Descubrí una
flor perdida entre tu piel. Respiraba tranquila y en su ternura abrigaba tus
fríos. Inconmensurable belleza que partes en dos, los labios de la pasión.
Albergue de vida, fuente del más profundo de los deseos, soñada utopía que
duermes en el eterno abrazo de sus piernas.
Cuentan los
que te han tocado, que cuando sientes sus caricias, conviertes tu aliento en
gotas de miel. Escriben los sabios sobre el exuberante néctar que emanas desde
tu alma, cantan los trovadores tu elegancia y tu fragancia, imaginan los
soñadores el elixir de la excitación cuando sale de tu garganta y lloran los
enamorados, cuando alcanzan el clímax de
tu posesión.
Nido de gritos
y gemidos, motor de contorsiones y atrevidos suspiros, sublime altar del
profundo erotismo, dulce escalofrío que permeas mis entrañas…Caviar con fresas
que resbalas tu pasión en mi lengua. Orgía de mis sentidos al acercarme, balanza de
justicia que pones en duda mi hombría, cadena perpetua que pones a prueba bajo
tu luna, las noches de mis sentimientos.
En tu ardor, rompes semillas para dar
vida. En la nostalgia abres tus pétalos para saciar esperanzas y en las
humedades de tus aceites, pintas paisajes que ningún cielo se atrevió a iluminar.
Perviertes ignorantes obsesiones, gozas del placer cuando el alma eriza tu piel
y cierras tus puertas cuando el viento arrastra las arenas de la infame y
disfrazada violación.
Seré tu poeta
y entre tus labios recostaré mi pasión. Seré verso y música en tus sueños. Seré
tu ángel porque cada vez que mi alma te acaricie, recibiré las
gotas de miel de tu poesía… Y en ellas se abrirán mis alas y te poseeré con
todo el vigor de mi espíritu. Flor de vida que en tu exuberante plenitud irradias placer, flor que tatúas
entre sus piernas todo el dolor del nacimiento y toda la pasión del Amor.
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