Entre
suaves luces y blancas sábanas perfumo tu cuerpo, dibujo atrevida una caricia y
en mi pecho sostengo tu mano. Tus ojos brillan, vibra la inquieta ternura y los
sentidos se llenan de una exquisita paz. Una dulce brisa se convierte en
transparente niebla, escurren sedas, cae nieve de algodón y el verso empieza a
escribir una poesía. El sabor del momento es intenso, el silencio se hace
fuerte y gatea el instinto. Escucha la piel y se relamen los labios, la mirada
toca, el beso quiere y el ansia espera. Penetra el calor y el sudor, exhibe una
gotita. Cala hondo el aliento, el nervio ilusiona, el latido jadea y el cuerpo
escribe deseo.
Muestra
su velo la Luna, consiente el vaho una lágrima en su ventana y despacito el
reloj, detiene sus manecillas. Canta la sirena los algodones de su mar, enreda
el viento su cariño entre las sedas del cielo y la pasión muerde el anzuelo del
profundo deseo. Me tocas y se eriza la
miel, te miro y el mar cambia de color, me respiras cerquita y vuela un ángel, te
beso y las estrellas se convierten en música…Los ojos se cierran, el beso es
profundo, las salivas se envuelven en un sublime tango, el sabor huele a vals y
tus labios lo saben, vive la belleza en todos tus rincones y mi lengua la baila
una y otra vez. Porque de velo de Luna está hecha tu boca, de algodón tus
labios y de seda tu elegancia.
Vibra el paisaje, las rosas se deshacen de sus pétalos, azota fuerte el
viento la ventana y el corriente aire tapiza nuestra cama. Embravece el mar su
sal y el cometa la reparte, gira su cabeza el búho y el árbol tapa sus ojos. Se
extiende la noche, gime quedito el fuego de un volcán y mil golondrinas anidan
su amor. Fluye el tierno abrazo y entre mis manos, se deslizan tus cabellos, la
exhalación es inmediata y en el arqueo pierdo mi boca entre tus pechos, los
sigo y los persigo, los acaricio y los beso, los toco, los huelo, pierdo mis
sentidos en tus pezones y me lleno de hombre. Deslizo mi vigor en tu espalda y en la firmeza
de tus muslos desahogo fuerza. La fricción es intensa, la contorsión seduce
alma y tanta sensualidad enrojece mi
tímido corazón. Tu caricia excita tentación, se desenfrena la mirada y
en la piel se funde de pasión, la humedad empapa, el poro se llena de ternura y el espíritu grita,
gime y desafía a quien pueda escribir su verso.
El
poeta lo escribe, un ángel lo lee y el cielo lo recita. Mil pétalos se llenan
con sus letras. La Luna recoge su velo, lo huele y se excita. Absorbe el mar su
sal y en cada cristal contempla una caricia que sabe a espuma de piel. Libera
el tiempo sus manecillas y amanece. La brisa es tierna, el rocío pinta un
abrazo en la ventana y ya huele a café. Los ojos se abren y las miradas
explican que hoy, el amor se hizo… Entre sedas y algodones.
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