No sé como sentirte, la
distancia impide, lucha de piel y sábanas, paredes que revientan puños, miradas
que desconocen albas, rocíos vacíos, pensamientos impíos, humedades vagas y
gritos, que hasta mi Luna quebrantan. Debemos fundirnos, de naturaleza
vestirnos, compartirnos en aire, viento, en cada solsticio y en cada copo de
nieve que viaje esponjoso y tenue.
Explica el Universo que en la
distancia hay más deseo, que en el anhelo hay un mundo paralelo en el que no
hay espacio ni tiempo, el orgasmo se desdobla en intenso sentimiento y la piel
se mueve en sudores llenos de rocío y flores de almendros. A él llegaremos, en
su plasma viviremos dispersos, de Lunas nos llenaremos y en cualquier mar copularemos.
Sentiremos distinto, lo pleno no será ajeno, la caricia entenderá que no es
egoísta y el beso mantendrá siempre pegada, tu saliva con la mía.
Cierra los ojos y emprendamos
ese viaje solo de ida, grítale al cielo que eres osadía y que te atreves a ser
mía, escribe en el viento tu deseo que
llenaré de mi aire tu aliento, alimenta el sueño, desnuda tu cuerpo, desgarra
el pensamiento de tu mente y deja libre el alma, para que hasta mi cuerpo entre.
Mójate de lluvia porque allá todo es diferente, las nubes son de azúcar y los
mares de agua caliente, hay cien lunas que no reflejan sombras y mil estrellas
que en sus destellos, solo amor provocan.
El viaje es ardiente, la
oscuridad tiene color, no hay temor, fijamos las miradas y bailan atrevidas en
una sola melodía, una dentro de la otra,
se desvanecen nuestras ropas y son destejidas por un maravilloso enjambre de
mariposas. Tu desnudez me embriaga todo y mi piel te explica que nunca más
sudará sola, el deseo es inmenso, fluye la pasión como una gran ola, tu alma
escribe, mi corazón la lee toda, en ese silencio no hay tiempo y el cielo del
Universo se despliega poderoso, en todo su aliento.
Un divino vacío nos envuelve, nos
sentimos transparentes y la sensación nos toca, no hay nada que se interponga,
ni un ruido, ni un “hola”...ni el canto de un grillo ni el gemido del mar
cuando mece su ola. Mi alma es poderosa y de caricia se viste toda, de brazos
su membrana y de labios su coraza, de música su ansia y de sentimiento su
garganta, de verso su palabra y de poesía, el amor que exhala. Te abres toda y
piensas que en ti no hay nada, te posee mi alma y el espíritu revienta en tus
entrañas, el momento es único, la posesión eterna, el intenso vaho empaña cien
vientos, el grito sobrecoge, el aura enreda y el agujero negro le pide al
infierno que desobedezca al pecado, que lo ignore, que lo entierre en su desierto
y lo duerma para siempre, como efímero y humano recuerdo.
Nos sentimos compartidos y parte de un
infinito merecido, uno dentro del otro, jamás divididos, oliendo lo mismo, con
los mismos sabores y un escrito destino. No hay elemento en la tabla periódica
que describa lo divino, no hay átomo que en su núcleo tenga el amor escrito y
no hay ley en este mundo que impida tal posesión, porque existe más allá de lo
conocido. Espiritual, la auténtica liberación del ser, el tocar alma cuando el
amor es de verdad, el sentir ese latido cuando el corazón ya su sangre debe enterrar
y el poder de penetrar miradas, más allá de la eternidad.
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