Tengo frío, piensa el alma y siento que mi corazón ya negocia su latir.
La reflexión requiere su tiempo, la soledad un abrazo y el réquiem de una vida
alguien que lo escriba. Despunta filo la incomprensión, el fuego huye del agua
y una fuente relata su historia entre menudas cascadas y sabores a hierro de
lejanas montañas. Pregunta la oscuridad a su noche el color de su velo,
respinga el verso porque su rima no es adecuada y rompe entrañas un temblor en
mi vientre.
Alguien toca mi puerta y no se abre, el teléfono grita y un dedo apaga
su ansiedad. Se desahoga la red, los peces viven su mar y un viejo árbol de mi
bosque pide clemencia al destino, porque ve en su caminar un hacha de muerte, su
filo sembrará. Dejo que en mi sueño viva la imaginación y creo hadas, caricias
y nostalgias. Me dejo ir, le susurro a mi aire y presto oxígeno a un candente
cigarrillo. Arde la cera, el añejo tinto agota su color, exhalo intenso y la
bruma llena de ceniza mi pulmón.
En
mis manos está el viaje, un viaje sin retorno, un viaje sin maletas…Un viaje, a
la vocación de mi espíritu. Solo me
relame una caricia que nace en mis dedos, me siente un sentimiento que solo transmiten
mis genes, me transparenta una mirada que solo en mis ojos vive y me recita un
verso que solo mis tintas dibujan. Mi boca pinta una “o” y una bocanada sale de
mi alma, se arrodilla el viento, emerge el silencio y un vacío abraza su
figura. La “o” se queda quieta, una vela la vibra en su calor, la mirada la
sigue perdida, la poesía reclama su foto y una energía la mueve. Llega intacta
cerca de unos labios y no se atreven. Se preguntan pero no se abren. La bocanada es intensa, es
“o” y es una respuesta de vida.
Entra en “shock” mi alma porque quizás alguien comprendió, las pestañas
cierran mis ojos porque sentir a veces es no ver y mis brazos arañan pecho
porque abrazar a veces es rasgar. Camina una ilusión entre divagados
sentimientos, refuerza un latido el orgullo de mi alma y el pensamiento presta
atención. La veo y siento que me ve,
percibo un deseo y siento la necesidad de su absorber. Le cuento al cielo tanta
ansiedad y arruga sus nubes, explico a mi historia una pasión y su libro hace
trizas cien páginas, intento llorar y no puedo, imagino una sonrisa y mis
mejillas la pudren, suelto una palabra de miel y un viejo trueno la despedaza.
Mi bocanada vive incorrupta y vuela
en el limbo, erecta se muestra y
ecuánime explica de dónde viene. Bocas se abren y ninguna se atreve. Absorberla
es tenerla por siempre, tragarla es sentirla dentro y poseerla es vencer
miedos. Mi “o” se derrite y su humo ya se difumina entre las hebras profundas
del vacío. Nadie alcanzó sus comillas, nadie se atrevió a respirarla, nadie tan
siquiera se atrevió a copiarla y sola, sigue vagando un mundo en que la energía
del amor sigue transformándola. La verdad la muestra como tal y un resquicio de
gemido, muestra que mi alma un día se mostró,
exhibió su humo, retó la elegancia de una “o” y desnudó su ser en una bocanada que nadie absorbió.
Mi “o” salió del alma, se convirtió en humo, nadie poseyó su esencia y camina
en el vacío. No espero que alguien la absorba, pero rezo para que jamás un
corazón ponga un dedo en su círculo y la desbarate. Dejen que viva porque una bocanada de mi alma, siempre será
una bocanada de Amor.