El
nervio vivía consistente, la emoción disfrazaba silencio y su piel ansiaba
sentir. Quizás el compromiso era ciego y el riesgo inmaduro, quizás tanta
ansiedad lo llevaría a sumergirse a un pozo sin retorno, pero seguro que la
intensidad escribiría hoy un nuevo capítulo en su vida y quizás también, en esa
mujer y en aquel hombre.
Ya relame bizcocho el deseo, el frenesí aturde sienes y vive suave, una
elegante música de fondo. Media luz, cama tendida en su casi perfección, aromas
compungidos entre jazmines y maderas, el champagne llena sus copas y bailan las
fresas en sus burbujas. Se desviste aquel hombre y muestra brillo en sus
rasurados pectorales, el candado de su incipiente barba deja ver blancura en
sus dientes y sus carnosos labios piden acción. Tierno mira. La prostituta
asume el primer reto con su “chulo”. Se vigoriza el bíceps y rasga la blusa, lo
besa, el candor arranca el cinturón y desprestigia el botón de sus jeans, las
manos poseen muslos, el beso es más intenso y recorre garganta en su dulce
saliva. Tierno se excita. La mano se desliza suave dentro de su trusa y tienta
la vigorosa y afeitada erección. El “chulo” suspira, eriza sus pezones la mujer
y deja espacio para que los posea el hambre del erotismo. Caen en la cama,
deshacen sábanas, su mano no se separa y siente crecer la humedad entre sus
dedos. Tierno se desnuda. Ayuda el “chulo” y con una mano desliza trusa y
pantalones. Muestra a Tierno la excitación de sus muslos.
El calor es más y más intenso, se enredan los suspiros y tiembla el
pecado porque ya va a ser poseído. Tierno vierte champagne en la espalda del
“chulo”, ella no deja de entrelazar dedos en sus cabellos y también se
humedecen. Tierno besa sus dedos, ella los abre, quita la mano y saborea la
entrepierna de Tierno. Siente el primer escalofrío y su lengua recorre el
champagne en la espalda del “chulo”. Se contorsionan los cuerpos. La mujer
invita a Tierno y lo acuesta a su lado. Lo besa, se pone encima. El “chulo” no
aguanta, muerde y abre los muslos de la mujer, máxima lubricación, enchina
intensidad su cuerpo, penetra Tierno, también el “chulo”, sublime contorsión,
el gemido es grito, la mordida intensa, fluye la sangre por la garganta de
Tierno, la mujer pone sus ojos en blanco, el orgasmo es múltiple, avasallador,
constante y eterno. Se desguanza la mujer y la hacen a un lado. El “chulo”
muestra no entender pero quiere, Tierno lo abraza, lo siente, siembra una fresa
en su boca y el “chulo” lo besa, lo come y lo desea. Se tocan vigorosos los
penes, revienta piel tanta ansiedad y vive el oral. Emana la eyaculación,
salpica miedo el sentimiento y se atreve Tierno: Muerde sus testículos, fluye
la sangre, el “chulo” dice “¡Si!”, sus ojos quedan en blanco, llega vanidoso el
orgasmo, no cede, no se desguanza, Tierno piensa, tiembla la cama. El “chulo”
tiene nuevo vigor, abre la boca y de una mordida arranca el pene de Tierno…”El
chulo” era vampiro y Tierno no lo sabía.