Eterno
silencio que vives noches fundido entre los hilos de mis sábanas, pasión que
tomas pausa en el razocinio de mi entendimiento, corazón atravesado por el
cuchillo de la impuesta soledad que sangras tus emociones y embarras las tintas
de mis dedos. Locura que exhalas la profundidad de tanto delirio entre las
piernas del egoísmo cuando arrullo almohadas, sentimiento y maldito poder que
absorbes la naturaleza de mis deseos. Furia de carne que despliegas tantas
bajas pasiones que la altivez de mi espíritu no alcanza a comprender.
Simplicidad del momento, egolatría consentida, caridad por darme placer y miedo amarrado en el pecado de la eterna lujuria. Permitido erotismo que deshojas las salivas de mi boca, frío enterrado en mis recuerdos que traicionas la calentura de tanta intensidad. Eyaculación precoz no permitida, orgasmo contenido hasta la saciedad del deseo, orgullo de hombre que te desvaneces entre las pasiones de mis manos...Pausa y silencio...Silencio y pausa...Caricia y arrogancia...Ternura y fuego, en el éxtasis de mi conciencia.
Suavidad
que contorsionas la pelvis de mis sentidos, fuerza de ley que impone la soledad
ante los ojos de mis lunas, alfil que das jaque a tu imaginada reina, hostil
relámpago que esperas al trueno para confirmar tu existencia. Desahogo físico y mental que retas creencias,
obligas ansiedades y refundes pecados en el infierno de la ignorancia. Dulce
paisaje de mi vida que das color a mis noches y sabiduría al nuevo amanecer.
Un día te oculté y hasta mis manos
absorbieron callosidades, un día decidí que mi oscuro placer, redimiera la verdad de mis sentidos, un día
decidí… No ocultar el gran amor, que
siento por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario