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domingo, 27 de mayo de 2018

MOLINOS DE TIEMPO.



                 Hoy amaneció húmeda mi almohada, mojada por ese vapor que solo el ansia transpira, por esas gotas de sal que la profunda tristeza le roba a mi astral.  Oscuridad quiero y de mi sombra es necedad vivir a una pared pegada, que cese el ruido, que me abrace el silencio, que mis ojos sea capaz de cerrar y ver si tengo algo dentro, que las entrañas dejen de moverse y me dejen en paz, que la saliva no se seque y que mis manos ya no posean mi frente. Huyo del viento y de la media luz tenue, de ese olor a fresco y de la música cuando no me explica lleno, las piernas ya no aguantan, mis lágrimas una senda reclaman y mi boca agrieta sus comisuras para que ningún dedo ose tocarla. La tristeza es profunda, el recuerdo de un tiempo mejor mata, un escalofrío recorre mi espalda y el nervio grita porque el sentimiento ya envainó su espada. ¡Miedos! ¡Molinos de tiempo que de mi mente toman su aire! Humillación del alma por no poder salir sólo adelante, pasión destruida por una decisión que es coágulo en mi sangre,  falsa ilusión para un espíritu errante refugiado en una oración exigida, que nada explica ni sentido tiene en mi vida, momento interior, respiración maldita por no tener ese oxígeno, que solo el sueño transpira.
              Abrazarlos quiero y necesito porque de mi sangre son hijos, seres de luz por mi paridos, medio y fin por esta Tierra elegidos, explicación última y de mi camino, sentido. Comprenderme no pueden porque ya los educaron diferente, un padre capaz no tienen, les escribo y no me leen, los lloro y de lejos con otras personas se divierten, los amo y en mi soledad los dibujo, los pinto y los extraño. Ya solo no puedo y arrodillo mis bruces al color del cielo, los deseos a un destino incierto y mis sueños, en manos de mi ángel los dejo. Al tiempo temo, a ese reloj que prisa tiene, a esa ansiedad que duele en el corazón, fuerte, diferente, persistente,  disfrazada de veneno y espada silente. Ya la coraza no sirve para nada, la espina se desgarra,  mi alma ha sido penetrada, mi espíritu he cuestionado y el sueño ya ha sido embargado.
               Entiendo que soy parte de algo mucho más grande, que como humano no estoy sano, que cargo errores, vacíos en mis manos y algún que otro reproche de alguien que quizás me haya amado. Necesito sentir que de este mundo no soy extraño, que aunque por diferentes caminos he vagado todos están en mi vida contados, que todavía no hay epitafio en mi mármol y que todavía tendré una oportunidad para vestirme de algo. La pesadilla a su merced se ofrece, sufre la cama, el silencio cede y el averno enseña sus brasas: la mirada fija saca al consciente de la vida, el impulso es feroz, desde el séptimo piso cae el cuerpo sin pagar peaje, el vacío al inconsciente grita y la Tierra imanta el alma, suben lágrimas a la sien, el cabello en el viento se alarga, los labios se apelmazan, la saliva emprende el último trago en su garganta y la sangre se prepara. El espacio se llena de luz, la pesadilla sufre, una mirada nerviosa se despierta y estalla el alma. El poder ha sido enseñado, mi astral se ha levantado y he visto mi cuerpo ahí tirado, no puedo tocarme, soy consciente y sin pulmones exhalo, será eso la muerte o quizás del espacio he sido  preñado, será el viaje deseado o es que alguien el umbilical ha cortado, será ilusión o soy cautivo de la profunda tristeza y su posesión. Vago en un limbo que no entiendo, mi aliento huele a cansado, soy extraña luz y alma, ni mi soledad  me acompaña, soy vacío y raro en el destino, no hay grito que me guíe ni silencio que recuerde, no hay nada, ni memoria que me llene.
                En la oscuridad nado, el Universo es pequeño, frío y extraño, tanto que así no me lo habían explicado. Se abre el espacio, huelo sin olfato y toco el no tiempo sin tacto, todo es raro, siento y no me hallo, hay conexión con algo, no entiendo qué está pasando y de repente se abre un increíble agujero de gusano: Es un sueño o un paraíso en excelencia dibujado, es el óleo que el gran Mago me había preparado o solo un espejismo en el incomprendido espacio. Un nuevo planeta se me muestra de infinito  amor engendrado, su tierra es de mi agrado y en ella cien millones de molinos respiran despacio. Algo empuja mi alma y me dice que a mi destino he llegado, sin pensarlo al primer molino me agarro, engancho mi espíritu al aspa más alta, la centrifugación es osada, empieza la eternidad a tejer una cápsula desde mi espalda, siento en el vientre como de sedas se entrelazan mis entrañas y en mi mente como una vida recorre la memoria entre sienes y unas historias, que ya son extrañas. Se aterciopela transparente mi piel, imagino un sudor que no es dado, el oxígeno no parece necesario y en ese divino capullo me siento querido y gusano. Soy de nuevo un fetal fenómeno, una miga del divino que hace que no me sienta solo, sombra de un destino ya por él escrito, del Universo su calostro y del gran Mago, una creación que requiere más perfección y algún que otro retoño.
              Una segunda oportunidad pinta oro, un nuevo umbilical es mi tesoro, una cicatriz se escribe en mi cuerpo para que sea recordatorio, se borra la memoria, el aprendizaje permanece y renazco como mariposa silente. En esta Tierra nací una y otra vez y la dejaré el día, que por fin aprenderé.



                 


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