Creí escuchar el trinar de un río al envolver
sus piedras, el destello del artista sobre unas teclas de piano y el cruel
estremecimiento de un pulmón por hacer cantar su gaita. Creí
escuchar al viento esconder el tambor del trueno, al infierno crujir sus
leñas y al cielo formar nubes de colores. Creí creer que sentía lo irreal, que
una ilusión era abrazable y que el sueño de una imaginación se podía alcanzar.
Y el pensamiento puso orden, el corazón coraje y mi alma blandió su espada.
Buscó
el sentimiento esa aguja en el pajar de mi vida, esa afilada punta que se llena
de tintas y ahora me escribe, ese
delgado metal que de tanto en tanto atraviesa mi corazón y sangra sus miedos…Ese
punzante dolor, que asfixia mi destino. No
la encontró el sentimiento pero sí la perseverancia, la tomé en mi mano y la
puse alargada sobre el yunque de la esperanza, la moldeé y le di forma de
anzuelo. La trampa estaba lista, solo faltaba la carnada.
Saldré
en busca del ser, de ese complemento que para mí escribió el Amor, de ese libro
abierto que me seduzca…De esa canción, con forma de mujer, que me enamore. Saldré y le diré al mundo que no estaba
muerto, solo distraído en la posesiva fiesta de mi soledad, que en el reciente tiempo
solo viví para mí y que a partir de ahora, mi poesía solo quiere hablar de ti. Le
pediré a la Luna que cada noche refleje en mi espejo tu rostro, a las estrellas
que contorneen con su luz tu cuerpo y lo fundan entre mis sábanas, al cometa
que viaje más fuerte y me traiga tu aliento y al meteorito, que entre en mi
atmósfera, que se parta en mil pedazos y bombardee sin cesar, el escalofrío que
todavía siente mi cuerpo.
Arrodillaré la humildad de mi sencillez ante el espejo que solo tus ojos
son capaces de ver, la pureza de mis sentimientos ante la primera lágrima de
rocío de tu amanecer y a mi dulce ternura ante el intenso vaho que pintaré en
tu alma cada vez que pienses en mí. Saldré en busca de mi felicidad y te
encontraré, cruzaré mares y caminaré océanos, llenaré mis puños con las arenas
de tus cercanos desiertos y mis sentidos, del olor de tus cafetales. Les explicaré a mis
consentidos acordes que ya envejecieron y que no caben en el nuevo pentagrama
de mi vida, al recuerdo que de una vez se disfrace de olvido y al sereno de mi
soledad, que de una vez tiré las llaves al caudal más profundo.
Abriremos el gran teatro del sueño, donde el telón es ilusión y la
tarima puro deseo. Fundiremos cuerpos en pasión, cada acto será instinto y cada
verso resbalará quedito en nuestra piel. Cada sudor será contado, cada gota
exprimida y cada caricia, pervertida en cada línea de nuestras manos. El cuento
vibrará, la leyenda se escribirá y la prosa de la compartida eyaculación,
salpicará versos por doquier. La música
se compondrá, el equinoccio abrazará solsticio, la nube cambiará de forma a
cada mirada y el juglar del amor brincará. La respuesta no encontrará su
pregunta, se morderán lenguas y los
dientes lamerán, callará el tiempo y el espacio se pegará, el dedo recitará
piel, el cabello estremecerá su beso y la poesía cantará…Lancé mi anzuelo, lo
mordiste, fuiste mía…Y Dalí te pintó.
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