Colgué mi mente en el armario de la ilusión, jugaste a las escondidas
entre mis hombros y viste luces entre
mis sombras. Robaste mis palabras y escribiste el destino de otra persona.
Ladrona de sentimientos que ahora lloras los versos que la nada convirtió en
vacío.
Creaste
falsos poemas, te divertiste con vidas ajenas y envolviste de oscuridad sus
vidas. Y ahora pides ayuda entre las miserias del inframundo y ruegas que una
mano recoja los deshechos que sembraste con tu lujuria.
Mujer que llenaste tu vida con la magia negra de la vanidad, mujer que
jugaste a la ruleta y perdiste porque no tenías un solo número en tu alma,
ser que robaste tantos sentimientos que
ahora no tienes la capacidad de asimilarlos.
Robaste ternura y carcomió tu piel, robaste cariño y erizo los vellos de
tu memoria, robaste melancolía y la convertiste en miseria, robaste amor y no supiste qué hacer
con él… Robaste sentimientos y pudrieron
tus deseos, robaste caricias y llenaron tu cara de cicatrices, robaste
corazones y en tu sangre ni siquiera hirvieron sus emociones.
Mujer que quisiste hacer de tu vida un viaje por otras vidas, mujer que
atrapaste almas en la gran jaula de tus infiernos, mujer que respiras odio y
exhalas envidia…Suelta tu lastre, derrama tu hiel porque no habrá mar en el
mundo que absorba tanto desdén, no habrá paisaje que cambie su color por una de
tus caricias y no habrá cielo que cambie su azul por una de tus miradas.
Porque el perdón ya no será tu consentido, el olvido seguirá acompañando
tus infidelidades y en tu muerte solo habrá el seco tallo de una rosa sobre tu
lápida… Entre sus espinas leerás tu epitafio, un sutil epitafio: “ Ladrona de sentimientos”.
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