Sé
que estas aquí, cerca de mí, como siempre a mi lado, con tu olor a mi aire
pegado, con una tinta lista en tu mano, envuelta en ese sabor que solo mi
aliento en letras convierte, cuando respira cada gota de tu vaho. Te siento porque trémulo
está el tiempo, el espacio encogió su inmenso, el cielo mostró silencio y una
primera estrella, derrama fina lluvia sobre el firmamento. No te imagino porque
te tengo, no te dibujo porque tu color es demasiado intenso, ya eres parte de
mis dedos y del sentimiento, esa brasa
que crepita lenta y sin miedos. Besa mi piel tu abrazo, suda el ansia entre dos
almohadas, desparramo sábanas, se
levanta una nostalgia y me pongo a escribir, como ese lobo solitario que
en las ceras, necesita mover almas.
Una ilusión nace en mí, te
siento bella, una emoción te recorre plena, eres hermosa, el sueño invade mi
estancia, eres maravillosa, el amor me absorbe por completo, eres eterna, amiga
y de mí, la musa perfecta.
Pero hoy es diferente,
llegaste vestida, discreta, con olor a fresas y la mente perversa, seductora,
sensual y erótica, con pequeños brillantes entre tus cejas, los labios pintados con espejitos de niña traviesa
y en tus uñas, espinas, pétalos y rosas que sembrarás en mi espalda, cuando
ruedes en la lujuria de mi noria. Hoy escribiré sin pensar en ti, escribiré
haciéndote el amor, sintiendo tu calor, mordiendo cada gota de tu sudor, absorbiendo
cada uno de tus gemidos, abrazando cada uno de tus orgasmos consentidos y
también, mojado en cada verso que de tu poesía sea exprimido.
Ven, despacito te desnudaré,
te quitaré el vestido, besaré tus hombros y le escribiré a la ternura, a esa
suavidad que eriza mi pluma, a ese diamante hermoso tallado por caricias,
vientos y abrazos de oso. Me perderé en tu cuello, entrelazaré en tus cabellos
mis dedos, recitaré el cuento del reino de los cielos y me llenaré de
infiernos, hadas, gnomos, duendes y cualquier ser que atrevido recorra mi
mente. Te cerraré los ojos, entraré en tu boca, te sentiré toda, escribiré la
emoción cuando se toca, ese rincón que no cualquier humano goza y ese sabor a
miel que no se lee, que se tatúa en piel y que se extraña tanto, cuando en el recuerdo se pierde.
Escribiré y no pararé. En tus
caderas me seduciré, en mis manos tus muslos apretaré, te haré mía, epopeya y
reliquia, santa cruz y razón de mis días. En ti relataré mis noches perdidas,
cada deseo que mojado en mi Luna gemía, cada pasión no vivida, cada mirada no
recibida y cuando me muestres el camino, derramaré en ti, toda esa ansiedad contenida. Te haré
luz, te preñaré hasta la espina, arrancaré de ti toda la melodía, cada acorde, cada
cera que a mis velas exigía, cada gota de mis añejos y distinguidos tintos,
cada pedazo de pintura en pared que mi soledad rasguñaba sin medida, cada
momento que sin tí, era solo un hombre, un raro poeta o quizás ese niño, que solo sueña con su bicicleta.
No me dejes porque en soledad ni
la tilde se atreve, la estupidez prevalece, la ignorancia seca mentes y el
poeta se llena de parásitos y ajenas liendres. En tu desnudez aprendí que no
tiene manecillas la hora, que de la inspiración eres tutora, que el vacío junto
a ti es otra cosa, que a tu lado las tintas fluyen como mariposas y que cada
verso necesita ese sentimiento que solo de tu alma brota. No te vayas, no
renuncies a mi abrazo, mi cariño es sincero, de regalo envuelto, lleno de
caricias y también de algunos celos. Sé
que soy humano, que tengo defectos y giros raros, que soy impulsivo y quizás te
exijo demasiado, que soy eterno y a veces camino extraviado, que soy sincero,
que te miro con el corazón abierto y que cuando no estás, con mi alma te
extraño.
Eres Musa, la mía y de nadie
más. No te compartiré jamás, de mis letras no te apartarás, en mis sueños
siempre estarás y cada día al despertar, conmigo una taza de café compartirás. Escribiré
en tus transparencias y después te vestirás, en tu ausencia mi libro se cerrará
y cuando el ocaso esté por terminar, abriré la ventana, una vela chispeará, un
tinto en su copa se descolgará, mi alma
te olerá, el corazón fuerte latirá, mis manos te desvestirán, el amor se hará y
siempre, siempre, una poesía se escribirá.