Vidas
ordinarias, sentimientos escondidos, emociones guardadas, calladas gargantas y
labios agrietados en la consternada prosa social. Caminantes sobre asfaltos tan
surrealistas como la misma vida, diálogos de sordos entre los semáforos de la
intolerancia, amistades que venden
abrazos y piden siempre cambio, pensadores de cantina que creen cambiarán el
mundo, salvajes y perseverantes escritores que cambian letras en medio de un
mar, que huele alcantarillas de ignorancia y televisión.
Serpiente de siete cascabeles, que te
enredaste en el árbol del edén y nos llenaste de los siete miedos no escritos: Ignorancia,
inseguridad, frialdad de alma, pobreza, insomnio, pecado y desamor. Siete
miedos que vagan en silencio por la sangre del ser humano, miedos que cabalgan
en blancos caballos y vuelan rasantes sobre nuestras vidas. Son resaca de políticas religiones, venenos de
impuestas educaciones y una maldita
interpretación de esa “democracia” que día con día nos quieren vender y que compramos
porque creemos que en ella, alcanzaremos nuestros sueños.
Sociedad
del desdén y el protegido interés de unos cuantos Pueblo que te haces a ti mismo y día a día te
reinventas, porque tu enseñanza nace del sufrimiento y vencerás la ignorancia, tu
fortaleza se forja en el sentir de tus manos y de ahí, un día nacerá tu
seguridad. Construyes y vistes un hogar y en ese dulce calor ya no vivirá
jamás, una frialdad en tu alma. Te apartas cuando el mal rico escupe y lloras
tu necesidad, lees y revientas tus cuentas, alargas centavos más allá de su
metal y besas alegría cuando los tuyos comen…Y eso no es pobreza, es la más
grande riqueza que el Creador te pudo dar: tu imaginación, tu poder de amar y
el gran abrazo que das a otras vidas, aunque a veces no lo entiendan.
Reflejas sueños cuando te miras en tu espejo, entre arrugas y perdidas
añoranzas, entre lagañas de vida y cicatrices de dolor. Respiras olor a
esperanza e ilusión, a exóticas vainillas y a trabajados cafetales, quizás tus
dedos mantienen el óxido de las herramientas o el jabón de tanto traste lavado,
pero cada noche tu sueño vence la pesadilla y el descanso al maldito insomnio
que un día alguien, sembró entre dudas y movedizas arenas.
Amas en
el miedo, tu corazón siente y la razón pone pausa, tu alma necesita del dulce
gemido y tu educación grita, tu piel enchina sus poros y la religión los
duerme…Te invade el deseo, la pasión exhala humedad y se acorta el tiempo, el
aliento compite latidos y el pecado llega a tu mente. Disfrázate de libertad,
goza tu momento, deja que tu albedrío vuele y encarcela al pecado, recoge las
llaves, busca el precipicio más hondo y tíralas. Sumérgete porque el amor es
cielo, sentirlo es abrazar algodón de nube y su orgasmo, es un volcán
absorbiendo los cometas del Universo. No tengas miedo, porque si un día llega
el desamor a tu vida, piensa que solo es un pasajero que se baja del tren de tu
destino y como tal es desechable, cambiable y olvidable.
Siete
miedos, que a veces escriben vidas y son demasiado reales. Respétenlos y
olvídenlos.
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