A
veces los sentimientos no caben en una hoja de papel, tampoco las letras
alcanzan para expresar lo que uno siente y en esa agonía por no poder convertir
mis versos en poesía a veces muere la libertad de un instante, a veces muere la
vida en un momento.
Suicidio intelectual que te
deleitas entre las pesadillas de lo imposible, rasguños que sangran mis uñas en
la pared del olvido literario, inspiración que sometes mis hormonas bajo los
brincos de las ansias de un papel, blanco sobre blanco que no permites espacio
para las tintas de mi alma.
Infiel cigarro que sometes nervios y aplacas las sensaciones del vacío,
vela que en tu soledad iluminas mi desazón, añejo tinto que resbalas entre las
salivas de mi mente. Ambiente cortado que sublimas mis labios entre humos y
jazz, encogido corazón que no puedes recitar tus deseos, cuarto menguante que
apaciguas mis pasiones.
Inspiración que te delatas en el no sentir de tu hermosura, paisaje
holístico que te escondes entre los miedos de mi noche, bruma que cubres mi
cielo en la desesperanza por encontrar una palabra que rime con lo que siento.
A
veces no fluye la energía, no fluye aire entre mis neuronas…No fluye nada. El
recuerdo se olvida de mi historia, el futuro oscurece el destino en las yemas
de mis dedos y solo cierro los ojos para
que mis pestañas cubran las ojeras de tanta intensidad reprimida.
A veces...A veces solo pasa...
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