Piedras que
componen añejas músicas en su silencio, versos que la humanidad redujo a
tristes ruinas, sabiduría encerrada entre los siglos de la ignorancia y que
ahora abres los ojos ante los intereses por conocer tus raíces. Monumento de
vida que mantienes escondido el libro de lo imposible, tumba de reyes e
incógnita de sabios, poesía que juntas el sol con las estrellas y sueño que
admiras tu luna en su copulación con el infinito.
Miel que los
dioses escupieron sobre la densidad de nuestro desierto, imposible construcción que enarbolas los celos
de la ciencia, colisión de sentimientos que pegas milímetros y sostienes el pi
en la medida áurea de ajenas matemáticas. Misterio que permeas ignorancias,
belleza que sublimas nuestra historia y poema que escribes tus letras entre
jeroglíficos de magníficas leyendas.
Emanas
sensación de impotencia en tu contemplación, insultas inteligencias en tu
construcción y solo dejas que el viento del desierto revise tus entrañas.
Desafías la suavidad de tus dunas, entrelazas triángulos de lejanas estrellas y
en tu osadía, abrazas entre tus puños el silencio de la tumba del faraón.
Espacio en el
desierto que evocas pasiones ancestrales, punta de iceberg que rasgas emociones
en el cosmos, maná que algún día explicarás las razones de nuestra existencia.
En tí está escrita la nostalgia de nuestra evolución, en ti resolveremos el
crucigrama de nuestra incompetencia y en ti, algún día leeremos el fin de
nuestra pobre inteligencia.
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