Invadí tu
memoria cuando dormías entre el silencio de los ángeles, descubrí tu mundo
cuando esperabas el tiempo de la inspiración, probé tu ternura cuando tus
caricias retaban la codicia de tanta imaginación. Deshebré los hilos de tus
sueños, arranqué uno a uno los versos en tu silencio y los hice míos, comprendí
tu historia y en ella fundí mis deseos.
Te pedí un café
y me regalaste tu azúcar, por una vez sentí que alguien me escuchaba y
alargaste tu mano para brindar mi nostalgia, te pedí una noche y me dibujaste
un pastel que no pude pagar. Probé los límites de mi desdicha y te aseguro que
la simplicidad de tu verso, se ahogó en la paciencia de mi pobre inteligencia.
Amor, vida,
lujuria, deseo y pasión… ¿Por qué no juntan sus brazos en mis noches de
soledad?...Pausa, silencio, armonía, descanso… ¿ Por qué no rescatan mi alma de la maldita frustración?...Erguidos
humos de mis tabacos, emociones desatadas de mis tintos, suave limpieza de una
mirada en mi espejo, puro corazón por tener un ansia…Por tener un respiro de
pecado.
Te busqué
cuando mis versos recitaban agonías en el atardecer de mis infiernos, extendí
mi mano entre las mojadas aceras de esa noche y en mis puños solo abrigué los
fríos de otro amanecer. Caminé los vientos que solo el vicio imagina, robé
alientos que mi aturdida mente jamás comprendió y en la admiración de tanto
caos solo sentí el enrojecimiento de mis
ojos ante tanta perplejidad.
Toda mi vida deseé y amé, en mi viaje llené maletas de ternura y caricias, supe leer mis nostalgias y escribí cada uno de sus epitafios...Y ahora que quiero una poesía en mi vida...Ni siquiera consigo una...Aunque sea de pago.
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