Puedo
ver en ti esa luz que hace la diferencia, la que dará razón a mi vida. Te veo
en la profundidad besando mis mundos y te presiento tocando mis ternuras. Eres la magia que excita mis vientos y la
suave dulzura que respira mi cuerpo.
Memoria
que traicionas sentimientos en el cruce de nuestros caminos, recuerdo que
borraste las huellas de mi anhelo y ahora,
no sé dónde leerlas. Anduvimos por diferentes viajes y el destino cruzó
nuestras pisadas: Revolvimos miradas, fundimos
historias, abrazamos noches y nos enamoramos bajo las mismas sábanas.
Contagiamos poesías en tintas ajenas, iluminamos los paisajes en los
mundos del ensueño y abrigamos tanto calor bajo nuestra piel que avergonzamos
los estímulos del profundo deseo. Nos revolcamos entre las arenas del cariño,
salpicamos de pasión las espumas de aquellas grandes olas y en el altar del
placer prendimos las velas de nuestro erotismo.
Pero el
destino, mareó tu viaje y en la plenitud
de mi seguridad, erguiste tu nueva vida, cogiste tus maletas y caminaste por el
atajo del indeciso vacío para nunca volver a mirar atrás. Tus huellas no
marcaron las pisadas de tu orgullo y la tormenta deshizo el olor de tu
fragancia. El viento se llenó de miedos y ya nunca dejó que uno de tus
cabellos, durmiera en mi almohada,
Veo mis
manos cuando arrugan el vacío de la nada en mis noches sin luna, siento la
pureza del silencio cuando cierro las ventanas y en ellas, ni el vaho de mi aliento se atreve a escribir
una sola letra. Llueve día y noche entre las sombras de mis paredes, sonríe la
melancolía y llora la ilusión.
Regresa,
atraviesa mi alma y arráncala de la soledad !!!.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario