Sentí
los cabellos de tu amor agonizar entre mis dedos, adiviné cuando tus ojos
traicionaban las miradas de mi alma y callé tu silencio al cerrar bajo siete
candados las puertas de mi corazón. Besé las profundidades de la desidia, lloré
entre ceras y añejos vinos el amargo desazón de un olvido y rasguñé las paredes
de la soledad. Embriagué ajenas pasiones, destruí viejas ilusiones y en mi gran
deseo por seguir soñando, inundé mis sábanas de pesadillas.
Revivió el Tiempo entre los atajos de mi
destino y en su terquedad inició su búsqueda. Dio espacio al aire y así
respiré, convirtió la paciencia en sanación y en su templanza llenó de cordura
mi razón. Arrancó de raíz las mil caras del viento, cortó con la espada del
rayo la cabeza de la depresión y en su voluntad llenó de nueva sangre mi
corazón. Y siguió su búsqueda, la búsqueda de las siete llaves que abrieran
aquellos siete candados.
El
Tiempo es eterno y en su perseverancia limita infinitos y acorta distancias. El
Tiempo es magia cuando abriga espacios y envuelve vidas entre las sonrisas del
universo. El tiempo es posibilidad y energía, el Tiempo es ahora y es futuro…El
Tiempo es el único que borra pasados, olvida recuerdos y cicatriza historias…El
Tiempo es el único que puede explicar tu vida.
Y en su
perseverancia ahogó viejos paisajes, en su constancia dibujó nuevos cielos y en
su majestuosidad reventó las memorias de mis infiernos. Iluminó de espléndidos
azules mis mares, sumergió sus largos dedos entre las movedizas arenas del
miedo y una a una depositó cada llave sobre la playa de mi destino.
Abrió
los siete candados de mi corazón y exploté de ternura, brinqué con nuevas
emociones, abracé nuevas caricias, besé exquisitos labios, otra vez nacieron
los deseos de la profunda pasión, sentí dulzura y mi vida se llenó otra vez de
amor.
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