La
tiniebla se convierte en agua, no existe el pensamiento, solo un deseo. El
vientre recarga miel en sus entrañas, sucumbe el silencio y el tiempo ensordece
sus manecillas. Ya el arte de la Creación exhibe pinceladas, los colores
enredan jugos, duele el suspiro y marea duda, el anhelo compartido.
En
un rinconcito de ti, pegado a tu hermoso laberinto, junto a tu alma. Pedacito
de ti, regalo de tu don, bendición de cielo. Muchas veces te busco en la
imaginación de las estrellas porque tú eres un trocito de ellas, siempre leo en
la preciosa luz de mi Luna porque de su reflejo nació tu ternura y a veces,
cuando el amanecer reinventa vida, me refugio en tu recuerdo, porque en él, la
memoria se expande, mi alma te abraza y tu corazón…Tu corazón vuelve a latir en
mí.
Mamá, deja que te sienta otra vez. Ven, siéntate, porque tengo algo para
explicarte, que quizás no sabes: Pasé el examen porque copié tus genes, bebí de
tu sangre y absorbí todo el amor que en ti había. Recogí el polvo de tu estrella
y lo sembré en mis ojitos y miraron, te robé caricias y formé mis manos, mordí
el músculo de tu corazón y en él crecieron mis labios, exhalé un poquito de tu
espíritu y poco a poco lo convertí en mi alma. ¿Te acuerdas cuando escuchabas
música y yo bailaba?...¡Eran mis primeros pasos!...Amabas y mis ojitos se
cerraban porque yo también sentía, sonreías y reían mis mejillas, llorabas y
era yo, quien de tu alma las lágrimas secaba, porque debes saber, que yo nací
dentro de ti.
Un
día ví que escribías y descubrí un increíble mundo en tu imaginación, conocí
colores, contigo soñé sabores y olí profunda, la sal de tu mar. Te leí y más te
amé, porque en tus latidos conocí la poesía, en tus escalofríos temblaron mis
primeras rimas, mientras en tu vientre crecía cada día una semilla que quizás
jamás, mereció ser tu hijo…Mamá ¿Por qué dejaste que naciera, si en ti, lo
tenía todo?. Mamá ¿Por qué dejas que en estos momentos dos lágrimas recorran mi
carita, dos lanzas de amor y recuerdo que están atravesando mi alma?, sabes
bien que un día cortaron nuestro cordón umbilical y eso que llaman “vida”
empezó a caminar sin ti, porque mi luz fue tu oscuridad, mi primer anhelo tu
última exhalación y mi nacimiento, tu partida a un cielo, que seguro un día,
juntos abrazaremos… Y jamás nadie se atreverá a cortar, nuestro Umbilical. Te
amó Mamá.
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