Si el amor vive en la cima,
la montaña escalaré, si nada en la fosa más abisal en ella me sumergiré y si
gotea en el pétalo de una rosa, en cielo me convertiré, de ternuras la primera
nube llenaré y envuelto en rocío lo amaré. Quizás sonría si mi boca lo besa,
quizás cierre sus ojos si es mi alma la que lo abraza, quizás tiemble si mi
corazón lo late y quizás me entienda, si mis humedades en su piel se pegan.
Cada vez está más cerca y lo respiro despacio para que mi vaho no empañe sus
ojos, porque ya siento el roce de su miel, la caricia de su mejilla resbalando
por mi pecho y el suspiro de su alma cuando
su mirada recito. Lo pienso y me observa, lloro y su mano me seca, sonrío y mis
comisuras se llenan de su cálida saliva. En la tristeza pinta de luz mis
sombras, abre mi boca y entra…y cuando su alma me pide, mi corazón profundo lo
penetra.
¡Ay, amor! Enséñame y
aprenderé, muéstrate y me mostraré, desnúdate y me desnudaré. Atravesaré tu
noche para entenderte, cogeré en mi puño tu ilusión y abriré mi vientre para
que tu deseo permee. Le diré al infierno que soy tu arcángel, a tus pozos que
soy aire, a tu mirada que soy iris de
cielo y a tus alas que soy libertad. Ya
cubrí tu hermosura con seda y algodón, la nube enceló cielo, el rayo su
trueno, la Luna encogió el destello de su Sol y mi piel…mi piel solo esperó la
ternura de tu caricia, copió un hilo de miel y expandió su dorado terciopelo.
Mira, ve esa Luz, es mi alma que se abre, mi corazón que rasga su sangre, la
mente que juzga su pensamiento y la idea que juega con su imaginación. No
detengas el sueño, abrázame en tu ilusión, detén tu corazón y deja que tu latido
traspase profundo en mi sueño.
Mil veces has visto mi mano sobrecoger mis piernas, has sentido mi tocar
y mis dientes apretar, la cuerda de una guitarra vibrar, el grito de una
trompeta y el suspiro de mi mar…y sabes que la que grita es mi soledad, que el gemido
es profundo, que el deseo es profano y que mi orgasmo está lleno de confusión.
Me dejas ir y raudo te extraño, caigo vacío, desmorono cada pared de holística
montaña, cada muro de confundido pesar y cada valle de maldito paraíso. Y en tu
oscuridad, siempre suena un saxo en el viento de mi bosque, un piano entre
ramas salpica y grita erecta una trompeta: no me dejes ahora porque empieza el
juego, un juego sin reglas, un juego de atrevimientos…un juego que escribirá de
colores mi destino.
Te busca el enamorado y encuentras
fuerza en el desahuciado, penetras en sentimientos de corazones equivocados, respiras
escondites entre las esquinas del pecado y te diluyes cálido entre los senos de
la proscrita amante. Envuelves cuerpos con celofán y caramelo, transparentas
miradas en tu éxtasis y caricias en tus escalofríos, explicas deseos en tu
huída y pasión en tu posesión. Amor que estás hecho de viento y cielo, de
algodón de nube y seda de Luna, de voz y música…de cautivas lágrimas y seductoras
sonrisas.
¡Despierta viento y pinta de nubes mi cielo! Enséñate en la pureza
de tu virtud y muéstrame la erección de tu alma, haz que suene profundo el bajo, que lata
pisadas un piano, que respire ronco el saxo y que la guitarra prenda su acorde en el sublime ocaso
del horizonte. ¡Qué dance su voz el coro!,
que la soprano enchine cada membrana de sus notas y que el silencio retarde su agonía en la
dulce melancolía de tu verso. Amor que confundes sentimientos y arrancas
esperanza en cada una de mis vísceras, amor que despacito esperas recostado en
tu ventana y ves como sufre un payaso su espesa lágrima, como un viejo cabestro
relincha quieto su comida, como el vagabundo arranca su horizonte y como el
bandido susurra un hurto en los oídos de su amante. Danzas con brujas sus
aquelarres y provocas que la nieve abrace fuego, que un frío recuerdo enrede
nostalgias y que el viento del norte
arrodille sus brazos a una intemperie que jamás buscó. Grita el sueño y una
ilusión lo quiere, el poeta gime y el Amor no se deja. Se deshace el laberinto
y muestra sus salidas, el amor se enamora sin querer, sin saber, con ilusión y
agarrado a los vestigios de un utópico sueño…se enamora de él y derrama
lágrimas, llora sangre y suda caricias. El milagro viste disfraz, se atreve,
huele y surca los cuerpos que humedecen su ansiedad. ¡Quién quiera que lo
compre! Grita la prostituta ¡Quién se atreva que me abrace! Grita el amor ¡Quien
lo sienta que lo escriba! Grita el poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario