¡Qué largo es el olvido para el
destino y que cercano cuando el sentimiento necesita ser escrito! El cansancio
obliga a la mente a respirar distinto, en el silencio junta sus hebras el instinto
y cuando el grito del pensamiento llega, no hay garganta que trague tanta hiel
que una y otra vez, el recuerdo impregna. Suda la memoria porque en el
ejercicio es exigida, sucumbe la idea porque entre las sienes no es permitida y
un fuerte escalofrío aprieta la nuca hasta el final, donde termina el principio
de un olvido que si no se da, puede ser fatal..
Llueve impertinente la vida,
derrama gotas en mi cabeza perdida, entre sus cabellos buscan una ternura pero
de mi cerebro son escupidas, caen sus alfileres y se desparraman sobre mi
columna, entre los muslos gritan vida y cuando mojan mis rodillas, un vello les
explica que en sus manos serán exprimidas, que de mi cuerpo serán expulsadas,
que se requiere silencio para que el olvido sea ejecutado y por favor que en los pies no sigan chorreando,
porque las huellas ya no deben ser las de antaño.
Vida que te expresas en el olvido y
olvido que si no te tengo, no expreso mi vida.
Cae dulce la sombra de la primera
Luna, la estrella no convence a su cielo para que la esconda, calla el grillo
para que el silencio sea el que responda, traga dulces huesos en su noche una
anaconda y mientras tanto, una espuma le pregunta a su mar si su marea es corta
o solo tonta. Abrazo el olor de la nada, ya mis labios ni de sus grietas hablan,
la soledad es perfecta, el pensamiento en un papel blanco piensa y la
imaginación le pide al olvido, que sea solo un sueño malvivido. La lucha es
feroz, la memoria se llena, los dedos en tintas la desechan y una vela en su
cera la quema, el recuerdo explota, la fotografía se relame, la bestia del
tiempo se expande, el duende de los sentimientos habla infame y un gran sopor, de tu cárcel
pierde la llave. El olvido late fuerte porque no quiere ser parte y débil te
toca, porque quiere en el alma refugiarse.
Habla el ego y te pide que seas
sincero, que de valientes está lleno el infierno y que a veces la retirada es
la mejor estrategia para que después, tu victoria sea anunciada. Decide si el
olvido es necesario o solo una excusa para que la escribas en tu diario, si es menester
de poeta o debilidad de hombre, si es párrafo o un simple corolario…si es
perdón o algo más que necesitas, para vivir como humano. El tiempo tiene que darlo
pero quizás es menester antes perdonar que esperar, en la dualidad es difícil la
respuesta, ¿qué es primero, perdonar o dejar que el tiempo pueda juzgar y
olvidar? Porque para perdonar hay que ser capaz, hay que tener ese don que al
tiempo, de poder tiene que embriagar. En el perdón vive la generosidad y la
necesidad para un día olvidar, vive ese abrazo que da la vida a los que son de
verdad y vive el gran poder que de la humildad, da al tiempo toda su potestad.
Tiempo, vida y olvido, la vía que
explica al miedo cuando es confundido, la trinidad que a veces aparta al ser de
lo divino, un infierno que esconde sus brasas en la necesidad de un perdón no
exigido, una decisión que somete al alma y estremece al corazón, un silencio
partido en tres: exhalar perdón hasta lo permitido, respirar vida y dejar que en
el tiempo, se dé el olvido.
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