Venimos de mucho más allá, de allá
donde no llega ni siquiera el destello de las estrellas, de allá dónde nuestra
madre es Luz y cada día nos moldea, con el polvo de su belleza. Somos una
página en blanco, del Universo una pequeña tarea, del cielo un ansia eterna y
del tiempo, su perfecto compañero.
Somos humanos, un invento de la genética,
un clon de un ángel travieso con piel de Tierra y alma perfecta. Somos
mamíferos con razonado instinto, seres religiosos porque nos lo han dicho,
inquietos en los sentidos, equivocados en el pecado, no solidarios con el
hermano, sedientos de un saber, que día con día, el gobierno nos tiene negado.
Adoramos el dinero y en él nos
desnudamos, al rico veneramos y al pobre sonreímos con denostado engaño. El mar
contaminamos, nos venden alimentos procesados, el río huye de tanto sucio
pantano, los medios nos embaucan, los bancos nos señalan y nunca entendemos que
para soñar, de la sociedad tenemos que ser su necedad.
Nacemos perfectos, genios, de intuición excelsa, con una caricia
en cada huella, con palabras de poeta y óleos de belleza. El alma se
transparenta en la mirada, la boca es sincera, la mente abierta y el
sentimiento, del corazón su bandera. Abrimos los bracitos y nos damos, nos
explican el sistema, de qué color es una yema y también el grito de un fonema.
Se quedan callados, abren sus ojos y se pierden en la perplejidad cuando al decir
“mamá”, creamos el primer poema, con
rimas de verdad.
Era una página en blanco… ¡Qué
maldito escritor inventó mis letras! ¿Por qué no dejaron que mis tintas la
escribieran? ¿Por qué las íes no tienen puntos ni la “u”, la diéresis de mi cigüeña?
¿Por qué no hay puntos suspensivos ni comillas que expliquen las mejores
vivencias? ¿Por qué las admiraciones no las sentí y está llena de respuestas que jamás pregunté por ellas? ¿Por
qué?
Hoy abrí las manos, a ellas pegué
mi página, la apreté fuerte entre los puños, le pedí al recuerdo su olvido, a
la memoria le destruí su archivo. Regresaron a mi alma todas y cada una de mis
lágrimas, a mi corazón cada sentimiento, a mis poros cada sudor, a mi aliento
su vapor, a mi cuerpo esa fragancia que viene del cielo y que tenía desde mi
nacimiento.
Vuelvo a vivir, renazco sin temor,
con mucho más amor. Ahora soy el escritor, mi sangre se atreve, las ceras se
prenden, los añejos tintos descuelgan sus quehaceres y esta página en blanco,
llena de Luz, se abre, se desnuda y espera que la primera tinta la impregne, de
una nueva aventura.
MIRA EL VÍDEO AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?v=x0xLvtHSoNY&feature=youtu.be
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