Sentir es un placer, escucharte,
merecerte y aún en la tristeza, saber que también de ella estás hecho. Sentir
es abrazarte, besarte y arrullarte en ese sentimiento que desde lo profundo
nace. Sentir es compartirte, amarte y abrigarte en esta naturaleza de la que
somos parte… Sentir amor es el orgasmo del alma, que en silencio, eyacula lento
en el fondo de tu corazón.
Cuando siento mi alma estremezco,
no hay corazón que en el latido me tenga preso y no hay verso que sea capaz de
explicarme en silencio. Cuando siento en sudor empapo el sentimiento, dejo que
la mirada no pierda su anhelo y en la ventana dejo al cristal, nadar en mi
aliento. Cuando siento vibra el cielo, abrazo la musa que despacito nace dentro,
exhalo el vapor que a la vida le debo y así cada noche escribo lo que siento.
Siento en verdad y explicarlo puedo
porque en el amor todo tiene valor, en el detalle siento su calor y en mis
tintas dejo que cada verso desparrame todo su color. Porque del mar vengo y de
su sal me pego, del viento no soy ajeno y en su aire rebozo todo lo que llevo
dentro, de la montaña soy parte, del valle un lindo paisaje, de la estrella un
destello y del cielo, una nube o quizás un pequeño abrazo de Universo. Siento
profundo el aullido del lobo, el canto de la sirena cuando embravece espuma y
el gemido de mi Luna, cuando su velo escurre desnuda. Siento porque merezco,
porque en mi camino algo debo, el eterno me explicó que escribirlo destruye ego
y así despacito, construyo un espacio lleno y sincero.
Cuando siento, la blanca pared
deshace su pintura, el vacío de mi existencia se convierte en eco de promesas
hechas morusas, lo simple ya no es línea en mi mano, la rima destruye el miedo
y la poesía muestra su verso, erecto y erizado. Sube la intensidad de mi
música, la inflexión del acorde roba mi atención, la piel enchina su condición,
siente una lágrima el párpado en su condición y el niño que llevo dentro le
dice al sueño que en su frontera no hay sumisión. Se atreve el hombre y sin
parar escribe el poeta, la dualidad es compleja y la dulce esquizofrenia parte
en dos una vida completa. Se suceden las letras, las tildes arañan cada
posesión, los puntos vibran en su espacio, las comas levantan presagio y el
creado párrafo no entiende porque el sentimiento está cansado. Se aferra el
dedo a su pluma, la tinta chorrea y una lágrima sigue su camino sobre la dulce
ojera, el sentir quema, la voz espera, el pensamiento aguanta y la palabra
muestra, una última mirada.
La duda queda plasmada, el
sentimiento expresado, el sentir busca ese cómplice que le de algo y el poeta
arruga el papel que ahora yace entre su puño apretado. Será basura lo que había
pensado, será eliminado porque en su sentir no encuentra un ajeno capaz de
explicarlo o quizás esperará un año a que alguien le diga que ese sentimiento,
él también lo hubiera comprado. Sentir es una condición del ser humano, es
sufrir lo ansiado, cabalgar desnudo sobre el lomo de un profundo espacio y
quizás, llorar cuando el sentimiento es demasiado. ¡Que se atreva la emoción a
pedir su tiempo, el abrazo de la soledad a reclamar su vacío y esa mano que
apoyas en tu frente a sentir que de repente, tienes fiebre!¡Que se atreva el
poro a mostrar su sudor cuando el nervio lo abre, que se atreva el insolente
presentimiento a esconder su intuición…que se atreva el hombre a gritar que es
poeta, a gemir un orgasmo y también a decirle al viento que tiene miedo al
fracaso, porque es humano!¡Que se atreva la letra a formar una palabra y ésta a
vestirse de verso aunque su rima la escriba el latido o la música del cielo!¡Que
se atreva la tinta a salpicar mi deseo porque de su negro color nace el alma
que blanca, me expresa pleno!
¡Siento!¡Claro que siento! pero el
amor de lejos debo entenderlo, porque si bien lo he vivido, sufrido y soñado,
en este momento es un viaje demasiado osado. Porque de mi lo emborracharía,
apretarlo cada día querría, poseerlo de noche no sería utopía, penetrarlo
profundo sería rutina y amarlo, el oxígeno de mi vida. ¡No! No quiero asustarlo
porque de mí quedaría prendado, ya no existiría poesía capaz de explicarlo ni
poeta que osara retarlo. ¡Escúchame bien Amor! Porque solo una vez te lo diré:
tu eres un terreno acotado, una senda que no viaja a mi lado, un deseo que quizás
por demasiado anhelado, lo veo lejos y fuera de mis manos. ¡Amor! Te seguiré
explicando porque ya te he probado, tus ubres he mamado, de tu aliento he
estado alcoholizado, de tu piel abrigado, en tus brazos he soñado, pero debes
saber que también me has causado mucho daño. Vete lejos porque el tiempo de mí
te hizo compañero, en tus zarzas quemé mis infiernos, en tu lengua ahogué la
saliva de mi silencio y en tus labios entendí que tú y yo, no somos eternos. ¡Siento!
pero a ti no te debo el sentimiento, ni la razón ni la causa del profundo
desasosiego, no te debo nada y nada (para que lo entiendas) es nada.
¡Siento!¡Claro que siento!...y la
soledad escogí como mi convento, en sus pasillos camina mi alma entre sigilos,
entre claustros lo que queda de mis miedos y en cada rezo, entierro un lágrima
que por irreverente, es juzgada por ajenos infiernos. ¡Siento! Y cuando siento
mi sonrisa desespero, un olor respira a madera intenso, mi corazón encela la
sangre del viento porque es libre y sincero, los botones se caen lentos, mi
cuerpo se desnuda al cielo y cuando abro los brazos, me siento parte total de
este Universo.
¡Así siento! Y cuando sea grande así
quiero ser. Capaz de explicárselo a mi niñez, llorarme cada vez que mi ánima
necesite calidez, sentirme cuando el tiempo me llene de ingravidez y tocarme
cuando no haya mano que se atreva a escribir caricias en mi palidez. ¡Así
siento! Y cuando muera al Creador agradeceré, al primer ángel una caricia le
daré, al cielo mi azul le pintaré y a la eternidad, un pedazo de mi le
escribiré. Ya no hay lugar en este mundo que no haya sentido, las maletas están
listas y lo vivido bendecido, el tren
está por llegar y yo, que de las letras soy mendigo, ya estoy listo para
viajar.
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