Sin
rencor te dejo ir. Solo mi poesía escribirá tu despedida, solo mi aliento
romperá el silencio de la reflexión y solo el cielo conocerá mis sueños. A
escondidas, dejaré que el viento arrulle mis sentimientos, para que nadie se dé
cuenta de mi tristeza. Arrancaré una hoja de mi libro y en ella dibujaré mis
recuerdos, los desvestiré, les quitaré color, los llenaré de sombras y cuando
mi alma escuche sus gritos…Los estrujaré en mi puño, cerraré los ojos y en el
profundo sentir de mis ansias, los destruiré.
Apocalipsis de amor, simpática amargura que envuelves mis noches de
sedas y forzados olvidos, religión de
mujer que te recé como Credo y te idolatré como única en el Universo, confusión
que escribió mi destino hasta que un amanecer,
tu luna despertó en otros brazos. Cáliz de sangre que llenaste ríos de esperanza
y los convertiste en mares de ilusiones perdidas, fuego de pasión que dejaste
preñada mi piel con tu olor, vacío existencial por no entender ni querer
comprender, que otros dedos recorren
noches por tu espalda y que tus lágrimas de deseo ya no acarician mis ojos.
Sin
rencor te dejo ir, porque en mis sueños vive la libertad y en ella ya no
sentiré siquiera, un gramo de tu distancia. Procura ser feliz, porque yo lo
seré y en ti siempre permaneceré…En tu vida, escribí en tu alma…En tu destino,
siempre existirá un error…Y en tu orgullo, habrá un epitafio que diga: “Me dejó
ir sin rencor y nunca me pude perdonar”.
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