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lunes, 20 de agosto de 2018

ALMAS GEMELAS


                  Caminos distintos, una misma alma, divino holograma copiado en cuerpos diferentes. Emociones sentidas en el papel carbón de dos semblanzas unidas, bajo el deseo de la gran razón. Sufren porque tanta atracción desgarra el corazón, saben que no se podrán amar porque son la misma, el cielo escribió que el amor debe ser compartido y no solo en soledad, exprimido. No hay olvido, los recuerdos se funden entre los espacios doblados del sentimiento cuando es sigilo. La memoria sabe que vienen del mismo parto y la caricia, que tiene diferentes dedos pero baila con  la misma melodía.
                  Vagan encarceladas en dos cuerpos que sudan la misma ansia, en dos vidas que por igual son explicadas. En una aprende, en la otra desgarra albas. En la primera es mujer, en la segunda un hombre que tanto amor no puede entender. Se escriben, en susurros se hablan, en deseo se piensan y en sueños trascienden alma. Se funden en una sola y en el maravilloso astral, construyen lo que en esta Tierra les niega un maldito cabal. Saben que son diferencia, quizás dos imanes para la ciencia o un amor imposible para la decencia. Son magia, la repetición del mismo aliento, efecto y causa, un destino perfecto y de la Gran Fuente, un hermoso proyecto.
                  Los miran diferente, sienten lo mismo, en otro país, entre otra gente, con distintas salivas pero siempre abrazados por la misma luz divina. Pero algo pasa cuando el día se pinta de nostalgia, cuando el ocaso en su ocre disfraza una luz en recuerdo de una dulce fragancia, cuando cada estrella les muestra el tiempo de su destello, cuando una Luna se viste de celo y los refleja intensos. Abren su ventana, una brisa se teje en sábana, un extraño silencio reclama, se desnudan por completo, desabrochan los botones del alma, un frío hielo recorre sus huesos y el astral se convierte en hada. Corre la sangre por diferentes Universos, toca la mano su galaxia  añorada, el aliento no tiene tiempo ni límite la mirada, el suspiro es viento, el grito lo que queda en cada garganta, el deseo esas tildes del verso cuando escriben, tanta pasión desenfrenada.
                  Escogen el más lejano Universo, no hay jueces, plebeyos ni nadie que los mire en su lecho, allí donde el amor es puro, sin condiciones, alma con alma, etéreo,  inmenso, también eléctrico y sentido, mucho más allá del tiempo. Saben que deben regresar, que seguirán en la añoranza, en la profunda equidistancia y mirando cada noche esa ventana, en la que su brisa, su Luna y su paz, serán un día el remanso, de dos almas en eternidad.





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