En ti, en mí,
sin ellos, a pesar de ellas…La poesía escribió intimidad. Sin ti, sin mí, con
ellos, con los consejos de ellas…La vida escribió separación. Suscribimos familia, expandimos abrazos,
aceptamos y recibimos invitaciones, enaltecimos falsas hipocresías, besamos
mejillas que supuestamente llevaban nuestra sangre y entre tanta confusión
olvidamos que la familia éramos…Tú y yo.
Iniciamos el juego
de la vida…Crecimos en el amor, procreamos vida, educamos principios que
edificaron nuestros padres, lloramos las ternuras que nuestra luna nos regaló y
sonreímos los primeros paisajes de la nueva vida. Sorteamos dificultades,
aprendimos de nuestros errores, abrazamos sorpresas, vencimos miedos y aún en
nuestra ignorancia…Cuando la tormenta nos enseñaba el primer rayo, cerrábamos
nuestros puños y nunca permitimos que el trueno ensordeciera nuestros deseos.
Familia, que
rodeaste las vírgenes rosas de mi jardín con las espinas de tus celos. Amigos,
que invadieron intimidades que no les pertenecían y rompieron las sábanas de una alcoba en la
que jamás creyeron, amigas que deshicieron la pasión…Por un momento de dulce
amargura.
En la verdad, muere
la sutil mentira… En el hombro de la supuesta distancia, muere el tiempo y vive
el eterno espacio…En las palabras de un supuesto perdón, vive el viento y muere
el amor. En el recuerdo de una sonrisa vive la nostalgia y muere el deseo…En tu
recuerdo vive el consejo y muere la
ilusión.
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