Tristeza profunda, impotencia bañada en
sangre, rencor entre sienes y angustia
que revientas vientres. Miedo que
cabalgas entre las ubres de la inseguridad, fango religioso que haces del ateo
un Dios, mente perturbada que posees vidas que no te pertenecen, beso de Judas
a la humanidad que llenas de tu hiel nuestra libertad.
Naciste etéreo de un esperma del diablo, creciste escondido entre las
enredaderas del odio, viviste ignorante porque jamás viste un árbol crecer y
ahora que tu saliva rebosa pegada en la espuma de tu lucidez, tomas vidas,
deshaces sueños, desgarras almas y decides destinos que en tu idiotez, jamás
alcanzarás a comprender.
Tu imagen
es distante, tus ojos solo miran vacíos, tu boca respira seca y tu alma yace secuestrada
en los colmillos del infierno. Tu
palabra no tiene letras y en los suspensivos puntos, tu corazón muere. Tu
dicción no es idioma sino el estúpido versar de una maldita conciencia mal
educada, tu pensamiento no razona, tus
manos no tocan y tus dedos, solo hieren. Tu piel no ama, solo suda la tensión
de la muerte, tu cuerpo no existe pues solo espera la explosión de un cinturón
de muerte y destrucción.
Quizás
tu error fue haber nacido. Quizás nuestro error, fue darte un pezón para que
vivieras. Quizás el día que mueras, cien vidas, crecerán en paz, tendrán sueños
y en su muerte no te recordarán… Quizás hoy seas las más grande vergüenza que
cualquier madre haya parido, quizás mañana, solo seas parte de la ceniza de
nuestro olvido.
Hoy,
el silencio se convirtió en tarde y la noche en terror. El tren de la muerte se detuvo en mi estación
de vida y un fundamentalismo equivocado
brincó la razón de mi ser humano. Ven, siéntate, habla conmigo y te explicaré:
Alá no te espera, pues en su amor no intercambia vidas por otras. Alá piensa
más allá de ti porque tu vida no es más importante que las que quitaste, Alá es
luz y tú solo una simple explosión de cuerpo sin más y sin menos. Alá despierta
cada mañana, se regodea en su obra, besa sus ocasos, dibuja lindos amaneceres y te
desprecia porque tú, solo eres una marioneta de alguien más, de un alguien que
no cree en Él, de un alguien que piensa para manipular, escribe para la ceguera
del inmaduro y canta falsas ternuras para las sordas conciencias de la
inquietud y la sinrazón de una amarga soledad oculta en el narcisismo de su
inventada religión. Alá en su edén, tiene hombres de paz, mujeres que luchan
palabras y desiertos que acarician dunas. Alá es Dios y tú un simple hombre.
Alá es luz y tú, una sombra más en la página de un Corán mal entendido y que
nunca has leído.
Vejaste, maltrataste, asesinaste y desvirgaste a mi Barcelona. ¡Cuidado!
Diste el primer paso y nadie te dio la mano. Tomaste vidas que no te
correspondían, sin derecho arrancaste almas, con premeditación y alevosía
quisiste sembrar miedos a mi pueblo…Pero debes saber, que ahora somos un millón
los que paseamos por “Las Ramblas”, que no tenemos miedo, que la historia de
nuestra raza es diferente a la tuya y que en tu velorio estarás solo, tan solo,
que ni un buitre será capaz de comerte, ni un sapo gozará escupirte y que
ningún grillo cantará una de tus noches en tu supuesto paraíso.
Barcelona es única, Catalunya es cielo, las Ramblas un símbolo de amor,
paz y globalidad. Cada día mil naciones pasean y acarician su piel. Cada día en
su calle se escriben versos, anécdotas y viejas charlas de café. Cada día el
amanecer es diferente, el ocaso sugerente y las extrañas pisadas dibujan
huellas y destinos que escriben poesía en las venas de esta hermosa ciudad.
Entren a la leyenda, beban el agua de Canaletas y en su fuente, regresarán a nuestra
hermosa Rambla por siempre. Catalunya vive, Barcelona respira y La Rambla vibra
universo como nunca.
Tocaron
mi corazón, el corazón de mi Barcelona…Tocaron, un pedazo de mi alma.
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