Tomaste mi mano, uno por uno besaste mis
dedos, los envolviste con la tinta del amor, los llenaste de ternura entre tus
labios y empezaron a latir con el ritmo de tu corazón. El cielo desplegó sus
alas, la inspiración embriagó mi alma de ti y hasta mi sangre cambió de color.
Como te dio la gana, pintaste el óleo de mi vida, me secuestraste en tu
libertad y juntos volamos y volamos…Lejos y más lejos.
Respiramos
horizontes despegando sentimientos, vimos la creación de la palabra
“preciosidad”, nos embelesamos cuando las nubes dibujaban imaginación y
dormimos en hermosos brazos lunares. Despertamos y me quedé mirando tu alma, me
oliste y te prometí la fidelidad que
solo un ángel de la guarda es capaz de dar. Sonreíste y me amaste.
Enamoraste
mi vida, me diste una razón, robaste mi corazón y me regalaste tu destino, ese
destino que en mis manos solo tendrá amor y más amor. No sientas tristezas
cuando en mis ojos nazcan lágrimas, solo son gotitas de pasión. No sientas
temor cuando veas mis puños cerrar, solo es el incontenible deseo por poseerte.
No sientas celos cuando veas estrellas en mi piel, solo son las profundidades
de tus ternuras escribiendo poesía… Y no sientas jamás vacío, porque ya en ti
vivo.
Empeñé
alma y cuerpo a tu viento para que me lleve a donde tu vayas, vendí mis temores
al infierno y ya queman azufre, el atrevimiento se cruzó en mi camino y ya
vuelo hacia ti. Quizás las promesas mueran en inalcanzables sueños, quizás los
anhelos se enreden en ajenas telarañas y quizás la eternidad sea una utopía,
pero cuando un corazón jura en el alma, su sangre tatúa, sus latidos la poseen
y nace un sueño hermoso, llamado amor. Es entonces cuando la vida exprime
sentido, besa éxito y llora olvidos…Y es entonces que ese amor jurado se
expande y crece cada día más y más…Es entonces cuando siento y te escribo,
cuando vivo y te sueño, cuando te rezo y arrodillo mis sentimientos, cuando sé
que mi poesía lleva tu nombre y cuando sé que vivo por ti…Y siempre será por
ti.
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