Grito a mis
lunas una noche contigo…La siento, la necesito…La quiero compartir con mis deseos, con mi pasión…Con tanto amor que ni uno de los
soles del Universo apaguen con su luminosidad mi ardor. La locura contenida de
mi soledad exige una razón, exige un momento, exige ese instante en que mi
cuerpo se junte con tu piel y grite los gemidos del cielo. Te quiero sentir
esta noche, estés donde estés, ven a mí,
hazme tuyo y besa los deseos de mis atardeceres, los deseos de mis noches, los
deseos de un amanecer a tu lado…Oliendo a café.
El dulce
recorrer de tu mano en mi garganta es el éxtasis anhelado entre mis tintos,
enjuagar juntos el aroma de mis ceras es el anhelo más profundo de mis
querencias, que tus dedos limpien la sequedad de mis labios es poesía escrita
entre mis comisuras, que tus uñas rasguñen de caricias los vellos de mi pecho
es consentir la sublime excitación de mis deseos.
Amargura que
envuelves con tu velo la existencia de
la viuda soledad, desenfrenada intensidad que en tu silencio arrancas los
orgullos del profundo egoísmo, ley de vida que desatas tu virginidad entre los
dedos de la imaginación…Suave flujo de tantas ideas que atosigan mi cerebro
entre las sombras del arrepentimiento…Miedos que arrancan de raíz, la voluntad de mi atrevimiento.
Que revivan los
soles de mil universos, que los algodones deshagan sus nubes en los mil cielos
de mis paraísos, que las lluvias derroten el infierno del desierto, que los
rayos atraviesen una a una las capas del
orgullo y que los truenos ensordezcan cada lágrima de envidia y cada temblor en
la sonrisa de mis pasiones.
Por tus besos
caí y de ti me enamoré. Contigo descubrí
los miedos de la vida, contigo enfrenté las mieles del olvido y contigo
aprendí que amar, vence distancias y disfraza los límites del tiempo. Ven a mí,
porque contigo despertaré mis sueños de la vigilia del amor.
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