reinventa y el ser se queda atrapado en sus miedos, cambiando
de mano las brasas de sus infiernos y con el deseo de compartir una taza de
café de la que ni siquiera sus granos a trabajado. La resolución es caótica, la transformación
irreal, el destino una utopía y el sueño duerme entre vacías almohadas. La
soledad recurre a su abrazo social, a la hipocresía de un brindis sin burbujas
que pintar, al regalo por regalar y a
ese beso de sudada mejilla que ni siquiera Judas se atrevería a dar.
Transcurre el teatro entre ventanas de sutiles vahos, entre borracheras
enjuiciadas… con luces, serpentinas y uvas viciadas…con estereotipos bailando y
músicas solapadas en sentimientos ya perdidos, quizás por algunos añorados.
Corre el viento del Universo, con brazos
de huracán y piel de trueno. Arranca a los comensales de su mesa, se los lleva
en su viaje, cierra sus ojos y les habla profundo en el alma. Se pliega el
cielo, engulle distancias, abre mares y desbarata desierto por desierto. Abren
sus miradas y se muestra la guerra, la sangre, el hambre, la injusticia, el
frío y el profundo escalofrío cuando devora almas. Lloran secas unas lágrimas
porque no tienen una mejilla donde resbalar, pequeñas manitas acarician temblorosas
pieles hechas de hueso y los corazones laten en hundidos vientres. El frío
corta, una bala expande metal en una pierna, agacha su cabeza la madre y da
calor a su niño de regazo, explica el
padre que hay un mundo mejor pero en sus ojos no cabe un sueño, en su vida no
hay una oportunidad y en su incipiente muerte entiende su libertad. Se miran,
caminan despacio sus piedras y se preguntan en silencio: ¿Navidad?
Rasguña intenso ese sentimiento a los que buscan la justicia social,
resbala conciencia entre los provocadores, escribe ignorancia en el ser humano
y olvido en nuestros “queridos” líderes políticos. Y mientras tanto…mientras
tanto dejemos que la nieve caiga, que cada uva nos recuerde que hay niños que ni una
semilla tendrán en su boca y que por cada abrazo fingido, hay personas en
nuestro mundo que pagarían con sus sueños, por el calor de una sincera y dulce caricia.
Feliz Navidad y próspero 2018.
viernes, 22 de diciembre de 2017
NATURALEZA VIVA.
Sonríe tierno el eco de la montaña
porque ahora salta entre los espejos de sus nieves, se relame una estrella en
su destello porque el cielo sabe que es de ella, apacigua el copo su caída porque el viento lo
arrulla en su regazo, deshace inquieto un topo su nido y grita impotencia el
alud, porque es contenido. Mira lejos el corazón cuando intenta acortar la
distancia, suspira el gemido cuando extraña su piel, llora el nido su vacío y
tiemblan unas burbujas en la copa del proscrito.
Sirve su
cena el lechón y unas verduras ensalivan bocas,
el árbol desenvuelve regalos y un trineo escapa del niño. La soledad
duele, una profunda tristeza se subleva, el aire tiene hambre, la guerra no
cesa y el violín de la tregua, estalla sus cuerdas. Un anciano recoge pedazos
en la basura y el mendigo se los quita, el cura aturde con su sermón y un ángel
la limosna se lleva para explicarle lo que es pobreza, el político duerme y el
pueblo palidece, las calles guardan su historia, los portales sus fríos, el
sereno sus llaves y el borracho sus razones.
Despierta la Tierra de su letargo y clama justicia, muestra al cielo las
huellas que día con día la pisan y que nada le dejan, enseña al Universo los
inútiles vahos de las palabras perdidas, que sin sentido retumban entre sus
sienes y exige la pronta restitución de sus paisajes. Grita el fango y pide más
humedad, clama una duna la caricia del viento, explota el volcán y cuando su
lava acaricia, la Tierra tiembla. Le pide al mar que no le quite su arena, a la
Luna que refleje sus aullidos, al Sol que derrita nieves y de vida a los ríos y
al humano, que vuelva a serlo. Llena de silencio sus flores para que cada
pétalo absorba su rocío, embriaga de exóticas fragancias sus bosques para que
el cielo los respire, pinta de ocres su otoño, de blanco el invierno, de verde
su primavera y de rojo intenso su verano. Suda miedo, exhala infierno, piensa
una imaginación, siente ilusión, dibuja un sueño y le suplica al horizonte que
se reinvente en cada amanecer.
Late
la Tierra, huele a madre y sabe a caricia de amante. Vibra el cielo porque
envolverla quiere, desatan frescura las nuevas ramas, inventa un misterio la leyenda y se deja
acariciar el romance. Suenan los tambores en la era de acuario, el baile está
servido y empieza una aquelarre de naturales sentidos. Se desnudan las brujas
del trueno y se confunden entre las princesas de la lluvia, abraza el silbido
del viento las sábanas de su aire y el orgullo de la nube, esponja sus
algodones. Viaja un desierto y carga en su mochila mil estrellas, cabalga entre
sus montañas el inquieto río y cada burbuja erosiona su piedra, espera paciente
el mar, el arcoíris escoge un artista que lo pinte y la nieve a un Sol para
renacer en agua de vida. Prende el Sabio la última fogata, junta los leños de
la nostalgia, trocea una por una las secas ramas de la intolerancia, las caídas
hojas de la vergüenza y espera sereno el clamor del ´relámpago. Se ilumina
boreal el cielo, cae el rayo y se prende la chispa de la nueva libertad. Arden
troncos, maderas y vergüenzas, los colores huelen sus intensos chasquidos, expresa
vida la Tierra, habla, canta y recita, se compacta en su vaho el rocío y se
transforma en libro. Recoge el Gran Sabio la más antigua pluma de ave, la moja
con su sangre y escribe que otra vez la Tierra siente, que el cielo la guarda y
que el humano, por fin entendió. El libro es cerrado, besado y sembrado: lo
late la Tierra, una ilusión lo enreda, un deseo lo moja, el sueño se convierte
en raíz, la utopía en imaginación y el árbol crece, se llena de color, de
candor y de vida. El humano lo mira y se conjura en el milagro; se enreda en la
misma ilusión, se moja con el profundo deseo, deja que sus sueños sean raíz,
que la utopía abrace su imaginación y que la Tierra llene su vida de colores y calores.
miércoles, 20 de diciembre de 2017
LÁGRIMAS DE AMOR.
Crece
una ilusión, la caricia aprieta el alma, una ternura toma su forma y el tenue
cosquilleo invade intimidad. Grita el niño un sueño, se desbarata despacito una
nube y el cielo llora, recoge un trueno su rayo y el viento ya silba esquinas, pide
el mendigo un trozo de pan y mira estresado un árbol a su perro…una pequeña
abeja hace miel y una Luna se la roba. Mira el sabio su entendimiento y la roca
piensa su peso, escucha el equivocado un consejo y un pedazo de razón corre desnuda,
disfrazada de un ajeno orgullo.
Camina un hada en busca del profundo bosque, allí donde el sentimiento
enreda memoria, el frío nada en sombras, las espinas erizan sus tallos y los
olores confunden humedades. Ya sus alitas no transparentan dulzura, sus ojos miran
tristeza y sus manitas no se atreven a tocar su cara. No puede volar, su
corazón casi no late, la piel tiembla y sus huellas solo pintan las escamas de
un perdido deseo por vivir. Emerge absoluta y vanidosa la oscuridad, corroe el
miedo cada pisada, el aire azufra su oxígeno y el bosque se convierte en un
gran laberinto de fantasías: hablan los musgos, se retuercen los troncos en sus
árboles, las hojas vibran y las flores cambian de color, crecen los insectos, el
polen camina, el eco copia un rasgado
silencio y el cielo olvida sus estrellas. Un río estriñe su cauce, huye el lagarto y la
serpiente trepa, la viuda araña alucina con su hongo, el follaje se convierte
en brasa y un murciélago revolotea entre
círculos de humo.
Cae
exhausta y recuerda que un día fue mujer, que una historia de amor la protegía,
que unas manos de ternura la llenaban, que sintió por años la intensidad de un
beso y que una mirada siempre la adoraba. Mira sus manos y entre vacíos
encuentra la razón de una decisión, la valentía de su transformación y aquel
libro que al tocarlo, dejo de ser mujer para ser hada. El hechizo de unas
letras cambió su piel, la mirada y su destino. Aquel amor jamás se despidió, la
muerte se lo llevó y solo unas tintas dejó: entre versos de agonía, rimas de
ilusión y sueños de eternidad dejó un deseo escrito, un deseo de posesión…una
caricia de su pasión. Y aquel día el libro se abrió, la mujer leyó y en hada se
convirtió, en hada de luz condenada a vagar entre las sombras de la nostalgia,
entre las fauces del recuerdo y siempre pensando en la última voluntad de aquel
hombre: “amor de mi vida, destino de mi eternidad, cielo de mi luz, serás hada y en mi espíritu por siempre
volarás, serás hada y en mi alma tintinearás, serás hada hasta que la memoria
te de libertad y vuelvas a ser mujer”.
Y el
hada no podía dejar de recordarlo, las sombras ennegrecían, la vida se apagaba,
el aire no respiraba y el pesado olvido no oprimía su pecho. Abrió los ojos,
perdió su mirada en el primer aliento de un viento y una fantasía le habló: “ámalo
intensamente, deséalo en luz, exprime su recuerdo hasta que la mente duela y
llóralo hasta que no quede una lágrima en tu cuerpo. Recoge cada lágrima en el
cuenco de tu mano y despacito míralas, siente como cada parte de él está en
ellas, ponlas sobre el pétalo de una rosa, ve al río y déjalo ir”.
Así
lo hizo el hada, así hoy lo recuerda la mujer. El apego es deseo pero el
verdadero amor es libertad. Lo dejó ir y ahora cada vez que camina por el
bosque respira su olor, cada vez que mira al cielo ve su estrella y cada vez
que lo recuerda, se siente más mujer.
martes, 19 de diciembre de 2017
EL JUEGO DE UN AMOR.
Ya
el aire muerde tu mentira, el olor es extraño, tus lágrimas no resbalan, el
aliento incomoda y tus ojos ya no miran. Suda nervio tu piel, la caricia es
áspera, la palabra entrecortada y el silencio estremece. Le juraste a la música
mi melodía y embriagaste sus acordes con los alcoholes de tu traición. Creíste
que el verso se escribía con la razón, que el latido no era más que la sangre
en ebullición, que la ternura de mis dedos la merecías y que entre mis sábanas
esconderías tus miedos.
Cortaste en
dos el umbilical pensamiento de mi origen, dejaste que mi jardín secara sus
humedades, que las arrugas de mi cara no entendieran sus por qué y que mi Luna se llenara de oscuridad
cada vez que fingías. Jugaste con mis sentimientos, con mi saliva y con mis
manos; te abrí mi alma y defecaste en su vientre, de ti llené cada una de las
hojas de mi libro y arrancaste las tildes, las comas y las rimas. Te creí mujer
y solo amé las sombras del infierno, te adoré
y tu altar solo fue un laberinto de pasiones no correspondidas, te
idolatré y entre ceras entendí que tu escultura era de pura arena.
Y ahora que
te escribo, corto la nostalgia en dos, el recuerdo en pedazos y tu memoria en
gajos. Me retuerzo en mis entrañas y renuevo mi autoestima, me abrazo, me
acaricio y me quiero como jamás tú no supiste hacer. Abro cien libros y leo que
no estoy solo, me pierdo entre viejos poetas y beso sus versos, duermo con mi
música y la penetro con todo el vigor de mi alma. Miro el reloj de mi Tiempo y
le pido una pausa al destino porque ya huelo las dulces ubres del amor. Imagino
el vuelo de mil pétalos, un fantástico aquelarre de estrellas junto a mi Luna,
un beso de ángel en mi mejilla y una caricia de cielo que envuelva en sedas mi
cuerpo…imagino en mí la miel de una piel, el rizo de un cabello en mi pecho, la
contorsión de una espalda en mis manos y un aliento de pasión fundiendo vahos
en mi boca…imagino con los ojos abiertos y la mirada cerrada, la dibujo con la
punta de mi lengua y la pinto con los óleos de mi sudor.
Juega el
sueño con la ilusión, la emoción con la percepción y el deseo con la pasión.
Juega el mar con su horizonte y el trueno con su rayo, el cielo con sus nubes y
el Sol con su Luna...juega la historia con quien la relató, la leyenda con
quien la inventó y el sentimiento baila elegante con su poesía. Un alma se
reinventa, se transforma el hombre, un corazón late fuerte y diferente, la cama
destiende sus sábanas, el perfume es distinto y el amanecer, ya huele otra vez
a café.
lunes, 18 de diciembre de 2017
EROTISMO Y PROFUNDO AMOR
EROTISMO Y
PROFUNDO AMOR (Tercer Libro)
EROTISMO Y PROFUNDO AMOR, ES EL ÚLTIMO LIBRO DE LA
TRILOGÍA HISTORIAS DE ITACA. MAS DE 140 PÁGINAS EN QUE LA PROSA POÉTICA REALZA
CON SUMA ELEGANCIA Y PULCRITUD LOS MATICES DEL EROTISMO. MÁS DE DOS AÑOS DE
TRABAJO A TRAVÉS DE MI BLOG, DAN COMO RESULTADO ESTA RECOPILACIÓN DE
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AGRADECIMIENTO
Durante estos últimos dos largos años, muchas personas me han apoyado,
confiado y brindado su desinteresada amistad. Quiero nombrarlas una por una con
el firme deseo de no olvidarme de ninguna y desde el fondo de mi alma
regalarles un enorme abrazo lleno de ternura y sinceridad:
Emi Contreras, Grinelda Velazquez,
Luz María de Luna, Leticia Canto Lara, Esmeralda Sanabria, Karely Quintana,
Mercedes Amaya, Carlos Enz Podal, Carolina Alexandre, Margarita Schaerer, Ana
Acevedo, Pina Spitaleri, Marga Sanz, Rosita Cubela, Les RG, Juan Hernández, Patricia Remanso, Amparo de la
Garza, María del Carmen Rosales Ávila, Angelita Colanzi, América Ávila, Nidia
Traversi, Yulyl Contreras Miguez, Stella Marys Chavero, Alberto Silva, Moisés
Martinez, María Rosa de la Luz, Miguel García, Nuvia Galindez, Antonia Jimenez,
Nataly Pilar Pastor, Dulcinea Gut, Pablo
Martín Zappino, Elia Rita Acosta, Myriam Margarita de Luro, Lenice
Ebert-Maziero, Ana Noemí Silva, Susana
Charlott La Fiera Ibar Gonzalez, Montse Andreu, Verónica Castañeda, Mena D`Errico, Mary OD, Cristy Pérez, Sueños y Fantasías de
una mujer común, Cristina Sánchez, Carmen Baio, Laura Campsaulinas, Jordi y
Xavi Martinez, Montse SB, Margarita Capcha Paucar, Nestor Vevi, Julia, Geni
Giacomotti Passuni,Patricia Nuñez Carinao, Zeza Neves, Ricardo A. Campissi, Donna Byrd, Kelly Lasters Youngblood, Khira
Evans-Snow, Faby Casasola, DeborahLynn Smith, Christina Marcetti, Contestina
Caballero, Savannah Hart, Penny Daluz, Liz Thrash, Amanda Tarelo, Michelle
Walden, Victoria Blackwood, Susan Stephenson, Sharon Brake, Charlotte Klinger
Shaub, Jackie Palmer, Donna Kelly, Laura Schoenfeld, Suzán Éva Balázs Balázs,
Lucy Barton, Barb Smith, Mzkimberly Michelle Abercrombie, Angela Moes, Jim
Lusk, Hugo Fernando, Delia Rubalcava, Sofía Alonso, Davinia Marco Moldero, Martina
Cariño, Abelardo Rendón, Leticia Estrada, Iván Cosme, Ángel Elguera Rivera,
Patricia Edith Bellver, De amores Antonio Marcos, Isabel Hoyos Luna, Alexander
Castillo, Mercedes Morales, Zenaida Medina Martinez, Marya Gabryel Portylla,
Mónica Ramirez, Samanta Sueños, Torres Vicky, Ibeth Adriana Navarro, Fernando
Pinzón, Antonio Jimenez, Montserrat Vega, Roberto Antonio Rodriguez, Germán
Xavier, Ana María Pedraza, Malania Nashki, Joaquin Lourido, Rayza Rayza, Rosita
Fresita, Carmen Gallardo, Tania Mar, Antonio
López, Fran Cenamor, Flor Oliva, Levis Superlano, Angel & Angel, Anabel
Monasterio, J.E. Guimaraes, José Raposo, Juanky, María E., Krystel Cortez,
Beatriz Suarez, Felipe Ramirez, Eufemia, Amore & Paola, Cuore in Love,
Yasinne Laplume, Emilia A. Martinez, Mónica Rachel, Natascia Tiberi, Augusto
dos Santos Araujo, Corazón Apasionado(Miel), Elizabeth Johnson (Elisa), Luz
D`Luna, Fiera Indomable, Ángel Báez Pulido, Pilar Serrano, Maylo Valdez,
Maricarmen Santos, Mónica Arbelo, Juan Carlos (Mundo blog), Ana Ángel, Elena
Ángel, Luc Meunier, Anastasia Beatriz, Odalys Martín, Axel Nunezz.
GRACIAS POR TANTO APOYO
EROTISMO Y PROFUNDO AMOR (Tercer Libro)
Erotismo y profundo amor, es el último libro de la trilogía Historias de Itaca. Mas de 140 páginas en que la prosa poética realza con suma elegancia y pulcritud los matices del erotismo. Más de dos años de trabajo a través de mi blog, dan como resultado esta recopilación de sentimientos escritos, abrazando los límites eróticos en la pureza del amor.
sábado, 16 de diciembre de 2017
TAL CUAL Y TAL PARA CUAL
Corre
un cuerpo bajo la lluvia, flota el sudor, la piel desnuda libertad, el impávido
rostro no admite miradas y el pensamiento concentra ideas entre gota y gota. Tal cual se muestra en su umbilical paridez,
tal cual es y tal cual corre y corre su libertad. Enseña como es y todos
asustan prejuicios, pierden sensibilidad en sus reojos y lo señalan con el
índice de su inmadurez.
Restriñe una acera su paso, un pianista equivoca su tecla, los portales
cierran su ambigüedad y una farola funde su bombilla. El claustro expulsa
monjas y arrodillan sus pecados en el parque para verlo pasar, aprieta un viejo
cilicio sus púas, canta el trovador a un viejo amor y baila el juglar a brincos
entre estrella y estrella.
¡Dejen serlo! Reclama el águila y el cuerpo penetra audacia entre las
sombras del profundo bosque. De frente lo mira el árbol y las ramas leen entre
sus arrugas, la hierba pisada gime suavidad, la rosa cierra sus pétalos porque
su olor es demasiado intenso, la oscuridad lo entrelaza y el paisaje lo asume
como parte de su fotografía. Corre el cuerpo su ansia, el desenfreno vibra y
las piedras mueven su pesadez, el musgo esconde su hongo y el gnomo se abriga, un
elfo lo admira y el ancestral druida prepara su pócima. Vierte el cielo maná de
calostro y pan, un viento del norte cubre sus huellas de tersa nieve, se atreve
el trueno y calla bocas, el cuerpo acelera, el músculo se tensa, el vigor arde,
las rodillas queman y las manos se llenan de puños de frío aire. Duele y huele
a libertad, la decisión embravece, la imagen se visualiza, la emoción permanece
erecta y el objetivo sitiado en la mente del libertario, ya sabe a victoria.
Llega el cuerpo junto al gran pozo de los deseos, una hermosa luz lo
absorbe, el silencio no se mueve, jade la respiración, el latido se detiene y
otro cuerpo lo toca. Se prende la naturaleza de ceras y estrellas, chorrean y
destellan, chispean y brillan…escriben y recitan. El druida terminó su pócima,
los cuerpos beben, las desnudeces se pegan, las manos acarician, las pieles sudan, los
dedos caminan, las espaldas arquean su cintura y las piernas enredan humedades.
Dos libertades se funden en una, son como son, nadie los detendrá, los jueces señalarán
sus propias vergüenzas y la madre Tierra los absorberá hasta su profundidad.
Dos
cuerpos corren bajo la lluvia, son fango y árbol, cielo y nube, Sol y Luna,
espuma de mar y firmeza de horizonte, pensamiento y música, sabor y olor,
fuerza y ternura…pasión y deseo. Dos cuerpos vibran su libertad, tal cual y tal
para cual. No hay limitaciones, restricciones o inventados pecados. No hay
sumisión ni engaño, ni miedo ni vergüenza. Todo fluye, todo se inventa, la
imaginación se hace una y otra vez, la promesa no se rompe, el beso siempre es
mejor, el escalofrío se vive y el amor se da y se da…y se da. Tal cual y tal
para cual.
viernes, 15 de diciembre de 2017
DESENAMORADO...
Se
desenamora la nube de su cielo porque las estrellas lo llenan, camina celoso el
cometa porque no tiene tierra que lo abrigue, entristece el Sol su calor porque
su Luna mengua y no lo refleja, siente dolor el amor porque la distancia no
acorta ternuras.
Cabizbajo
sufre el sentimiento porque no hay piel que toque su alma, no hay verso que
explique sus vacíos ni música que calme su ansiedad. Despacito mueve el corazón
sus latidos, el río de la esperanza ya
no erosiona sus piedras y el pacto, cansado rompe el contrato. Desde lo más
profundo atraviesa cuerpo la lanza de la decisión, el nervio se apodera de la
membrana del aura y en las entrañas de los miedos bailan nuevos demonios. La
incerteza vive, la seguridad desaparece entre principios y viejas educaciones, la
estabilidad corroe, el atrevido deseo se apaga y el increíble ser humano,
dibuja un nombre en su playa, clama alta marea y deja que la blanca espuma lo
borre para siempre de su memoria.
Cree
en el olvido, en la destrucción de un recuerdo, en el colapso de los sentidos y
en la reinvención de los sentimientos. Pinta de blanco y negro su mente,
arranca a jirones los pedazos de piel que un día sudaron aquella pasión y poco
a poco escribe en su libro la añoranza por un nuevo amor, por un amor que pueda
tocar. Se desviste la tragedia, la imaginación cierra su telón y la noche se
pega al día en la rápida rutina de un desamor. Desnuda su cama, cambia sábanas
y almohadas, nada huele, nada sabe y nada se atreve porque en aquel lecho vivió
humedades, apretó entre piernas sus ansiedades y secó los deseos carnales de
sus lágrimas.
Pero
un día el destino le recordó la condición etérea de sus sentimientos, la magia
astral de su áurea, los sentidos que brotan del alma y perforan sudor en cada
poro de piel, los deseos genéticos de su sangre por latir en otro corazón y el
vacío de una mirada, cuando no penetra amor. Durmió y en su posición fetal
soñó. Abrazado por la imaginación se llenó de luz y viajó, la distancia dejó de
ser palabra y se convirtió en un pequeño número, el tiempo dejó de ser señor y
se momificó, cada verso rimaba, la ilusión fluía, la emoción desgarraba
infiernos y el contacto llegó.
Olió
la nube su cielo, el cometa se pegó a un planeta, se llenó de reflejo la Luna y
el Sol expandió todo su calor, vibró el arpa porque el amor estaba cerca de
tocar ternura y el majestuoso río de los sentimientos, volvió a rodar y a erosionar sus piedras. Se abrazaron los
cuerpos en su astral condición, bailaron dos almas y la pureza de la sangre
embaucó las áureas. El pacto selló una eternidad, los demonios durmieron en sus
propios miedos, la certeza mostró razón a la mente y el deseo se atrevió a ser
destino. Despertó el sueño, corrió el ser, llegó a su playa, gritó al mar que
fuera baja su marea, recogió con sus puños aquel nombre escrito de arena, absorbió la blanca espuma con toda su alma,
se abrió el pecho, abrió sus manos y dejó que cada grano de nombre se tatuara
por siempre bajo su piel.
miércoles, 13 de diciembre de 2017
EL MENSAJE
Pasa raudo el tiempo, la caricia es corta, el
aliento prisa, el latido tiembla, la idea estremece espacio, sufre la seda y
una mano se pierde entre botones. El placer pide paso, las vértebras se abren,
enchina poros la piel, un beso relame consentido, el silencio pierde eco y un
suspiro reclama espacio. La mirada penetra, el calor desea, la cera chorrea y
resbala aceite de cuerpo una humedad. Escribe un sudor su ego, el olor perfuma,
la excitación siente, el vestido se pierde, el alma sonríe pícara, el
sentimiento vibra, la ilusión nada y comienza el sueño: destellan cien
estrellas, una lluvia vuela, el cielo abre su lienzo y un aire envuelve sus
matices, derrama miel la Luna, la nube pinta con algodón de azúcar su reflejo y
un meloso viento baila rimas de mil versos en el clímax de una poesía.
La cama destiende su nervio, respira profundo su olor una almohada, otra
se abraza en la última ternura y la cabecera, limpia despacito el vaho que
empañó su atrevida mirada. Vive trémula la nota en su mesita de noche, a su
lado una prendida lamparita le da espacio, el mensaje es leído, el café agota
su impaciencia y el ansia empieza a robar día. El pensamiento cae en confusión,
unas llaves pierden su propósito y la puerta se cierra sola. Gritan las
pisadas, la imaginación punza la sien, el reloj se mira sólo, abre sus puertas
el metro, sale y entra la manada, mira cerca un cantautor y el oxígeno respira
quien sabe que fragancia. La calle se muestra, el mendigo pide, el perro posee
su árbol, el ladrón espera, la farola duerme y la ilusión vacía razón. Sucumbe agotado el trabajo en su primer
minuto, los pendientes pueden esperar, el análisis cae por su peso, el desayuno
se olvida y decides que todo el mundo te mira. Enfría su poso tu segundo café, fijas
ignorancia en un punto del infinito y tu mente recorre una y otra vez, letra
por letra, aquel mensaje: “esta noche será mágica, inolvidable y la más hermosa…te
veo 9.P.M.”.
Pierde el horizonte su mar y se pega a un árido desierto, la boca seca, manos
frías, un latido en la garganta y cosquilleo en la planta de los pies. No suena
el teléfono, el plan sigue, la noche promete y la seguridad duda. No llega el
aliento a tocar dientes, el cigarrillo es devorado y los vasos de agua
colapsan. Todo sucede en cámara lenta, la ralentización es máxima, la urgencia
apremia, las preguntas se suceden y la silla es lo única solidez que no se
mueve. Relata una manecilla su paso y la otra no se mueve, todo se transforma,
las cosas se hacen, escuchas risas, quejas, silencios e impresoras, se paraliza
el ser y solo oyes aquella voz que escribió el recado. La tarde se escribe con
su ton y sin tu son, por fin el Sol decide su ordinario destino y el horizonte
se pega a su mar, muestra su dorado color, su majestuosidad y el aviso de que
la noche está por llegar.
Se
abre poderosa la imaginación, un viejo deseo abre la puerta y el ambiente es preparado
con meticulosa ansiedad. Detalle a detalle, promiscuidad en saliva, fuego en
ceras, bohemios cristales en espera de su añejo
tinto, chocolate negro en su fondue y una ensaladera con natas, fresas, nueces
y almendras. Uvas brotando burbujas por doquier, caviar ruso y un ahumado
salmón noruego, música de terciopelo y calor resbalando paredes. Suave olor a
jazmín, sándalo y exótica madera, exquisitez, elegancia y sublimes fragancias
con sabor a dulce seducción. La
perversión late espera, el nervio contorsiona su tiempo y el nudo abrocha con
firmeza su corbata.
Puntualidad inglesa, firme convicción, tensión y desvergüenza. Belleza
de mujer, pentagrama de sentidos, letras hechas sentimiento… verso vestido con
sabor a poesía. “Hola” y desbaratas mis convicciones, la palabra se convierte
en dulzura y el pensamiento en vacío, el beso pega mis labios, tu olor embriaga
mi sexualidad y tu elegancia me vence. Despacito desanudas mi corbata, la
mirada es intensa, te respiro cerca, un dedo recorre la incipiente barba y
estremece mi oreja. Camina sin prisa tu caricia por mi cuello y tu mano
desabrocha botón a botón mi camisa. Erizas mi vello, tu piel huele a orquídeas
y satín de Luna, te desea mi pecho y tu lengua lo sabe, mueves tu cabello y en
él se pierden mis ojos, sufre la música cada acorde, la ternura es cadencia, el
ansia placer y la palabra, suspiro. El momento camina, poco a poco detiene
tiempo, poco a poco posee…poco a poco sabe a ti y a mí.
Viajan los cuerpos pegados a cada
pared, sienten las pieles que no hay amanecer, duerme el silencio entre gemidos
y una extrema sensibilidad cristaliza los ojos del profundo amor: “sentirás mi
profundidad de hombre, el poder de un desgarrado sentimiento en cada uno de mis
músculos y te penetraré con toda la fuerza de mi alma”. Provócame y recuéstate
porque necesito tu tatuaje en cada pétalo de mi cama, atrévete porque ya el
deseo escribe a gotas mi pasión, desnúdate porque el chocolate quema, las
burbujas están heladas y las fresas ya tiemblan en sus natas. Ven y siente mi
caricia recorrer tu espalda, mi vigor erizando perlas y mis dientes besando
cada uno de tus lunares. Te pinto de miel y chocolate, te absorbo de niña a
mujer porque me excita cada chispa de tu sudor, quedito te como de cabeza a
pies porque cada pliego de tu piel es sueño de placer, despacito te mueves,
vibras y escucho tu aliento, contorsionas tu cuerpo, te miro de frente, quieres
más, sentimos el escalofrío que viene y descanso tu espalda sobre la seda de
mis sábanas. Te dibujo de natas, te adorno con fresas, nueces y almendras, te
lleno de burbujas y completo, emborracho mi espíritu de ti. Y la odisea avergüenza
pecados, lleno de caviar el cáliz de tu edén, la osadía inventa nueva
imaginación, muerdo una fresa en tu pezón, mi lengua se llena de su nata y
entre tus piernas sacio mi sed de
burbujas y escribo ternuras cuando tu caviar entre mis dientes se pierde.
Esculpen mis manos tu cuerpo de mujer, entre natas y chocolates resbala mi
aliento, arquea tu espalda el primer orgasmo y resbala húmeda cada caricia de
placer entre tus piernas. El silencio es eterno, el abrazo se pega en miel y
aquella ansiedad, aquel mensaje…vivió.
lunes, 11 de diciembre de 2017
TENTACIÓN
Rescata el piano sus notas, duerme la flauta en el susurro de su aire y
apaga el puro del jazz un viejo saxofón. Se reinventa el éxtasis en el agudo
violín y grita una trompeta su dulce melodía, se moja una piel y el verso se escribe
despacito, suelta gotas de miel un gemido y la tentación camina de bar en bar.
Sentada, sin hablar, la copa a medio llenar, vestida con seda de ilusión
espera la dulce tentación. Sirve el cantinero y de reojo la mira, un viejo
verde la remira y un humo envaina su niebla y esconde ojos. Se prende el
ambiente y medio oscurece el latido, sudan las manos y tiembla el hielo en su
vaso. Un dedo recorre labio, la rodilla enseña sabor, el escote enchina deseo y
un sereno guarda las llaves del pecado. La tentación solo escucha silencio, lee
mente y absorbe ajenos cariños, calcula distancia y propone ternura, piensa
poco y quema un último cigarrillo.
Abren aceras queditos pasos, saludan temerosas dos farolas y una fachada
deshoja parte de su pintura. Camina el
poeta entre sombras, viaja su alma rasgando aquí y allá un atisbo de
inspiración, un taxi educa las buenas noches y el mendigo se queda sin limosna.
Entra el hombre a la calidez de aquel bar, bajo su piel un verso desahuciado y
entre su incipiente barba, una vieja caricia luchada. Se quita el sombrero y
retira la primera silla que le presenta una mesa, el abrigo cae en su respaldo
y deja que el vaho de su aliento empañe el sucio cristal. Llegan de sorpresa
unas aceitunas, enredan madera los palillos y el suave y negro vermouth
engalana de un recordado sabor su boca. Viaja el poeta por sus miedos, la
tentación lo espera y él lo sabe, mirarla no se atreve, el hielo no se deshace
y la mesa le muestra tímida su cojera. De repente un olor embriaga el sentido, un
sentimiento escribe alevosía y un pedazo de piel arde entre sus piernas. Se
levantan los ojos y de frente miran, la tentación reta, un sudor exhala prisa, huye
despavorido el romance y punza fuerte el deseo por un placer. Piensa el poeta y
su mano tapa boca, huele su vermouth y lo absorbe poquito, recuerda aquella caricia
regalada en su mejilla y compra tiempo. Se huele y la feromona lo excita, cierra
sus ojos y parece sentir, la tentación se levanta y a su lado sienta la miel de
su piel. Se miran, el suspiro no se atreve, una lengua recorre su labio y la
otra por dentro acaricia sus dientes, un pezón asoma transparencia y el hombre
sufre el disfrute, la mirada es cadencia y el hombro seducción, la respiración
intensa y profunda la exhalación…la mujer pregunta y el poeta escribe una
inventada respuesta, la tentación se acerca, una humedad crece tersa, la
complicidad marca el mismo destino y a lo lejos una cama se imagina sin
sábanas. De la mano del bar salen, el poeta
y su tentación, la inspiración y su sombra, la nostalgia de una caricia y la
excusa por una eyaculación, la verdad de una estampa y la mentira de una
sugestión mal pagada.
Llega el poeta a su casa, mira frío su
cama y la historia se funde como utopía en sus manos. Llora el verso su
incomprensión y el nervio tensa una inspiración, la tinta salpica y la pluma
tiembla, el viento abre ventanas y llega la musa, el hombre siente, el poeta imagina,
la tentación sirve ideas en bandeja de plata, los sentimientos colisionan, el
corazón late, el alma se llena, la emoción crece y la poesía escribe sus
elegancias. Descubre la tentación que nadie la poseyó, que el portal fue su
umbral y que aprendió que una piel sin un sentimiento es como un corcho sin su
vino, seco por fuera y sin alma por dentro.
domingo, 10 de diciembre de 2017
...Y LLORÓ AMOR.
…Y
quiso el hombre que la montaña se cerrara, que el mar se abriera y que
enmudeciera el viento. Por un momento con su dedo tapó el Sol, su mirada
deshizo nubes, el vaho de su corazón pintó rocío, expuso el alma y el grito del
trueno, desgarró su espalda. Gateó despacito su paisaje, arañó de uñas el viejo
fango, sintió el temblor del miedo y cuando quiso llorar, cien miradas lo
juzgaron. Se rompió su corazón, escamó su `piel, curtió alma, se levantó y el
primer sendero caminó. Sudaba intenso el sentimiento, sediento apretaba labios,
un temor izó bandera, la inseguridad besó tierra y aquellos principios
educados, desbarataron una por una las duras lágrimas de tanto dolor.
Caminaba sin llorar, deambulaba por un laberinto lleno de espejos, de
profundos bosques y de ocultas sombras. Lleno de preguntas esquivaba indolentes
respuestas, pleno de emociones vagaba en espíritu, oliendo su propio vacío disgregaba pisadas en
el aire y mientras tanto el hacha del autoconocimiento descuartizaba rencores y
remordimientos sembrados en su pecho. Fue el primer día que respiró las heces
de aquel desamor, vivió el odio del abandono y el frío de la profunda tiniebla.
Y llegó el tiempo del gran celo, de la
pregunta eterna, de la expansión umbilical y del nacimiento de una razón
universal. Rasuraba el espacio sus confines, el viento sideral probaba una rara
alquimia con su aire, mientras el gran motor del vacío se llenaba de nada.
Latía un músculo sus primeras fibras, un sentimiento se atrevía a sentir y un
pequeño haz de luz, poseía una mirada.
Y el
verbo se convirtió en voz, el suspiro en gemido, el eco en grito y la voluntad
en fuerza. El Espíritu se llenó de soles, una a uno los posó en sus manos y
apretó con furia los puños: la respuesta fue eterna, la explosión viajó infinitos
más allá de la etérea frontera, cada reflejo era rayo y trueno, cada vacío un
espacio hecho de rocas y piedras y cada nada se convertía en millones de
cometas que dibujaban núcleos de fuego y acero. Respiraba la creación y germinaban
universos por doquier. El alma lloró y por cada lágrima se creó un mar, la piel
evaporó sudor y en cada gota una nube nació, un divino escalofrío recorrió su
vertebral columna y vibró la oscuridad, se creó un negro universo paralelo, un
espejo de poder y en él, el hombre se
miró: sintió vejez, arrugas sin vivir, heridas sin una cicatriz, un corazón
lleno de parches y unas manos tan vacías que la nada de ellas huía.
Oscureció su color el cielo, el laberinto se llenó de estrellas y
aquellos espejos bailaban destellos por
doquier. El profundo bosque nadaba en resina de ámbar y cada espina rasguñaba
una gota de sangre en su piel. El hombre resistía pero el tiempo exigía, respiraba
pero el espacio sofocaba, pisaba y la hierba quemaba… suplicaba y el eco
callaba. La razón expandió conocimiento y el tormento creció, la imaginación
dibujaba un blanco lienzo y las respuestas no llegaban, la emoción contenía
humedades y las manos se hacían puños de frío. Ardía saliva la garganta, los
dientes estremecían un chirrido, la lengua secaba sus papilas y poco a poco el
ojo cerraba su mirada. Todo era pesar, el poder del hombre había sucumbido por
la falta de aquel amor que no se atrevía ni siquiera a llorar, atrofiado el
músculo y reseca la piel, nariz cerrada y pecho sumido, espalda arqueada entre
fangos y malolientes lodos caminaba una figura dibujando poca sombra en el
ocaso de su laberinto.
Los espejos se cerraban cada vez más… agobiado
sentía el ahogo en su propia sangre. No podía salir, no descifraba brújula ni
entendimiento, el frío era intenso, el juicio extremo, los dedos señalaban y la
senda edificó un muro en su propia vergüenza. Se atrevió la tristeza y
desmembró su alma, pedía una bala su sien y una muerte su vida, gemía cielo su
corazón y otra oportunidad, lo poco que de hombre le quedaba. Exhausto cayó, poseído
por aquel laberinto un oscuro sueño lo abrigó, adoptó forma fetal, se cubrió de
ocres hojas y durmió.
Y llegó
el tiempo de la condición astral, del viaje etéreo, de la dimensión de otro
cielo y de la realización del alma en su gran Universo. Blandió espada el sueño
y decapitó de cuajo cualquier pesadilla, caminó la imaginación por la
surrealidad consentida, bailó el sentimiento en sedas de emoción y el profundo
deseo abrió poco a poco los puños del frío. Llegó del infinito el Gran Centauro
del viento, de la eternidad el minotauro del rayo, de la Luna las vestales y
del mar las sirenas de Ulises. Vivió un paisaje de grandes molinos de viento y
vio a Don Quijote hablar con ellos, un mar lleno de rojo y a Moisés partiéndolo
en dos, su nacimiento y unas tijeras cortar su primera razón umbilical, la
pureza del amor y el brillo de su alma en la gran conexión sideral. El cielo
era de oro, el espacio música, el aire miel, el tiempo beso y su cuerpo
destello…y sintió como la mano del Creador abría en dos su pecho, como metía sus
largos dedos y como uno por uno sacaba miedos, prejuicios, falsas promesas, juicios
sociales, educaciones vanas, silencios compungidos y guardados en el aceite de
sus nostalgias, cobardías sembradas en el albedrío de ajenas mentes y una por
una cada brasa de sus consentidos infiernos.
Despertó el hombre, el laberinto mostraba rotos sus espejos y la senda
lucía verde, hermosa, viva y con chispas de cien mil pétalos. El aire olía
amor, la brisa a mujer y el rocío a piel. Las estrellas caminaban y poco a poco
soltaban algún que otro escondido destello, mostraba el mar plata en su espuma,
silente un arcoíris pintaba en aceite de almendras su lienzo y despacito el Sol
copulaba con su Luna. Terminó la senda su camino, el horizonte se despegó del
cielo y tomó figura de mujer, el santo grial bebió su cáliz y el hombre
arrodilló sus bruces ante el festival del amor. La desnudez era intensa, el alma
brillaba, el verso sentía, la poesía vibraba y por fin aquel hombre, lloró
amor.
CREO SABER...
Creo saber la razón…el por qué te siento
cuando te acaricias, el por qué abro la ventana y me lleno de extraños besos, el
por qué en mis silencios se dibujan tus
versos y el por qué mi cielo siempre te mira. Creo saber lo que siente el agua
cuando te duchas, lo que sueña el enjuague cuando no quiere salir de tu boca, el
temblor de tus sedas cuando te cubren y la posesión de tus zapatos cuando tus
pies miman.
Creo en la fugacidad del tiempo cuando te
pienso y en su eternidad cuando te siento, creo en el vacío del espacio cuando
mi pluma escribe y en su utopía cuando tu virtualidad toca mi piel, en el
profundo sentimiento cuando pierdo mirada y en la soledad de mis labios cuando
recito sus grietas. Creo saber que tus lágrimas son gotas de resina que guardan
la intensidad del profundo deseo, que en tu sonrisa destellan las estrellas y
que en tus caricias guardadas, vive el libro de mi destino.
Preservo tu humedad en la cárcel de mi cuerpo…ya he dibujado en mi
vientre la alcancía de nuestros sentimientos porque entre el alma y el corazón
vive el refugio de nuestro amor, bajo mi piel la sensación de tus mimos y en mi
pecho el dulce tatuaje imaginado de tus senos. Creo saber la tristeza de tu
portal, la esperanza de tu día y el frío de cada una de tus noches cuando la
distancia impide el abrigo. Creo que mis pisadas nada marcan si no estoy a tu
lado, que mi poesía no tiene sentido si el verso no es tuyo y que cada rincón
de mi cuerpo está seco si en él, no
fluye tu sudor.
Amanece
tembloroso el rocío en mi amanecer. Tenue, danza una pequeña brisa y el
pensamiento me recuerda cada segundo de mi noche. Le reclamo al cielo porque no
te tuve y al Sol su poquito calor, a mis
sábanas el contenido egoísmo de un solitario erotismo y a mi almohada el por
qué no contuvo la fragancia de tu olor. Necesito que la distancia arrodille su
orgullo, que una vez más sienta vibrar tu cuerpo en mis manos y que tu mirada
explique de una vez, tanto vapor en mis
ojos. Le suplico a mi Luna tu reflejo, al mar que de tu marea me cubra, al
cielo que pinte cada día tu color y al viento que me enrede para siempre entre
tus cabellos.
Creo saber porque me dejó mi alma y de ti se enamoró, por qué solo el
silencio explica la impaciencia y por qué cada uno de mis alientos te respiran.
Creo saber porque escondes tu mirada
entre tus pechos cada vez que me sientes, por qué tiemblan tus piernas cada vez
que te escribo y por qué tu piel enchina ternura cada vez que me imaginas. Creo
saber por qué la historia la escriben los valientes, por qué el amor duele y
por qué ahora mi sudor recorre frío las ansias de poseerte. Creo saber por qué
el profundo deseo se convierte en pasión, por qué mis palabras esconden versos
y por qué mis tintas se humedecen en tu sangre. Creo saber por qué vibra mi
poesía, por qué canta el sentimiento y por qué grita el sueño. Creo saber el
por qué la vida me recita una y otra vez tu amor, el por qué mi gemido explica
tu religión y el por qué tu destino, se escribirá por fin en mi camino.
sábado, 9 de diciembre de 2017
TE SIENTO PROFUNDA.
Te
siento en cada una de mis mañanas, en la soledad de mis días y entre las
ternuras de mis noches. Traspasan tus humedades mi piel, caminan silencio los
pensamientos, una lujuria encoge mi espina dorsal y el dulce escalofrío, llega
para quedarse. La emoción disfraza sus lágrimas, el alfil olvida su movimiento,
la caricia se desea, el sentimiento se tensa y el beso muerde labios.
Abro mi alma y tu espejo le
muestro, abrazo mi corazón y las venas empiezan a latir, el tiempo bombea
fuerte, el espacio engulle su aire y la distancia se queda sin horizonte. Ven
hacia mí porque descubrí una senda entre nubes y cien atajos en el cielo, te
llama el viento y mi olor te posee, cierras los ojos y abres tus manos, siento
cerca tus pisadas y de huellas se llena mi mar, se oculta el día y mi Luna te
refleja porque eres mujer de ángel, la niña de un cuento de hadas y el sueño que cose mi destino.
Ya tu
sombra me viste, tu desnudez me desprotege, el grito del rayo te muestra y tu
figura enchina perlas en mi piel. El aire respira seda, el aliento desprende
vaho, tiembla la emoción y la espera termina: en tu cabello entrelazo mis
dedos, en tu espalda pego mi abrazo, en tu mirada mi alma y en cada latido un
pedazo de mi corazón. Fluye el sudor y las bocas se abren, nada el deseo y las
manos se llenan de ti y de mí, sonríes y te miro, suspiro y vive en tu dedo el
mimo, te beso, se deshace mi camisa, mis labios se pierden en tu cuello y tus
senos se atreven, erizan viento y se clavan en mi pecho. Una ilusión imagina,
la caricia se reinventa, la ternura emociona, las lenguas son osadía, baila la
saliva y habla profundo tu olor. Vive el éxtasis en cada pared, la excitación
gime, la mirada consiente y el alma desea, se ralentiza el miedo, sufre el
pecado y la tentación salpica pasión por doquier, eres mía y en la posesión te
adoro, soy tuyo y la penetración exige el dulce clímax, el vigor presume, las
piernas tiemblan y quedito asoma duro el orgasmo, se repite, fluye y grita,
despacito desparrama el último sentimiento y poco a poquito nos eyacula juntos.
Y la
noche se hace eterna, en su rincón escribe la Luna, a un lado un hada se llena
de reflejo y cien delfines se abrazan en nuestro mar. Una vela funde su cera y
el viejo tinto se descuelga en dos copas. Se abren las sombras y entre gotas de
lluvia el cielo muestra el gran abanico de su música. Nos llenamos de sus
acordes mojados, de sus roncos saxos y degustamos cada tecla de su piano, la
melodía envuelve y nos embriagamos en el baile de los sentidos. El hechizo se
completa, el amor escribe sus versos y dos almas se juntan en poesía. Prende
una fogata sus leños, viaja tierna una caricia, el ambiente perfuma pasión, sedas
y vainillas, chocolates y jazmines, atrevidas miradas y sueños de niños.
Inventa el viento un susurro y por mi boca lo habla, cierran mis labios tus pestañas
y despacito te digo, que te siento profunda.
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