Por siempre, amaré ese pedazo de vida que me regalaste
Por siempre, leeré en mis manos las caricias de una pasión
Por siempre, llevaré el último verso de tu poesía, escrito
en mi alma.
Por siempre
sabré, que cuando mire la luna, tus ojos la estarán preñando de recuerdos.
Comprenderé que el noble azul del cielo
ya no será tan intenso, pero en cada una de sus nubes, imaginaré tu elegancia. Entenderé que quizás
las tijeras del Tiempo recortan vida, pero jamás rasgarán tu sonrisa.
Por siempre
mis dedos encelarán tus sedas, pues son ellas, las que ahora abrigan las
huellas de tu piel. Dejaste huérfanas a mis tintas porque tus sentimientos ya
no se mojan en ellas, dejaste frías mis sábanas, porque tu sudor ya no las
impregna, dejaste sola a mi almohada y ahora sólo tiembla entre mis piernas.
Por siempre mis
paisajes, abrazarán la soledad de tu vacío, se iluminarán solo de un color y el
amanecer, ya no explicará nuestras noches. El mar recogerá su marea, el viento
perderá fuerza, las estrellas pedirán prestados sus destellos y mi corazón
robará latidos, entre ceras y añejos tintos. Ya mi primer café no será el
mismo, pues extrañará tus transparencias. Ya mis labios recitarán grietas, pues
día y noche, nadaban entre las burbujas de tu boca. Ya conoceré el silencio,
pues sin ti, se acabó la palabra.
Por siempre, caminaré desnudo en las playas de la memoria.
Por siempre, respiraré profundo la exhalación de mi desamor.
Por siempre, explicaré al destino, que me faltas tú.
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