En el estudio
de mi vida, aprendo que es más difícil recitar el olvido de mi memoria que
escribir uno solo de mis deseos. En el recuerdo del camino andado es más
difícil entenderme que recitar los versos de mi contenida pasión.
Porque
estar solo es un reto, es una misión de vida y un destino que solo los ángeles
comprenden. Estar solo es una decisión, es compartir toda la libertad con uno
mismo… Y cuando sientes el látigo de la soledad marcando sus huellas en tu
espalda, solo ponte de frente y verás que su fuerza solo abraza la cobardía de
la ignorancia.
Planeta Tierra
que entraste en el letargo de las ausencias. Globalizaste tus querencias y
sembraste más individualidades. Dejaste que tiempo y espacio se convirtieran en
virtualidad, permitiste que el amor ya no se escribiera en un papel y en tu generosidad les diste alas a
los escorpiones de la mentira. Marcaste nuestro territorio, le pusiste nombre y nuestra arrogancia lo
apellidó anarquía.
Anarquía es el
desorden de la libertad, es el beso que no entiende de labios y en su
plenitud solo arranca espinas en el
tallo de una rosa sin ver sus pétalos ni gozar su olor. Porque en el
libertinaje de tanta confundida pasión solo excitamos poesías que no
comprendemos, recitamos versos que nunca escribimos ni entendimos y en nuestra
profunda ignorancia, plasmamos imágenes que insultan sueños ajenos.
Difícil, sí…Es
difícil amanecer abrazando una simple almohada, es difícil salir a trabajar
sabiendo que cuando regreses, nadie te esperará en tu casa, es difícil dormir
con tus miedos sin nadie a tu lado que los abrace, es difícil ser sin tu
complemento...Es difícil vivir sin amor.
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