Pervertir mis dedos entre los botones de tu blusa, es imaginar. Deshacerlos
es dibujar deseo, arrancarlos es un beso de pasión y desnudarte en mis manos es
culminar el sueño de la dulce tentación.
Recoger
las hojas de mi otoño sobre tu piel, es apagar la inquieta tristeza de un
sentimiento en su vacío. Penetrar tu cuerpo con el vigor de mi ternura es
alcanzar la exquisitez del supremo erotismo. Dejar que tus labios deshagan
grietas en mi boca es sentir la copulación del terco río sobre su mar.
Imaginarte
es llenar de poder mis ansias, pero también castigar mi cuerpo en la extraña
sensación del no tener. Porque quiero tocarte, quiero sentirte pegada a mí y
quiero estar en ti. Escribiré con la sangre del deseo, el libro de mi sueño. Te llamaré, te buscaré, rodaré como polizonte
en un barco o pagaré el primer boleto de avión. Caminaré el reflejo de tu Luna,
seguiré las flamas de tu Sol, oleré cada vez más cerca, la sal de tu mar y le
pediré al juglar del amor, que anuncie mi llegada.
Tocaré tu
puerta y cerrarás ventanas. Nacerá el primer abrazo y el deseo empezará a
escribir el primer verso. Vibrará timidez el beso y temblará la caricia.
Conocerás mis ansias y cerraré tus pestañas. Y será entonces que conocerás el
baile del enamoramiento, la danza de los sentidos y la música de mis vientos.
Te conquistaré con las caricias de mis labios, te abrazaré con la poesía de mi
alma y te poseeré con cada latido de mi corazón. El cielo escribirá sus gotas
en el vaho de tus ventanas, la cara oculta de mi Luna susurrará perdidos bagajes, tu sudor se hará intenso y mi anhelo robará
eternidad. Nacerá el escalofrío y la furia de mis manos, al despreñar la ropa
de tu cuerpo, vivirá la pasión en tanta entrega, suspirará el tiempo colgado en los hilos de la pausa y en su
alevosía, temblará el pecado ante la nitidez de nuestra libertad.
Entraré
en ti, me mirarás, te miraré, crecerá la intensidad, tu grito sentirá, mi
respiración te olerá y tus manos apretarán fuerte mis muslos. Me absorberás, te
cautivaré, me pedirás más, te complaceré, sonreirás y vibrarán tus dientes,
entraré en tu alma y la llenaré de rosas, jazmines, azucenas y exóticas
orquídeas. Me mirarás, te miraré, cruzaré el clímax de la locura, tus ojos
caminarán de puntitas sobre mis labios y te besaré, te mimaré, abrazaré tu
lengua y envolveré mis papilas con tu saliva. Me mirarás, te miraré, porque en
ti entraré y tu contorsión no dejará duda a la flacidez, será tanta la emoción
que nuestros instintos bailarán pegados, el sexo se reinventará a cada segundo,
el salvaje albedrío tomará posesión de nuestras mentes y explotarán los
sentimientos en la bravura compulsiva de nuestra eyaculación. Me mirarás, te
miraré, el orgasmo reventará entrañas, arqueará espaldas, fusionará deseos,
enredará sudores y compartirá la pureza del profundo amor. Me mirarás, te
miraré porque en nuestros ojos nacerán dos lágrimas y de cerca las querremos
ver. Me mirarás, te miraré y cuando sople el amanecer, la ternura escribirá eternidad en nuestras
miradas.
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