Desperté, abrí
la ventana de mi amanecer y el viento
llenó mis pulmones del aroma de tu café. Recorrí con mis dedos el rocío pegado
a los cristales y sentí la melosidad de tus labios. El horizonte se llenó de
las luminosidades del relámpago y escuché los tambores de tu pueblo.
Piel atigrada
que arrancaste el sol de tu tierra y lo convertiste en perfume de ángeles.
Osadía de mujer que desafías día con día las tradiciones del tiempo, ojos que
invaden de canela mis sabores y escriben
las hazañas de una raza, con su
grandeza.
Literatura
nacida entre ancestrales lenguas y
furiosos volcanes, idioma que hablas de extrañas emociones y exaltas las
virtudes de tus selvas. Razón de ser que guardas las llaves del profundo y
antiguo conocimiento en tus canciones. Bendita alma nacida de los jugos de los
dioses, tersa mujer que en tu dolor pariste el fuego de sus olimpos.
Miel de raras
vainillas y exótico ámbar de históricas resinas., suave ternura que amamantas
las tradiciones de nuestra vieja tierra y sufrimiento de estirpes por volver a
ser. Todavía tus brazos acarician las mágicas raíces de tus brujos y chamanes,
aún tu fragancia entrelaza olores a cacao y dulces dátiles, todavía tus
cabellos mecen sus noches sobre grandes hojas de plátano que abrigan tu cuerpo
en la hamaca de tu luna.
Resplandor
cobrizo que insultas las arrogancias de nuestros orgullos, valentía fundida en
el carbón de tus montañas que retas la inmovilidad de las “inteligencias” de
algunos políticos, maestra del arte y la poesía que llenas esta tierra con la
música del universo, dura imagen de la supervivencia que retratas los límites
de la humanidad en cada uno de tus versos.
Malinche
escondida entre rabias y envidias, deseo de mujer que excitas sueños y abres el
camino de la tolerancia en cada una de tus lágrimas, piel indígena que das
color a los desconocidos paisajes del profundo erotismo…Piel indígena que noche
tras noche haces el amor con la naturaleza y permites que sus gemidos abracen
nuestras ilusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario