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miércoles, 10 de mayo de 2017

UMBILICAL.


                   La tiniebla se convierte en agua, no existe el pensamiento, solo un deseo. El vientre recarga miel en sus entrañas, sucumbe el silencio y el tiempo ensordece sus manecillas. Ya el arte de la Creación exhibe pinceladas, los colores enredan jugos, duele el suspiro y marea duda, el anhelo compartido.
                   En un rinconcito de ti, pegado a tu hermoso laberinto, junto a tu alma. Pedacito de ti, regalo de tu don, bendición de cielo. Muchas veces te busco en la imaginación de las estrellas porque tú eres un trocito de ellas, siempre leo en la preciosa luz de mi Luna porque de su reflejo nació tu ternura y a veces, cuando el amanecer reinventa vida, me refugio en tu recuerdo, porque en él, la memoria se expande, mi alma te abraza y tu corazón…Tu corazón vuelve a latir en mí.
                   Mamá, deja que te sienta otra vez. Ven, siéntate, porque tengo algo para explicarte, que quizás no sabes: Pasé el examen porque copié tus genes, bebí de tu sangre y absorbí todo el amor que en ti había. Recogí el polvo de tu estrella y lo sembré en mis ojitos y miraron, te robé caricias y formé mis manos, mordí el músculo de tu corazón y en él crecieron mis labios, exhalé un poquito de tu espíritu y poco a poco lo convertí en mi alma. ¿Te acuerdas cuando escuchabas música y yo bailaba?...¡Eran mis primeros pasos!...Amabas y mis ojitos se cerraban porque yo también sentía, sonreías y reían mis mejillas, llorabas y era yo, quien de tu alma las lágrimas secaba, porque debes saber, que yo nací dentro de ti.
                  Un día ví que escribías y descubrí un increíble mundo en tu imaginación, conocí colores, contigo soñé sabores y olí profunda, la sal de tu mar. Te leí y más te amé, porque en tus latidos conocí la poesía, en tus escalofríos temblaron mis primeras rimas, mientras en tu vientre crecía cada día una semilla que quizás jamás, mereció ser tu hijo…Mamá ¿Por qué dejaste que naciera, si en ti, lo tenía todo?. Mamá ¿Por qué dejas que en estos momentos dos lágrimas recorran mi carita, dos lanzas de amor y recuerdo que están atravesando mi alma?, sabes bien que un día cortaron nuestro cordón umbilical y eso que llaman “vida” empezó a caminar sin ti, porque mi luz fue tu oscuridad, mi primer anhelo tu última exhalación y mi nacimiento, tu partida a un cielo, que seguro un día, juntos abrazaremos… Y jamás nadie se atreverá a cortar, nuestro Umbilical. Te amó Mamá.




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