Nada el viento en una pincelada de nube, frota el unicornio su cuerno en
el velo de la Luna y palidece la cara del Sol ante la inminente noche. Vuela el
silencio y grita la ilusión cuando el ocaso confunde el horizonte. Despacito penetra sienes una
melodía, poco a poquito el acorde baila en una suave música y las ceras prenden
su magia en un ambiente querido. La espera agradece ansia y la puerta ya
tiembla tu llegada, la pregunta al tiempo no respeta misericordia alguna y el
vaho penetra constante el cristal de mis ventanas.
Cruzas la puerta sin abrirla porque del sueño naces. El vestido es
olvido y la desnudez de tus pies camina puntitas sobre mi aire. Tu aliento
rasga mi camisa y la mirada enciende mi cuerpo, desvaneces cabellos y en mi
pecho se convierten en pincel, aprietas
labios y el profundo deseo me pervierte, te respiro y mi alma se embriaga, te
toco y tu piel brinca entre gotas de sudor, te contorsionas y empinas elegancia
en tu espalda…Me sueño dentro de ti y de mi pecho arranco el pincel.
Con ternura, mojo sus pelos en tu lengua y en mis labios, en mi añejo
tinto y en una gota del escurrir de mi vela. Con suavidad lo camino en tu piel,
recorro tu cuello y pinto el color de mis labios. Lo extiendo en tu espalda y
salpican música las chispas de mi tinto, las candentes gotas de mis ceras y el
sublime cariño, envuelto en el óleo de mi pasión. Grita la noche, derrite en
chocolate su oscuridad y las estrellas funden varas de mil vainillas. El pincel
humedece intenso sus cabellos, respingas firme tus muslos y las manos abren el
lienzo de un maravilloso firmamento. Nada el pincel, suda mi frente, la Luna se
esconde, los sabores se mezclan y el color penetra tu edén. La piel se eriza,
el escalofrío abre poros y los olores pecan en la sublime metamorfosis del placer. El suspiro es chocolate y la vainilla
excita sus varas, nace el beso por doquier y la caricia duerme alma, el acorde
vibra, la música se eleva y el tiempo se ahoga en mi sueño. Salta el gemido el
precipicio de la intensidad, asoma quedito el orgasmo y se contiene firme una
eyaculación. Me sientes, te siento. Me muevo dentro de ti. El pincel te pinta,
adorna de arcoíris tu ombligo, de espuma de mar tu pubis, de rojo fuego tus
caderas y de azul cielo, la erección de tu clítoris. Se atreve el viento y en
su huracán arranca las cerdas de tus cabellos, lanza el mar sus remolinos y
engulle la firmeza del precioso pincel. Inventa la Luna un abrazo, un abrazo
que ya huele a pinceladas, de un buen café.
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