Porque
lloras si mis brazos sostienen tu alma
Porque
escondes tristeza en tus ojos si tu mirada invade ilusiones
Porque
muerdes tus labios si mi boca aprenderá de tu sed.
Paraíso que pierdes la senda de un destino
en tu inseguridad, luz que en tu arrogancia ensombreces la perfección de una
poesía, mar que en tu osadía embraveces ternuras y destruyes sentimientos. Cuerpo
de mujer que cruzas los dedos ante la oportunidad, malicia aprendida que
desatas furias y apagas los fuegos del profundo desdén, bosque de colibríes que
perturban mi silencio con sus alas.
Látigo que
cruzas mi espalda en la odisea de tus caricias, sinceridad amañada en tu mente
que llena una y otra vez de rasguños mi corazón. Desazón del placer por el
placer, inválida nostalgia que recorres y erizas mi piel, morbo que pegas los
sudores de una pasión pagada. Engaño que surtes de agua el mar de mis deseos, cálida noche que
divagas entre los fríos de su cuerpo y la tibieza de mi alma dormida. Mi porque tiene respuestas en la verdad de los sentimientos, tu porque siempre será la respuesta del hielo cuando acaricia el desierto de la mentira. Mujer fingida que retratas los miedos de tu infierno en mí anochecer, falsa estampa que diluyes en hiel la ternura de mi deseo, sombra que llenas mi vida de blanco y negro. Sutil engaño que vistes con vírgenes sedas, para ocultar tantas asperezas en tu piel.
Porque lloro,
si mis brazos sostienen solo una ilusión
Porque
escondo tristeza en mis ojos, si tu mirada invade traición
Porque
muerdo mis labios, si tu boca nunca los besará con pasión.
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