Búscame donde duerme el horizonte, donde
acaba el mundo, allí donde las olas pierden su espuma y las nubes tienen otro
color. Búscame y no dejes de hacerlo, porque mi olor ya es del viento, mi piel de
la gran playa del Universo y mi boca, ese volcán que llena de estrellas tu
cielo. Búscame cerca y lejos, a tu lado y en el recuerdo pegado, como parte de
una quimera o quizás de una utopía completa, en cada hoja de tu libro, en cada
tinta de tus dedos y allí donde la poesía, descubre sus versos. Búscame,
huéleme y saboréame en cada parte de mi vida, en cada huella sufrida, en cada
humedad reprimida, en cada lágrima caída y en cada beso de un ansia que por
nadie fue leída.
Marca su territorio la tristeza,
comete error el espíritu cuando respira bajeza, la noche es perversa y el día
una gran tiniebla. Corren los sentimientos y huyen las fresas, la calma deja de
ser serena y el nervio deshace cada poro de una ilusión que se quedó, en aquella última mesa. Grita el eco porque
nadie lo escucha ni entre montañas es repetido, suspira el aliento entre
dientes porque no es capaz de explicar de la vida su sentido, llora el alma
porque de este corazón no puede sacar un pequeño latido mientras el búho en la oscuridad deja de mirar,
porque ya su cuello no puede girar. Se
detiene el río porque no quiere llegar a su mar, la nube deja de llorar porque no tiene un párpado que exprima
su intensidad, languidece el rayo, el trueno se apaga, el cobarde envaina su
espada, el valiente no la levanta y se esconde el grillo, porque la noche debe
ser callada. Exhala profunda el alba y su vapor no sabe a nada, el vaho no se
pega ni a piel ni a ventanas, el dolor viene de dentro, la máquina del tiempo
no para y el café ya no huele su grano, ni a tierra mojada. Se desnuda el alma
y pierde su membrana, ya de sus hebras están llenas mis entrañas, la
imaginación seca la palabra, el sueño me quiere dejar y mi voz ya no puede ni
siquiera, un suspiro rimar. Sumido en la gran enredadera de las decisiones,
unas arrepentidas, otras jamás comprendidas pero todas asumidas con valor y por
ley de vida, ahogado en el gran mar de un olvido, quizás por sangre merecido,
quizás nunca buscado ni querido…quizás por mí dibujado a base de esfuerzo y
cariño. Tiendo la mano y te siento, lejos pero con la maleta hirviendo, callada
y abrazando mi silencio, cerca, muy cerca, de lo que queda en mi alma de tu aliento..
Búscame porque camino solo y perdido
en una extraña vagueza, en el ocre ocaso de mis sentidos, entre el silencio de
unas memorias que se perdieron en ajenos olvidos, entre las redonditas piedras
de cien ríos y entre la gran masacre de una soledad, que me desgarra más allá
de lo permitido. Búscame y jamás te rindas, despierta de una vez ese día que
junto a mí tendrás una hermosa vida, abraza esa noche que tu Luna copulará con
la mía, mira de frente a ese rocío que nos empapará dulce y consentido, siente
como escribirá el alma cuando estemos en el regazo de una eterna alba y cuando
me encuentres, recuerda que del cobarde es lo arrepentido, del valiente
afrontar lo vivido, del soñador creer en un nuevo destino y siempre del poeta,
escribir lo sentido.
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