¡Sudores! Fragmentos de vida que
la piel explica, gotitas de sal que exhalan sentimientos, frío pegado cuando no
se entiende…pasión humana que en el cuerpo se muestra silente.
El pensamiento es instinto, me
refugio en el inquieto presentimiento, nace dulce una música y mi aliento cae
preso en un papel que por blanco es perverso. Le pido a una tinta que me
explique, a la Luna que el mar mueva, al silencio que persista y al cielo que
se vista de equilibrista. Desgarra la conciencia y le rompe al violín su cuerda,
la nostalgia es profunda, una soledad respira penumbra y mis ojos le piden paz
a una extraña bruja: vuela entre escobas y verrugas, aprieta mi piel cuando mi
poro suda, caliente el ambiente me desvanece y no encuentro una ostia que de la
religión me quite culpa. La ventana se cae porque no hay viento que la aguante,
la puerta se abre sin timbre que la llame, la mirada el papel relame y una
concentrada visión, le pide al pensamiento que sea imaginación.
Le pregunta el poeta a su verso si
nació convexo o es parte de una ajena ilusión, si sus letras son eméritas o
parte de una pasión, si del recuerdo es sumisión o si la memoria arrodillará su
rendición. Cae la primera gota y mi piel se abre toda, el sudor agota, la
cerveza está loca y una cera le cuenta a mi musa que no es menester la cordura,
que la locura se explica sola, que el sentimiento a veces nace de un desierto y
que el sueño por solemne no invoca y ya es otra cosa. Exhala el poro toda mi
dulzura, el aire se equivoca y una traición atraviesa con sus cuernos los
labios de mi boca. El pesar insiste en estar, la melodía no tiene otro acorde
que la explique y mi mente, la que sola se abraza silente, pide tregua, un
espacio y la manecilla de un tiempo que para ella, no sea extraño.
Abraza una arena su piano y de
playa se llena, tecla por tecla es perfecta, de cristales y diminutos cangrejos
está hecha y sublime en una espuma dulce se erecta. Es arena, la sal de mi mar que me llena, esa marea que
despacito la muestra y esa brisa que contenta no se queja. Es mar, naturaleza y
necesito que mi desnudez proteja, que penetre mi sudor, que me tatúe una
iglesia entre ceja y ceja, una oración en mi débil conciencia, un pecado que explique mis carencias y una palabra que en mi
sien se convierta en verso o quizás en la rima de un querido infierno. ¡Dios!
Vivo para merecerte y no he podido a veces quererte… ¿Por qué de tan lejos
vienen los deberes que entenderlos nadie puede? ¿Por qué eres tan diferente si
te explica un ateo, el monje de un convento o un científico converso? ¿Por qué
eres distinto, supremo, distante, del humano amante y a veces de la guerra, una
excusa, un punto y aparte o un instante? ¡Dios! ¿De qué te hemos disfrazado que
ni un antifaz te hemos dado?
Me dice el demonio que es valiente,
que en la sociedad vive por siempre, que su infierno es ardiente y que cada
quien pagamos una cuota diferente. Que en él, nuestro espacio tenemos por
siempre, que en sus calderas viviremos en agua caliente, que también tendremos
cuernos, cola, rabo y un aliento indecente, que en sus huevos las claras son
transparentes y las yemas fluorescentes, que los ombligos están en venta y subastados a
inquisidores insolentes, políticos y modernos terratenientes, que las miradas
son compradas y las más osadas cegadas, para que jamás vean nada en el fondo de sus almas.
El hombre sufre, el poeta sus
versos ansia, la sociedad escupe su falacia y el tiempo corre y corre…y nunca
se para. ¡Espacio que arrugarte quiero para que no haya distancia!¡Pecado que
aniquilarte es deseo porque en la pasión es difícil explicarte!¡Sueño que
ilusionarte quiero porque tanto si vienes de Dios o del averno, siempre serás
poesía, un escrito fingido, un sentimiento erecto, la razón de una apología o
quizás esa música que de mi libido sea melodía!
Gotas, lágrimas, el sudor del alma
cuando sufre, del corazón cuando pregunta y de la mano cuando entre vacíos
escribe sus puños, entiende que entre sus tintas el aire ya no vaga y que una
rima no es nada si del sudor no emana. Escóndeme, perviérteme soledad, silencio
abrígame, mundo desconóceme…porque los miedos quiero desnudar, unas ansias
gritar, gemir a solas mi humedad y sudar, sudar…y sudar.
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