-Abuelito!
-Dime
-¿Cuántas
estrellas hay en el Universo?
-Dos
-Pero yo veo
muchas más, abuelito
-Una se
llama VIDA y otra ETERNIDAD
-Y las que
yo veo cada noche?
-Son sus
destellos en el gran espejo del cielo
-Ah!!!
-Oye
abuelito, entonces son muy grandes
-Si, en la
primera nacemos y en la segunda, vivimos por siempre
- Oye
abuelito, cuantos soles hay en el Universo?
-Uno
-Pero en el
colegio me explican que hay millones
-Es que los
maestros no saben
- También
hay espejos de ese Sol?
- No
- Entonces?
- El único
Sol, no es el que ves. El único Sol existe y late junto a la estrella de la
Eternidad. Éste solo es copia vieja, las hay más nuevas y otras mucho más
antíguas. El único Sol jamás se apaga ni lo hará.
-Que bien
-Dime
abuelito, porque solo veo una Luna? También es única?
-No. Lunas hay millones, una por cada
persona que siente, una por cada persona que ama, una por cada persona que
respira. Como nosotros, también las hay nuevas y otras más viejitas como la
mía.
-Quiero
conocer tu Luna, abuelito!!!
- Mi luna es
bella, hermosa. La vida la llenó de cráteres porque muchos meteoritos quisieron
arrancar pedacitos de su manto. El tiempo arrugó su piel y dejó que ya solo me
miraran sus ojeras. Junto a ella aprendí, amé y soñé. Me escribía de día, la
leía al atardecer y siempre le contestaba en mis noches. Era cuidadora y
mensajera, cuna en mi cansancio y deseo cumplido de mis ocultas pasiones. Ahora
solo está, solo espera… Solo detiene el tiempo cuando abrazo, me respira cuando
exhalo y llena mi cielo de suspiros cada vez que canta el gallo. Es tierna y dulce
poeta, es preciosa y fiel amante, es candente y ansiosa, es sublime y
esperanzadora. Es ese anillo que abriga el matrimonio en mi dedo, es ese
manantial que llena mi rocío cada amanecer…Es mi compañera, mi confidente y mi
almohada.
- Bella tu
luna, abuelito. Yo quiero una igual.
- La tienes,
solo déjala crecer. Siembra tu vida en ella y cuando te llenes de amor, díselo porque de eso vivirá. No te preocupes por sus
cráteres, pues son marcas que nacen al absorber los meteoritos de tus
debilidades, no te preocupes por sus secos mares pues son desamores que jamás
te merecerán y no te preocupes si un día el Sol la eclipsa, solo es un
entrometido más en tu vida…Deséchalo, no suelen durar. Déjala ser, porque con la misma fuerza que
mueve las mareas del mar, a ti te moverá. Acaricia cada noche su reflejo porque
en la soledad será tu luz, en la tristeza te cubrirá con su manto y en la
felicidad, extenderá tus labios. Jamás siembres una duda en ella, pues la
convertirá en lágrima y el cielo llorará… Y nunca dejes de mirarla, pues un día
te mostrará su cara oculta, leerás en ella tu destino y te guiará hacia la
estrella de la eternidad.
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