No me
esperes en mi alcoba si todavía no me conoces, no intentes comprenderme si
nunca me has escuchado…No me juzgues, si jamás me has vivido.
Primero
víveme y luego, sé capaz de sentirme. No te conviertas en un parásito más, en
alguien que absorbe energías, sin dar nada a cambio. Lee la historia del alma,
deja que tus dedos tomen el pulso del corazón y entenderás que hay vidas que
hundieron huellas en senderos muy complicados, que nadaron por mares de oscuros
fondos y que para conquistar Lunas, tuvieron que vender su propio Sol.
Deja que
la experiencia te enseñe para poder hablar de ella, deja que la libertad fluya
y que la posesión muera, deja que el viento silbe cuando le dé la gana y que el
volcán se apague cuando quiera, deja que un libro te conozca y quizás un día,
podrás escribir en el blanco de una de sus páginas.
Cuando
la razón muere ante el deseo, jamás nace la pasión. Cuando el orgullo juega con
los sentimientos, viven las prisas. Cuando un silencio es excusa, se crea la
fragilidad del desamor y cuando la distancia solo es un pretexto, aflora la
inseguridad del alma.
Víveme o
muere en ti. En el amor no hay opciones, las reglas están dadas, las enseñanzas
vividas y las poesías escritas. El poder de unas letras no debe ser imán de un
imaginado amor, porque detrás de ellas hay un ser que tuvo que vivir para
poderlas escribir, que tuvo que sufrir para poderlas sentir, que tuvo que amar
para poderlas entender y que tuvo que tener el valor de leerlas una y otra vez,
para qué transcendieran.
Si
quieres amarme, primero víveme…Y luego, me dejaré sentir.
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