El perro
ladra y el humano grita. El perro es fiel, el humano, no. El burro rebuzna
cuando el humano dice que piensa , el águila vuela cielos cuando el humano
respira alquitranes, el búho entiende y vigila noches mientras el humano las
desperdicia, la rata devora alcantarillas y el humano las llena.
Merecimos
nacer en una jaula y nos la cambiaron por una vida de emergencias sociales. Merecimos
nacer sin palabra y cuando nos la dieron, la llenamos de ignorancia. Merecimos
nacer sin manos y cuando nos las dieron, las llenamos de unos dedos que solo
señalan inquisiciones y culpabilidades. Merecimos nacer sin alma y cuando nos
la dieron, no supimos que hacer con ella.
Juzgamos y
señalamos, pero nunca nos comprometemos. Opinamos y según eso, razonamos, pero
nunca sentimos. Besamos sin abrazar labios, acariciamos preguntas sin dar
respuestas, nos llenan de placer y solo relinchamos supuestas pasiones…Nos
regalan un acorde y deshacemos música, cuando un simple pájaro compondría la
más hermosa melodía.
¡Mundo
salvaje, que tanto excitas naturaleza, que tanto privilegias al ser humano por
ser distinto!... Llegará un día en que los perros ya no se lamerán solos, los
burros ya no engendrarán mulas, el águila volará entre Universos, el caballo
hablará y la hormiga dejará de trabajar. Y ese día, el día de la evolución, el
día del equilibrio…El humano seguirá ladrando cuando hable, seguirá rebuznando
en su razón, seguirá oliendo alquitranes, seguirá relinchando cuando sienta
pasión y seguirá trabajando para desquitar su don…Ese don que se llama “alma” y
que no sabemos qué hacer con ella.
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