…Y
llegó el meteorito y rompió mi luna en un millón de pedacitos, cada uno se convirtió
en una letra, los juntó el viento y dejó el cielo que en cada una de sus nubes,
se escribiera un verso. Se asustaron los ángeles y soltaron sus arpas. El
Creador les mandó su inspiración y se pusieron a trabajar. Cargaron una por una
las nubes y dejaron siete en cada planeta conocido, las exprimieron y
humedecieron todo, llovieron versos y sembraron poesía por todo el Universo.
El
majestuoso evento tocó almas, confundió a los gobernantes, sembró pétalos en la
cama de los enamorados y cerró el ciclo de los bastardos sentimientos. El
dolor, la guerra y el hambre eran vomitados en grandes agujeros negros, la libertad
respiraba y sus pulmones crecían y crecían, los políticos cargaban pesados
costales de mentiras y uno por uno eran tirados en las gargantas de mil
volcanes, el cuento sonreía y la imaginación volaba, los ladrones cargaban
cruces y los homicidas yacían entre alcantarillas, los libros se abrían y los
sueños…Los sueños amaban a los soñadores.
Vivía
el miedo su apocalipsis, la ternura abrazaba piel, la distancia se desconocía a
si misma, los orgullos eran arrastrados por grandes olas y en sus remolinos los
hundían en abisales fosas. El dinero solo empapelaba paredes y crecían más y
más los árboles, verdes y majestuosos. Llegó el averno y se llevó sus humos y
chimeneas, coincidió la caricia con el latido Universal y el amor fue hermoso, precioso, alcanzable y
eterno.
Nació
el séptimo Sol…El Sol que borraba memorias y dejaba experiencias, extinguía
rencores y llenaba pensamientos con su amor, secaba lágrimas y alargaba
sonrisas, robaba pieles y comprometía almas a escribir en ellas…Ese Sol que
cada día inventaba diferentes ternuras para que la pasión nunca decayera, ese
Sol que fundió su luz con la de las estrellas para despertar un nueva genoma
humano.
Seguían volando despacito ,los pedacitos de mi Luna. Algunos se juntaban
y bailaban, otros disgregaban espacio y los más callados, solo escuchaban el
dulce caminar de su tiempo. Componían versos y los ángeles les daban vida con
su música. Poco a poco envolvieron ternura alrededor del nuevo Sol, en él se
fusionaron y transformaron su dureza en lava de cielo. Llegaron lejanas
estrellas y en cada uno de sus destellos nació un diamante. Eclosionó el
Universo, la lava se convirtió en manto y el viento lo llenó con estelares
preciosidades. Se formó mi nueva Luna, una poesía de amor y ternura, un escrito
de sueños y esperanzas, una música de sentimientos y pasiones…Y es por eso que
cada vez que te siento, te mando un pedacito de su manto para que abrigue la
soledad de tus noches y me recuerdes, un
poquito más.
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