Pintaste tus lágrimas en el viento y cuando sentí su fuerza, supe que
llorabas mi ausencia.
Escribí un deseo en la arena y cuando se lo llevó la
marea, recogiste mi abrazo en otro mar.
Respiraste los recuerdos de nuestra pasión y en tu
exhalación pude sentir tu aliento.
Besé músicas, atrapé melodías y al pensar en ti, supe que
estabas bailando.
Sentaste los dedos sobre el papel y escribiste la última
poesía de nuestro amor.
Recité tus versos y llené mis entrañas del extraño
cosquilleo de la eterna ansiedad
Adornaste tus tintas de tanta sinceridad que ni una de mis
miradas se atrevió a dudar.
Envolví mi fé en tanta intensidad que otra vez ví nadar la
desnudez de mi cuerpo entre las aguas de tus brazos.
Mujer que robaste mi corazón y lo guardaste bajo las siete
lunas de tu cielo
Hermosa compañera que un día embriagaste mis noches de rosas
y vainillas
Diosa del amor que supiste como iluminar de ternuras y
caricias mi cuerpo.
Piel de seda que prometiste siempre estar en mis sueños y
los conquistaste.
Te sueño desnuda bajo tu luna, estremeciendo estrellas y
erizando tus pechos ante el parpadeo de tantas luces
Te saboreo y convierto mis momentos en miel, siento el roce
de tu lengua entre mis labios y la
fiebre de tu boca al recorrer mis piernas.
Te imagino en la soledad ocultando mis vacíos entre tus
manos y acariciando con ternura mi fotografía.
Te pienso y te dibujo, te deseo y te idolatro…También yo te
lloro y por siempre te extrañaré.
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